Entrevistamos a un Diputado

Por Gonzalo Ollero

Todos sabemos que una de las características intrínseca a nuestra afición es el interés que nos despierta el reloj que llevan otras personas. Es inevitable. No es menos cierto que la curiosidad es mayor en el caso de personajes del ámbito público.

Los políticos se encuentran entre las personas que suelen ser objeto de nuestras miradas cada vez que aparecen en los medios, y la oportunidad de entrevistar a uno de nuestros representantes en el Congreso de los Diputados es algo que no se debe dejar escapar, menos aun cuando es evidente su buen gusto por los guardatiempos.

Un reconocido Diputado nacional ha tenido la gentileza de concederme unos minutos de su tiempo, un paréntesis entre intensos debates parlamentarios, que aprovechamos para charlar sobre nuestra común afición.

He respetado su expresa voluntad de mantenerse en el anonimato del mismo modo que he evitado nombrar a otros diputados mencionados durante la entrevista: bastante hubo con la que se armó hace unos años acerca de un ex-diputado y después ex-ministro.

PREGUNTA: Buenos días. ¿Cuál diría usted que es su relación con los relojes? ¿Los considera un simple complemento de moda, o se considera un aficionado que va más allá en esa relación?

RESPUESTA: Realmente pienso que el reloj va muy ligado a la personalidad de los individuos y, en mi caso, siempre me han gustado muchísimo los relojes. Ya me encantaban cuando no tenía capacidad ni recursos para poder comprármelos, pero lo que sí es cierto es que cuando pasaba por un escaparate donde había una buena exposición de relojes siempre me paraba a observarlos, e incluso en algunas ocasiones me atrevía a entrar en estos establecimientos y a probármelos. No sé, quizá este interés me ha bajado en estos últimos años, pero durante muchísimos años me han apasionado, y me encantaba comprarlos si me entraban por la vista. He mirado el diseño, que es muy importante, si era un reloj innovador, y después, bueno, pues quizás las marcas que más me han apasionado son las suizas y las alemanas, son las que más me atraen.

P: ¿Pero no es cierto que es extremadamente difícil elegir entre tanta variedad?

R: Bueno, la verdad es que entiendo que las marcas han sido muy competitivas. Ha habido últimamente muchas marcas de todo el mundo que han hecho relojes muy modernos, y también es cierto que los canales de publicidad están llegando cada vez más rápidamente a través de internet, de revistas especializadas, anuncios por televisión…, cada vez llegan a más público.

P: Cada vez es más visible la relojería, ¿no?

R: Si claro, y a los que tenemos ya cierta complicidad con los relojes nos es más fácil poder dedicar parte de nuestro tiempo a observarlos, mirarlos, sopesar si es una buena opción… o a decir a alguna persona que te quiere hacer algún regalo que con un reloj van a acertar seguro.

P: Y hablando un poco de su colección, ¿qué piezas la componen?

R: Los últimos 25 o 30 años son básicamente los años en los que he tenido una cierta capacidad económica para poder no solamente comprar, sino para que también pudiera plantear a mi entorno familiar más inmediato la posibilidad de que me pudieran complacer con algún regalo en algún momento indicado como cumpleaños o Navidades.

El primero que me compré, y que llevé durante muchísimos años, fue un Breitling deportivo. Me lo compré en un viaje a Suiza que hice con mi familia, siendo mis hijos aún muy pequeños. Ahora incluso lo he restaurado y le he puesto una esfera más moderna, de color azul. Este fue el primer reloj que me gustó desde la óptica de llevar un reloj diferente a los normales que había en aquella época.

Otro de los relojes que me han gustado mucho, porque también soy un hombre de mar, muy ligado al Mediterráneo, son los Ulysse Nardin. Son relojes muy marineros y deportivos. Poseo uno que tuve ocasión de comprarme hace unos 10 años y me encanta.

Después hay una serie de relojes que han marcado un estilo y una época. Tengo un Patek Philippe con la esfera rosa, precioso, que quizá ha quedado un poco anticuado porque las cajas se llevan ahora muy grandes, pero para mí es una pieza interesante.

Después de la marca IWC…

P: Sí, he visto que tiene un Portugués.

R: Sí, tengo el de 7 días de reserva de marcha en oro, y además tengo el Portugués crono blanco en acero.

Otra de las marcas por las que en su época tenía una especial predilección eran los Frank Muller, de los que llegué a tener tres. Ya sólo me quedan dos tras regalarle uno a mi mujer.

También tengo un Lange & Söhne 1 con fase lunar, que es del que hablamos el otro día.

Luego tengo un Panerai y un Chopard deportivo precioso, varios Hublot, uno de ellos de oro, una pieza muy gruesa y espectacular, y otros de acero.

Después tengo un Cartier, el Pantera inicial, de oro, con la esfera cuadrangular, que me regalaron mis padres cuando cumplí 40 años, que actualmente es una pieza de colección. A posteriori he ido comprando otros Cartier de esfera redonda, que son más modernos.

Desde la óptica deportiva, tengo un Glycine. Alguna vez en el Parlamento, por ser de esfera rosa ha llamado la atención a algún diputado.

