Entonces, hasta con los plásticos...parece que sólo los nos o recién salidos de fábrica lo serían...lo que he leído sobre el tema respecto a vintages difiere bastante
En este foro hay muchísima gente que no compraría un reloj de segunda mano nunca. Las respuestas que te van a dar ese tipo de aficionados son fácilmente previsibles; como los coches, los relojes únicamente son nuevos y están enteros cuando están en el concesionario. Una vez que salen, pierden su "virginidad", por así decir.
Entre los aficionados al vintage las opiniones, obviamente, son diferentes. Por supuesto, todos los aficionados matarían por un Conquest así
pero siendo realistas, eso limitaría las colecciones a piezas de museo, porque una vez comprado un reloj así, nadie lo usaría.
Los aficionados a los relojes vintage que conozco no se suelen dar excesiva (o ninguna) importancia a la correa de cuero. Sí prestan atención a que la hebilla sea la que le corresponde al reloj, o por lo menos sea correcta desde un punto de vista cronológico. Personalmente nunca he visto que nadie dedicase medio segundo de su tiempo a hablar de si los pasadores son o no originales, claro que mis intereses se centran en Longines y Omega, principalmente; tal vez con Rolex la cosa cambie.
Y en cuanto a los brazaletes metálicos, lo que se suele intentar es casar la cabeza del reloj con el brazalete que le corresponda por época o por modelo, pero tampoco es absolutamente esencial que el reloj conserve el brazalete con el que salió de la fábrica. Digamos que parte de la diversión está en tener una pieza e ir "reconstruyéndola" hasta que todos los elementos sean correctos. Pero cambiar la corona o el plexi, por ejemplo, siempre que se haga por piezas originales y correctas para el modelo en cuestión, no se suele considerar perjudicial para el valor o atractivo del reloj.
La cuestión es que con el revival de la relojería de los últimos quince o veinte años, y con la aparición de foros de relojería, subastas online y similares, surgieron muchos relojes NOS o LNIB o similares que han acabado en colecciones privadas y han desaparecido del mercado, probablemente para no volver a aparecer nunca más, o para aparecer en subastas de Christie's a precios desorbitados. Por lo tanto, los aficionados tienen que relajar un poco las exigencias, porque de lo contrario no habría forma de mantener la afición.