Desde que el relojero
George Favre-Jacot empezó su andadura en la ciudad de
Le Locle allá por 1865,
Zenith no ha hecho más que cosechar premios. Uno de los logros más importantes fue presentado durante la
Feria de Basilea en 1969, el movimiento
El Primero, que es el
primer cronógrafo del mundo equipado con rotor de bobinado central alcanzando una revolucionaria frecuencia de 36.000 alternancias por hora, con lo cual es el primero que puede medir las décimas de segundo (de ahí viene su nombre).
El
ZENITH Defy Xtreme Tourbillon Zero-G, no deja indiferente a nadie, es un
reloj de “extremos” ya que, o agrada mucho, o bien desagrada totalmente, no hay término medio.
Su revolución técnica reside en el sistema
Zero-G de su
tourbillon, que simula una gravedad cero, gracias a que está montado en una jaula giroscópica con escape montado en juntas cardán, consiguiendo así que se mantenga constantemente en posición horizontal, proporcionando así la amplitud óptima al volante espiral.
Su calibre es el nuevo
Primero 8800, de 36.000 alternancias hora, con 45 rubís y una reserva de marcha de 50 horas. Con rotor realizado en platino y con rodamiento de bolas.
La caja es de titanio negro, con un diámetro de 46,5 mm, corona roscada, zafiro con tratamiento antirreflejos, y válvula de helio. Tiene una estanqueidad garantizada hasta unos nada despreciables 1.000 metros.
Quién esté interesado en éste modelo tiene que ponerse en contacto con
Zenith, ya que se trata de una
versión limitada y numerada, realizada por encargo.
FUENTE: