Miquel mil gracias por esta segunda entrega.
Llego un poco tarde a responder.
Tuve que volver a releer algunas cosas, quiero dar una respuesta que sea acorde a la inmensa calidad del hilo.
Me quedé pensando en tu postdata: primero porque no sé nada del tema de relojes de bolsillo y dos porque sí me apasionan los procesos históricos que envuelven un tema o hecho concreto. Por ello creo que hay algunos tópicos en los que puedo agregar algunas cosas.
Tu pasión e investigaciones por los relojes ferroviarios de USA son fabulosos.
Tu entusiasmo contagia, al menos a mí me hace reflexionar y disfrutar de un tema del que no sé absolutamente nada, como ya dije. Ya te comenté en otra ocasión que ningún tipo de reloj es mi tema, y por supuesto están incluidos los relojes ferroviarios de USA. Igual me resultan atractivos y curiosos, no creas.
Tu hilo es detallado, minucioso, preciso. Nuevamente felicitaciones.
Y ahora, si me permitís, sí puedo agregar algo..
Como en todos los órdenes... cada autor, de acuerdo a su investigación, su cultura y su contexto y tiempo, expone el resultado de sus elucumbraciones e ideas.
Existe un grupo de autores que piensa que la primera automatización de la industria relojera de USA y por consiguiente la creación de nuevas máquinas y herramientas y el empleo de técnicas de producción en serie e intercambiabilidad fue en épocas del Grandfather Clock. No lo digo yo, lo dice Erin Bruton en History of Clocks and Watches y David Landes en Revolution in Time.
En cuanto a Bruton: dice que el ‘padre’de la relojería en USA fue el británico Thomas Harland, quién en 1780 ya fabricaba relojes de mesa y pared con partes intercambiables. Un empleado de Harland fue quién introdujo en el negocio a quién es considerado el impulsor de la automatización en la producción del GrandFather Clock: Eli Terry, quién ya en 1820 era un poderoso empresario relojero. Son tiempos en los que USA era un pequeño país, unas pocas colonias devenidas estados, mayormente apiñadas contra la poderosa Canadá y el sudeste que mira el océano y habla francés, baila minué y siembra algodón.
Todos estos datos extraídos del libro de Bruton. Landes, por el contrario, le brinda todo el crédito a Terry y a Chauncey Jerome por la puesta en práctica de la intercambiabilidad y automatización y no nombra a Harland.
Claramente la cuestión del enorme impulso de la relojería de bolsillo ferroviario hecho por Waltham está fuera de discusión, es una idea que también reafirma Bruton al nombrar como gran innovador y genio relojero a Aaron Dennison, el ‘cerebro’detrás de Waltham. Ambos autores ( Landes y Bruton ) dedican extensos párrafos a Dennison, y muy poco a Howard, Curtis y el resto de los socios de Waltham.
Para terminar con ambos autores: Landes cree que el espaldarazo y consolidación de Waltham fue la Guerra de Secesión y tener como principal cliente al ejército de la Unión.
Idea ésta refutada por Cutmore en Collecting & Repairing Watches, quién concuerda con otros autores - los que citás - que el boom de producción automatizada en la relojería de USA viene dado por las técnicas de producción e intercambiabilidad impulsadas por Waltham en la producción de relojes ferroviarios.
Esta especie de preferencia por Dennison se repite en el libro de Sir George Daniels y Cecil Clutton ‘Watches’. Y curiosamente, en la figura 603-604 de este libro aparece un Waltham Vanguard. Daniels y Clutton dan gran descripción a las vicisitudes de Dennison una vez que éste dejara Waltham en 1861. Como todo genio... Dennison tuvo una vida un poco errática: fue a Suiza, se fundió, regresó a USA, se volvió a fundir, y terminó viviendo en Inglaterra donde logró éxito como cajista.
Daniels hasta brinda una anécdota un tanto triste: Dennison hasta el mismísimo día de su muerte fue fan de Waltham: coleccionó sus modelos casi con locura. El hijo de Dennison siguió la colección y la ofreció como donación en 1937 a Waltham. La gente de Waltham, quién sabe por qué, no aceptó la colección y en el proceso de rechazo y en el ida y vuelta de USA a Inglaterra se perdieron gran parte de las piezas. Lo muy poco que quedó, y con el consentimiento de los herederos de Dennison, se subastó en Christies en 1961.
Gracias Miquel nuevamente.
Maravilloso hilo.
PD: no nombro el otro libro de referencia, el Gilbert, Planes y Engle porque sino me quedo escribiendo hasta navidad... Allí hay gran descripción de modelos del Vanguard.
Ojalá el libro de Ehrhardt esté ya en tus manos. Es un texto fenomenal para los aficionados a la relojería ferroviaria de USA.
Que lo disfrutes