L
luis
Visitante
Estimados amigos:
Este post es en realidad para OT, pero..... Jesús o El Jefe decidirán.
Espero no rebasar la capacidad determinada para un post, y tampoco la paciencia de todos vosotros, pero, aunque acudir desde León a una quedada en Barcelona es una pequeña aventura sin mayor importancia, con la ayuda de la meteorología, se convierte en un anecdotario que no me resisto a compartir con todos vosotros.
Mi vuelo salía de León a la 09.25 h. Del día 26. A las 08.00 h nos encontrábamos, mi Santa (que meacercó en coche) y yo, en el aeropuerto.
Había caído una leve nevada (2 cm.) y había unos cuantos grados bajo cero, como es frecuente por aquí, pero que me hizo presagiar “complicaciones” en el aeropuerto.
No me equivoqué ni una pizca: No me dan tarjeta de embarque, y el aeropuerto está cerrado al tráfico.
Mirad las pistas heladas, y los aviones también. (No hay hangares)
Vuelos aplazados sin hora aproximada de partida hasta ver como evolucionan las condiciones ¿?
A las 08.43 comienzan los trabajos de limpieza de hielo de los aviones.
Mi moral se va desmoronando.
Parece que hay un atisbo de esperanza : Los dos pilotos que tenían que haber salido hacia Madrid y Barcelona, se suben en un 4 x 4 con un técnico de mantenimiento y se lanzan a probar la adherencia de las pistas.
Mi gozo en un pozo. Intuyo, porlos gestos, que deciden no salir de momento. Seguimos esperando.
Mientras, sigue la limpieza de hielo de los aviones y de las pistas con una máquina.
Afortunadamente el sol hace acto de presencia y empieza a descongelarse el hielo.
A continuación le aplican un “poco de calefacción” a las cabinas de pasajeros.
A las 11.15 nos llaman para retirar la tarjeta de embarque.
¡Por fin!. A las 11.58, en vuelo dirección Barcelona
León a vista de bimotor SAAB turbohélice.
Y ya, definitivamente,
Increíble. Estaba viendo el Mediterráneo ( 13.24 h.)
Una hora más tarde estaba con nuestros amigos, que compensaron con creces estos contratiempos. Ha sido un gran placer compartir esas horas con ellos. Gracias por todo. Un abrazo. Perdonad el ladrillo.
Este post es en realidad para OT, pero..... Jesús o El Jefe decidirán.
Espero no rebasar la capacidad determinada para un post, y tampoco la paciencia de todos vosotros, pero, aunque acudir desde León a una quedada en Barcelona es una pequeña aventura sin mayor importancia, con la ayuda de la meteorología, se convierte en un anecdotario que no me resisto a compartir con todos vosotros.
Mi vuelo salía de León a la 09.25 h. Del día 26. A las 08.00 h nos encontrábamos, mi Santa (que meacercó en coche) y yo, en el aeropuerto.
Había caído una leve nevada (2 cm.) y había unos cuantos grados bajo cero, como es frecuente por aquí, pero que me hizo presagiar “complicaciones” en el aeropuerto.
No me equivoqué ni una pizca: No me dan tarjeta de embarque, y el aeropuerto está cerrado al tráfico.
Mirad las pistas heladas, y los aviones también. (No hay hangares)
Vuelos aplazados sin hora aproximada de partida hasta ver como evolucionan las condiciones ¿?
A las 08.43 comienzan los trabajos de limpieza de hielo de los aviones.
Mi moral se va desmoronando.
Parece que hay un atisbo de esperanza : Los dos pilotos que tenían que haber salido hacia Madrid y Barcelona, se suben en un 4 x 4 con un técnico de mantenimiento y se lanzan a probar la adherencia de las pistas.
Mi gozo en un pozo. Intuyo, porlos gestos, que deciden no salir de momento. Seguimos esperando.
Mientras, sigue la limpieza de hielo de los aviones y de las pistas con una máquina.
Afortunadamente el sol hace acto de presencia y empieza a descongelarse el hielo.
A continuación le aplican un “poco de calefacción” a las cabinas de pasajeros.
A las 11.15 nos llaman para retirar la tarjeta de embarque.
¡Por fin!. A las 11.58, en vuelo dirección Barcelona
León a vista de bimotor SAAB turbohélice.
Y ya, definitivamente,
Increíble. Estaba viendo el Mediterráneo ( 13.24 h.)
Una hora más tarde estaba con nuestros amigos, que compensaron con creces estos contratiempos. Ha sido un gran placer compartir esas horas con ellos. Gracias por todo. Un abrazo. Perdonad el ladrillo.