Hola de nuevo compañero.
Vaya!! que mala suerte, es una pena lo del eje.
Como sabes, en esto, muchas veces, aunque todo el mundo te diga que no merece la pena, al final pues lo terminas arreglando, bien porque tiene valor sentimental para ti, bien porque no te importa gastar ese dinero, bien porque no quieres relojes que no funcionen para decoración, etc etc etc
Este es mi caso, que lo que compro lo compro para ser usado, por tanto aunque sé que al llegar al relojero, este me dirá que no sirve o no merece, insisto y termina reparándolo, claro también me sale en un pico.
En este caso se trata de un reloj con un escape que no es el habitual hoy en día, incluso muchos de los de áncora, hoy escape habitual, es difícil conseguir los ejes para relojes antiguos.
Aquí lo que necesitas es un cilindro nuevo, es decir, un eje que no es como los de escape de áncora y que suele ser difícil de encontrar pero no imposible. Por ello, si al final decides repararlo y pones fotos y medidas del cilindro que te haría falta, trataría de ver si algún antiguo conocido mío dispone de alguno, que seguro me regalará (eso espero, después de tanto tiempo comprándole) y te lo mando gratis, sólo pagarías el envío. Pero repito que primero tienes que ver si a ti te va bien repararlo y también que al cambiar el eje puede que el relojero pueda romper el eje nuevo. Lo sé por experiencia, pues una vez en un caso parecido uno de mis relojeros le ocurrió, al no ser estos ejes según me comentó tan fuertes como los del escape de áncora, pues tienen un rebaje en la caña o no sé que, que los hace más delicados.
Un saludo.
Añado: cuidado!! no quiero decir con esto último que todos los relojeros sean iguales o que todos vayan a romper el eje, etc etc ni mucho menos, simplemente es un referente de que puede ocurrir y es normal como la vida misma, pues son piezas muy delicadas que es entendible, o yo al menos lo entiendo perfectamente, que se pueden romper aunque el relojero tenga mucha práctica en ello. Yo en aquel caso así lo entendí y lo sigo entendiendo. Somos humanos y podemos errar.