Goldoff
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El museo del Louvre ha saltado estos días -y contra su voluntad- a la actualidad periodística, y es una pena que eso vaya a empañar un hito relojero que a mí me parece de primera magnitud:
Vacheron Constantin celebra su 270 Aniversario con un homenaje al legado de la Maison: La Quête du Temps. Esta obra maestra, un reloj astronómico que combina un instrumento de cronometraje, las tradiciones de la Alta Relojería, la artesanía artística y la cinética de un autómata, es una expresión del ingenio humano, la pasión y la creatividad. Un hito en la colaboración de Vacheron Constantin con el Louvre: El reloj Quête du Temps será la pieza central de la exposición «Mécaniques d’Art» en el museo del 17 de septiembre al 12 de noviembre de 2025
Tanto en su forma como en su contenido, La Quête du Temps enlaza con la historia de merveilles (maravillas) y follies (locuras): creaciones que, más allá de su finalidad práctica, pretendían cautivar, intrigar e inspirar una sensación de asombro. Durante el siglo XVIII, el interés por la ciencia, conocida como «filosofía natural», creció rápidamente, y las demostraciones de las nuevas maravillas técnicas se convirtieron en una forma de entretenimiento público. Merveilles eran los más complejos de estos artefactos, que encapsulaban los avances técnicos y científicos al tiempo que expresaban la cima del arte y la belleza, y la manía de coleccionarlos alcanzó su apoteosis en Europa durante la Ilustración, el periodo que también dio origen a Vacheron Constantin.
Vacheron Constantin siempre ha estado abierto a nuevas ideas y a un método de trabajo colaborativo, haciéndose eco de la tradición de établissage, una práctica habitual en la relojería en el pasado en la que trabajadores especializados contribuían cada uno en su campo a un proyecto compartido; en los siglos XVIII y XIX, los talleres especializados de Ginebra se conocían colectivamente como La Fabrique. Para La Quête du Temps varios equipos de la Maison pusieron en común su savoir-faire para diseñar tanto los aspectos técnicos como estéticos del reloj y desarrollar sus complicaciones relojeras; la Manufactura ha concebido el autómata con François Junod, reconocido como el mayor automatizador, y ha producido el mecanismo del reloj y su caja en colaboración con L’Épée 1839; los astrónomos del Observatorio de Ginebra han enriquecido y afirmado la narración celeste; y los maestros artesanos han dedicado sus habilidades a la decoración artística de la obra maestra.
Datos:
7 años de desarrollo
6293 componentes mecánicos (incluidos 2370 para el calibre 9270)
1020 componentes para el exterior del reloj
7 solicitudes de patente de relojería registradas
23 complicaciones relojeras
158 levas para el autómata, que le permiten realizar
144 gestos
8 solicitudes de patente registradas para el autómata
Inspirador del reloj de pulsera Métiers d’Art Tribute to the Quest of Time
No quiero convertir esto en una enciclopedia por tomos, así que quien quiera profundizar en esta maravilla podrá descargarse un documento de 30 páginas aquí. De verdad que merece una lectura.
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Vacheron Constantin celebra su 270 Aniversario con un homenaje al legado de la Maison: La Quête du Temps. Esta obra maestra, un reloj astronómico que combina un instrumento de cronometraje, las tradiciones de la Alta Relojería, la artesanía artística y la cinética de un autómata, es una expresión del ingenio humano, la pasión y la creatividad. Un hito en la colaboración de Vacheron Constantin con el Louvre: El reloj Quête du Temps será la pieza central de la exposición «Mécaniques d’Art» en el museo del 17 de septiembre al 12 de noviembre de 2025
Tanto en su forma como en su contenido, La Quête du Temps enlaza con la historia de merveilles (maravillas) y follies (locuras): creaciones que, más allá de su finalidad práctica, pretendían cautivar, intrigar e inspirar una sensación de asombro. Durante el siglo XVIII, el interés por la ciencia, conocida como «filosofía natural», creció rápidamente, y las demostraciones de las nuevas maravillas técnicas se convirtieron en una forma de entretenimiento público. Merveilles eran los más complejos de estos artefactos, que encapsulaban los avances técnicos y científicos al tiempo que expresaban la cima del arte y la belleza, y la manía de coleccionarlos alcanzó su apoteosis en Europa durante la Ilustración, el periodo que también dio origen a Vacheron Constantin.
Vacheron Constantin siempre ha estado abierto a nuevas ideas y a un método de trabajo colaborativo, haciéndose eco de la tradición de établissage, una práctica habitual en la relojería en el pasado en la que trabajadores especializados contribuían cada uno en su campo a un proyecto compartido; en los siglos XVIII y XIX, los talleres especializados de Ginebra se conocían colectivamente como La Fabrique. Para La Quête du Temps varios equipos de la Maison pusieron en común su savoir-faire para diseñar tanto los aspectos técnicos como estéticos del reloj y desarrollar sus complicaciones relojeras; la Manufactura ha concebido el autómata con François Junod, reconocido como el mayor automatizador, y ha producido el mecanismo del reloj y su caja en colaboración con L’Épée 1839; los astrónomos del Observatorio de Ginebra han enriquecido y afirmado la narración celeste; y los maestros artesanos han dedicado sus habilidades a la decoración artística de la obra maestra.
Datos:
7 años de desarrollo
6293 componentes mecánicos (incluidos 2370 para el calibre 9270)
1020 componentes para el exterior del reloj
7 solicitudes de patente de relojería registradas
23 complicaciones relojeras
158 levas para el autómata, que le permiten realizar
144 gestos
8 solicitudes de patente registradas para el autómata
Inspirador del reloj de pulsera Métiers d’Art Tribute to the Quest of Time
No quiero convertir esto en una enciclopedia por tomos, así que quien quiera profundizar en esta maravilla podrá descargarse un documento de 30 páginas aquí. De verdad que merece una lectura.
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