the Art of Watches Grand Exhibition

The Art of Watches Grand Exhibition

Dubai en 2012, Munich en 2013 y Londres en 2014… este 2017 ha sido Nueva York la sede elegida por Patek Philippe para ofrecer al público The Art of Watches Grand Exhibition, una profunda visión de su universo y creaciones. Del 13 al 23 de julio de 2017, coleccionistas, aficionados a la Alta Relojería y el público en general han podido sumergirse en el mundo de Patek Philippe como si estuvieran visitando personalmente los históricos salones de la Rue du Rhône en Ginebra, la manufactura en Plan-les-Ouates, o el Museo Patek Philippe. Una oportunidad única para echar un vistazo de primera mano a la última empresa familiar independiente ginebrina de relojería.

the Art of Watches Grand Exhibition

Los Estados Unidos de América tienen un papel fundamental en la historia de Patek Philippe. En 1854, apenas quince años después de la fundación de la Compañía, Antoine Norbert de Patek viajó a Nueva York y pasó varios meses recorriendo el país para familiarizarse con este próspero mercado. Conoció y trabajó en colaboración con numerosos distribuidores, muchos de los cuales han permanecido fieles a la manufactura ginebrina hasta el día de hoy. La familia Stern, propietaria de Patek Philippe desde 1932, también mantiene relaciones muy estrechas con Nueva York y EE.UU. Henri Stern, abuelo del actual presidente Thierry Stern, viajó a Nueva York en 1937 con la intención de permanecer allí varios meses tal como hiciera el fundador Antoine Norbert de Patek, pero a diferencia de éste, su estancia se prolongó durante 20 años. En 1946, fundó la Henri Stern Watch Agency, que aún hoy es responsable de todas las actividades comerciales de Patek Philippe en EE.UU. Las dos generaciones que le siguieron adoptaron la tradición de ganarse su primer sueldo en la filial estadounidense. Es por eso que Thierry Stern y su padre – Philippe Stern, presidente honorario – pusieron tanto empeño en acoger esta gran muestra en Nueva York incluyendo una abundante colección de excepcionales relojes artesanos inspirados en auténticos temas americanos. No sólo esto: la muestra ha sido testigo del lanzamiento de nueve relojes de edición limitada y especial para este mercado, incluido el nuevo World Time Minute Repeater, Ref. 5531, cuya presentación mundial tuvo lugar en Nueva York.

En la Sala Histórica de EE.UU., y para ilustrar su multifacética relación con los Estados Unidos, Patek Philippe presentó 26 relojes que fueron en su día propiedad de celebridades del Nuevo Mundo. Ejemplos notables son algunos de los relojes supercomplicados de bolsillo que Patek Philippe hizo entre 1900 y 1950 para dos famosos coleccionistas estadounidenses, James Ward Packard, el ingeniero del automóvil, y Henry Graves Jr., banquero y entusiasta del arte. Uno de ellos es el legendario “Packard” astronómico, entregado en 1927. Fue el primer reloj Patek Philippe con una carta celeste y ahora ha vuelto a cruzar el Atlántico por una buena razón. Esta selección la completan otros relojes que fueron propiedad de celebridades de la historia y cultura de EE.UU.: Henry Clay Frick, Jasper Newton “Jack” Daniel, Ralph R. Teetor, Asa Griggs Candler, John Larsen, General George S. Patton, Duke Ellington, Joe DiMaggio (prestado por un coleccionista privado), y el Almirante Richard Evelyn Byrd, por no mencionar el reloj de sobremesa Patek Philippe regalado al Presidente John F. Kennedy con ocasión de su emotivo discurso en Berlín en 1963 (cedido por el Museo y Biblioteca Presidencial John F. Kennedy de Boston, Massachusetts)

the Art of Watches Grand Exhibition

The Art of Watches Grand Exhibition New York 2017 estuvo abierta al público y la entrada fue gratuita. La muestra se celebró en Cipriani, 42nd Street, y fue el primer evento de la sede que ocupaba 1.200 metros en una estructura de dos plantas. Dividida en 14 espacios para un total de diez temas, cada uno con su propio ambiente distintivo, los visitantes pudieron ver una película que retrata la historia de Patek Philippe, admirar la colección actual completa de la manufactura, y disfrutar de una selección única de relojes complicados, así como una impresionante gama de movimientos. En directo, relojeros y artesanos demostraban sus habilidades, ofreciendo a los visitantes una percepción del arte horológico y la delicadeza, dominados por artistas especializados, como los esmaltadores, cuyo gremio lleva siglos asociado a la relojería. Una vez completado el recorrido, los visitantes podían relajarse en el Café Patek Philippe. Todo un privilegio para quien pudo estar presente.

Y si no pudiste asistir, todavía estás a tiempo de bajarte la app de la visita guaida. ¡Por tiempo limitado!

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