Mis padres me regalaron un Omega que aún sigo guardando, y hace poco recibí como regalo por parte de unos compañeros este Hamilton, (un crono X-Wind) que, por cierto, se me acaba de estropear… Otras piezas son un Perrelet, un Chopard , un Grassy, un Cristian Lay y un Bentley.

Esta es más o menos la pequeña colección que tengo, muy modesta, pero que me satisface mucho.

P: Veo que tiene varias piezas en oro. ¿Tiene cierta predilección por los metales nobles?

R: Los alterno sin problemas con el acero. Lo que no me gusta son los relojes íntegramente en oro. Los encuentro demasiado ostentosos y cargados, aunque puestos a elegir me quedo con el oro rosa.

P: ¿Tiene alguna pieza que sea su favorita? Ya no me refiero a nivel sentimental, o porque fuera la primera, sino un reloj que le resulte especialmente bonito o más espectacular técnicamente.

R: El primero que me compré, el Breitling, que se puede llevar un día con traje y otro con ropa deportiva, es muy polivalente. Y el Chopard también es de los que te pones con todo.

P: ¿Pero no tiene esa pieza que considere su ojito derecho?

R: Quizá el que me regaló mi mujer hace un par de años, el Portugués de 7 días, ese que usted me ha visto varias veces, y es el que he estado usando más en estos dos últimos años.

P: Un reloj muy especial, sin duda. ¿Y sabe cuál será su próxima compra? ¿Tiene usted ya algo en la cabeza?

R: No. Decidí abandonar temporalmente la afición, precisamente desde el 7 días. La última pieza ha sido este Hamilton que llevo. Tengo tantos relojes, tanto para escoger, que voy a estar una temporada solamente viendo los relojes de los escaparates, de los catálogos, o de los compañeros de Hemiciclo.

P: ¿Tuvo usted en su época de mayor afición, algún momento de obsesión relojera, de compulsión relojera impulsiva?

R: Sí, sí, lo tuve. Esta cantidad de relojes obedece a que a lo mejor a lo largo del año me compraba 2 o 3 relojes, o incitaba a mi entorno a que me regalaran relojes, básicamente a mis padres y mi hermano. Me ha pasado el hecho de comprar una pieza y estar pensando inmediatamente en la siguiente, y ahora, ¡afortunadamente me he parado! Ahora disfruto viendo los relojes que llevan mis compañeros, que son fantásticos, hay mucha gente aficionada. Y disfruto yendo a algún establecimiento amigo, a que me enseñe durante un par de horas las novedades, que hay que decir que son impresionantes.

P: ¿Se puede decir el establecimiento?

R: Sí claro, hay un establecimiento, que se puede decir que en Barcelona es de los más relevantes, y no solo de Barcelona, sino de toda España, que son los Rabat, que también están en Valencia y que próximamente estarán en Madrid.

P: ¿Qué factores valora más a la hora de hacer una compra? ¿Prestigio de la marca, estética, movimiento, o una combinación de todos ellos?

R: Bueno, la verdad es que yo a la hora de comprar un reloj -no dudo de que algunos sean excelentes- si no me entran por la vista no les presto ni un segundo de atención. En primer lugar, lo que me gusta de un reloj es que tenga un buen diseño, moderno, y por otro lado, cada vez valoro más que la esfera sea muy clara, muy legible. Que el día, y a ser posible el mes, se pueda ver con gran claridad…

P: Como por ejemplo en su Lange?

R: Efectivamente, la fecha grande del Lange es fantástica. Y otro factor que aprecio mucho es la tecnología suiza, más que las que puedan venir de países asiáticos.

P: ¿Qué fuentes utiliza para estar informado de las novedades del sector? ¿Revistas especializadas, los propios distribuidores, o las páginas de relojería en internet?

R: Normalmente internet lo visito poco. Quizás la fuente de información más importante que tengo son las revistas que me envían de Rabat, y después, las visitas que hago cada 2 o 3 meses a este establecimiento, donde siempre me enseñan alguna novedad. Luego también tengo algunos compañeros que son muy aficionados, y claro, con la relación que tienes con tu entorno también te das cuenta de las novedades que hay al respecto.

P: ¿Son sus relojes, o la variedad de su colección, objeto de comentario por parte de alguno de sus compañeros de hemiciclo?

R: La verdad es que sí. Todos aquellos aspectos que hacen referencia al reloj son muy comentados.

P: ¿Incluso le piden consejo?

R: Tengo una anécdota curiosa. Cuando estuve en Argentina, se dirigió hacia mí un matrimonio español, y él era el presidente de una aseguradora española. Vio el Portugués de oro que yo llevaba y me preguntó que dónde lo había comprado. La verdad es que no le conocía de nada, pero incluso se lo dejé probar, y le dirigí a Rabat. Pues no solamente compró uno sino que ¡se hizo con dos! Y nos hemos hecho amigos a raíz del reloj.
Luego aquí, en el Congreso, a las reuniones o Comisiones a las que voy, si llevas un reloj que es medianamente atractivo, desde luego que no pasa desapercibido.

P: Pues eso es todo. Le agradezco profundamente el tiempo que me ha dedicado para hablar de esta afición común.

R: Ha sido un placer.