Casiná
De la casa
Sin verificar
¿Quién dijo miedo?. Como siempre decía un antiguo compañero (no sé si lo seguirá diciendo), antes la muerte que perder la vida.
Y nos atrevemos con el tractor de los cronos, mítico, muy extendido, con muchos derivados, por lo que hay mucho repuesto por ahí, el Landeron 48. No será quizá el mejor de los cronos pero no vamos a empezar con el "nombre juan". Si nos cargamos algo que no cueste mucho, ni dinero ni tiempo, para encontrar sustituto.
Cuando empezamos a montar vemos la primera diferencia con un reloj normal. Un puente coge la rueda de escape, la segunda y la corona de la primera aunque sin sujetar ésta. Encima hay un muelle en forma de palanca que hará que se aproxime una rueda que moverá la trotadora (que nombre tan bonito, ¡me gusta!).
Ponemos el resto del rodaje, el cubo o barrilete que lleva incorporado el rochete ya que, luego, con las palancas, no puede ir arriba y todo lo cubre un gran puente.
Ahí, en este punto del montaje vemos tres muelles que no aparecen en otros relojes "normales": el 1 que mantendrá levantada hacia su rubí la espiga de la trotadora; el 2 que hará que se mueva un puente, acercado o retirando, una rueda que movida por un tetón que tiene la de la trotadora avanzará un diente y lo transmitirá a la contadora en cada vuelta, o lo que es lo mismo, cada minuto. Y el 3 que acerca la rueda para que empìece a funcionar la trotadora, como hemos dicho al principio.
Colocamos las dos primeras piezas del crono propiamente dichas ya que hasta ahora lo que hemos montado es un reloj normal. La primera, que se queda debajo, incorpora una rueda dorada que será la que transfiera cada vuelta de la trotadora el paso de un diente a la contadora; difícil de explicar pero fácil de comprobar: sólo hace falta el valor de meterle mano, je,je,je. Esta pieza, con su rueda, se acerca o se separa cuando activamos o paramos el crono.
Encima de ella ponemos otra compleja y elaborada palanca que se llama el martillo; tiene dos puntas que percuten sobre los corazones (unas plataformas en forma de corazón que van debajo de las ruedas de la trotadora y de la contadora) para resetearlos a cero. En la siguiente foto se ven numerados; con el 3 la primera palanca descrita antes, con los 1 y 2 las dos puntas del martillo. En la foto no se aprecia muy bien la complejidad del martillo: muy ingenioso.
La divina impaciencia por verlo terminado (y acabar así con el pavor), me olvidó de afotar lo siguiente paso a paso. Trataré de corregirlo con una foto numerada:
Con el 1 vemos un puente largo y curvo del que parece colgar otra rueda dorada que está permanentemente engranada a otra, también dorada, que va clavada directamente en el largo eje hacia arriba de la rueda segunda, la número 2. Con el 3 vemos la “Y”, que yo le llamo sin saber si ese es o no su nombre. Es un puente que fija en cada uno de sus extremos los ejes de las ruedas trotadora y contadora.
Con el 4 y el 5 designo, aunque se ven poco, las palancas de puesta en marcha y paro y reseteo, respectivamente. En este crono el paro y reseteo se hace pulsando, soltando y volviendo a empujar el pulsador de las 4.
En esta otra foto se ven mejor todas esas palancas que he mencionado antes. Están sin numerar pero se puede comprobar con el ir y venir a las fotos anteriores. Es una lástima que no se puedan ver los corazones porque son muy simpáticos. Y muy “apañaos” para hacer el reseteo.
El resto, meter en caja, poner los pulsadores (para poner el de arranque será necesario volver a quitar la palanca 4 –en otros hay que quitar también la 5- y colocarla de nuevo encastrándola en un rebaje que tiene el vástago del pulsador que, por una parte fija el pulsador para que no se salga, y por otra hace que la palanca se mueva y retroceda al hacer su función), colocar la esfera y agujas, etc, etc. ya no tiene mayor explicación.Es normal como en cualquier otro reloj.
Y colorín colorado .....
Si has llegado hasta aquí, malo; tienes dentro el "gusanillo" y terminará picándote.
