tec003
Milpostista
Sin verificar
Hola compañeros,
Os presento el último en llegar, que espero, éste sí, se mantenga siendo el último durante bastante tiempo. Es un reloj muy especial para mí, comprado para una ocasión muy especial también. Se trata de un Speedmaster edición especial Soyuz que conmemora la primera misión espacial conjunta entre americanos y rusos allá por julio de 1975 en plena Guerra Fría.
Y es un reloj especial por varios motivos.
El primero y más obvio, conocido por casi todos, es el dial fabricado a partir de una lámina de meteorito. No es ni mucho menos el único reloj que lleva un dial de este tipo pero sí que me parece un material especialmente indicado para el Moon Watch.
Creo que al igual que para casi todos los relojes con dial meteorito, para el mismo se ha tomado un lamina de los meteoritos Gibeon, caídos en Namibia hace unos 200 millones de años y descubiertos en 1838. La composición del mismo está formada principalmente por hierro y níquel, con trazas de otros elementos. Las subesferas, más claras, corresponden al aspecto natural del corte del meteorito, mostrando las estructuras conocidas como Widmanstatten,producidas por el enfriamiento muy lento del hierro y níquel y que se ven mejor en el trozo del mismo que os dejo también en alguna foto, mientras que el resto, más oscuro se ha conseguido sometiendo al mismo a un proceso de oxidación.
Los siguientes motivos son más sentimentales.
La misión Soyuz fue la última de las misiones Apollo, y se considera que marca el fin de la carrera espacial tal como era entendida hasta entonces, que había comenzado en octubre de 1957 con el lanzamiento de Sputnik 1 y que estuvo caracterizada por lo que parecía un irreconciliable enfrentamiento entre americanos y rusos , (enfrentamiento en todos los aspectos que marcó la infancia y la realidad que conocimos las generaciones nacidas por aquella época).
La carrera espacial terminó en 1975, con la misión Apollo-Soyuz, consistente en el acoplamiento en el espacio de una nave soviética, la Soyuz 19 con dos cosmonautas rusos y comandada por Alexei Leonov, primer hombre en dar un paseo espacial, y una nave estadounidense, la Apolo 18 (aunque nunca se llegó a utilizar este número para referirse a la misión), con una tripulación formada por tres astronautas americanos. Dicho acoplamiento, junto a la fecha del mismo y el nombre de los cinco cosmo/astronautas aparece grabado en el fondo del reloj.
Yo nací en aquel verano del 1975, y como muchos de los niños de los que crecimos por entonces soñaba con ser astronautas algún día. Nos parecía que era imposible imaginar un trabajo más estimulante o atractivo, (algunos seguimos pensándolo años después), aunque supongo que esos anhelos no son los mismos entre las generaciones actuales.
Después de entonces la exploración del espacio ha continuado, puede que de manera más económica y segura, (sin duda los que dicen que ésta no tiene por qué ser tripulada, que los riesgos son enormes y los costes descomunales tienen razón), aunque desde luego menos épica e ilusionante.
Son otros tiempos y no sé si el coste/beneficio económicamente hablando de aquellos viajes: el primer animal en el espacio, el primer hombre en órbita, el primer paseo espacial o los primeros pasos en la luna, fueron rentables o no, pero desde luego sirvieron de inspiración a algunas generaciones y nos llevaron a pensar que casi todo era posible. A algunos nos gustaría recuperar ese sentimiento y hasta esa ambición.
Es un poco tonto que un simple reloj le haga a uno sentir estas cosas. No estoy seguro de si en unos años podré hacerle entender al hijo que espero para dentro de poco, cómo era el mundo en el que creció su padre, confío en que el este Omega, que supongo algún día será suyo porque en parte para eso lo he comprado, me sirva al menos para intentarlo.
Os presento el último en llegar, que espero, éste sí, se mantenga siendo el último durante bastante tiempo. Es un reloj muy especial para mí, comprado para una ocasión muy especial también. Se trata de un Speedmaster edición especial Soyuz que conmemora la primera misión espacial conjunta entre americanos y rusos allá por julio de 1975 en plena Guerra Fría.
Y es un reloj especial por varios motivos.
El primero y más obvio, conocido por casi todos, es el dial fabricado a partir de una lámina de meteorito. No es ni mucho menos el único reloj que lleva un dial de este tipo pero sí que me parece un material especialmente indicado para el Moon Watch.
Creo que al igual que para casi todos los relojes con dial meteorito, para el mismo se ha tomado un lamina de los meteoritos Gibeon, caídos en Namibia hace unos 200 millones de años y descubiertos en 1838. La composición del mismo está formada principalmente por hierro y níquel, con trazas de otros elementos. Las subesferas, más claras, corresponden al aspecto natural del corte del meteorito, mostrando las estructuras conocidas como Widmanstatten,producidas por el enfriamiento muy lento del hierro y níquel y que se ven mejor en el trozo del mismo que os dejo también en alguna foto, mientras que el resto, más oscuro se ha conseguido sometiendo al mismo a un proceso de oxidación.
Los siguientes motivos son más sentimentales.
La misión Soyuz fue la última de las misiones Apollo, y se considera que marca el fin de la carrera espacial tal como era entendida hasta entonces, que había comenzado en octubre de 1957 con el lanzamiento de Sputnik 1 y que estuvo caracterizada por lo que parecía un irreconciliable enfrentamiento entre americanos y rusos , (enfrentamiento en todos los aspectos que marcó la infancia y la realidad que conocimos las generaciones nacidas por aquella época).
La carrera espacial terminó en 1975, con la misión Apollo-Soyuz, consistente en el acoplamiento en el espacio de una nave soviética, la Soyuz 19 con dos cosmonautas rusos y comandada por Alexei Leonov, primer hombre en dar un paseo espacial, y una nave estadounidense, la Apolo 18 (aunque nunca se llegó a utilizar este número para referirse a la misión), con una tripulación formada por tres astronautas americanos. Dicho acoplamiento, junto a la fecha del mismo y el nombre de los cinco cosmo/astronautas aparece grabado en el fondo del reloj.
Yo nací en aquel verano del 1975, y como muchos de los niños de los que crecimos por entonces soñaba con ser astronautas algún día. Nos parecía que era imposible imaginar un trabajo más estimulante o atractivo, (algunos seguimos pensándolo años después), aunque supongo que esos anhelos no son los mismos entre las generaciones actuales.
Después de entonces la exploración del espacio ha continuado, puede que de manera más económica y segura, (sin duda los que dicen que ésta no tiene por qué ser tripulada, que los riesgos son enormes y los costes descomunales tienen razón), aunque desde luego menos épica e ilusionante.
Son otros tiempos y no sé si el coste/beneficio económicamente hablando de aquellos viajes: el primer animal en el espacio, el primer hombre en órbita, el primer paseo espacial o los primeros pasos en la luna, fueron rentables o no, pero desde luego sirvieron de inspiración a algunas generaciones y nos llevaron a pensar que casi todo era posible. A algunos nos gustaría recuperar ese sentimiento y hasta esa ambición.
Es un poco tonto que un simple reloj le haga a uno sentir estas cosas. No estoy seguro de si en unos años podré hacerle entender al hijo que espero para dentro de poco, cómo era el mundo en el que creció su padre, confío en que el este Omega, que supongo algún día será suyo porque en parte para eso lo he comprado, me sirva al menos para intentarlo.