Un saludo desde Sevilla. ¡Casi ná!.
Y nos atrevemos con el tractor de los cronos, mítico, muy extendido, con muchos derivados, por lo que hay mucho repuesto por ahí, el Landeron 48. No será quizá el mejor de los cronos pero no vamos a empezar con el "nombre juan". Si nos cargamos algo que no cueste mucho, ni dinero ni tiempo, para encontrar sustituto.
Cuando empezamos a montar vemos la primera diferencia con un reloj normal. Un puente coge la rueda de escape, la segunda y la corona de la primera aunque sin sujetar ésta. Encima hay un muelle en forma de palanca que hará que se aproxime una rueda que moverá la trotadora (que nombre tan bonito, ¡me gusta!).
Ponemos el resto del rodaje, el cubo o barrilete que lleva incorporado el rochete ya que, luego, con las palancas, no puede ir arriba y todo lo cubre un gran puente.
Ahí, en este punto del montaje vemos tres muelles que no aparecen en otros relojes "normales": el 1 que mantendrá levantada hacia su rubí la espiga de la trotadora; el 2 que hará que se mueva un puente, acercado o retirando, una rueda que movida por un tetón que tiene la de la trotadora avanzará un diente y lo transmitirá a la contadora en cada vuelta, o lo que es lo mismo, cada minuto. Y el 3 que acerca la rueda para que empìece a funcionar la trotadora, como hemos dicho al principio.
Colocamos las dos primeras piezas del crono propiamente dichas ya que hasta ahora lo que hemos montado es un reloj normal. La primera, que se queda debajo, incorpora una rueda dorada que será la que transfiera cada vuelta de la trotadora el paso de un diente a la contadora; difícil de explicar pero fácil de comprobar: sólo hace falta el valor de meterle mano, je,je,je. Esta pieza, con su rueda, se acerca o se separa cuando activamos o paramos el crono.
Encima de ella ponemos otra compleja y elaborada palanca que se llama el martillo; tiene dos puntas que percuten sobre los corazones (unas plataformas en forma de corazón que van debajo de las ruedas de la trotadora y de la contadora) para resetearlos a cero. En la siguiente foto se ven numerados; con el 3 la primera palanca descrita antes, con los 1 y 2 las dos puntas del martillo. En la foto no se aprecia muy bien la complejidad del martillo: muy ingenioso.
La divina impaciencia por verlo terminado (y acabar así con el pavor), me olvidó de afotar lo siguiente paso a paso. Trataré de corregirlo con una foto numerada:
Con el 1 vemos un puente largo y curvo del que parece colgar otra rueda dorada que está permanentemente engranada a otra, también dorada, que va clavada directamente en el largo eje hacia arriba de la rueda segunda, la número 2. Con el 3 vemos la “Y”, que yo le llamo sin saber si ese es o no su nombre. Es un puente que fija en cada uno de sus extremos los ejes de las ruedas trotadora y contadora.
Con el 4 y el 5 designo, aunque se ven poco, las palancas de puesta en marcha y paro y reseteo, respectivamente. En este crono el paro y reseteo se hace pulsando, soltando y volviendo a empujar el pulsador de las 4.
En esta otra foto se ven mejor todas esas palancas que he mencionado antes. Están sin numerar pero se puede comprobar con el ir y venir a las fotos anteriores. Es una lástima que no se puedan ver los corazones porque son muy simpáticos. Y muy “apañaos” para hacer el reseteo.
El resto, meter en caja, poner los pulsadores (para poner el de arranque será necesario volver a quitar la palanca 4 –en otros hay que quitar también la 5- y colocarla de nuevo encastrándola en un rebaje que tiene el vástago del pulsador que, por una parte fija el pulsador para que no se salga, y por otra hace que la palanca se mueva y retroceda al hacer su función), colocar la esfera y agujas, etc, etc. ya no tiene mayor explicación.Es normal como en cualquier otro reloj.
Y colorín colorado .....
Si has llegado hasta aquí, malo; tienes dentro el "gusanillo" y terminará picándote.
Un saludo desde Sevilla. ¡Casi ná!.
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