
Osinar
Forer@ Senior
Sin verificar
.... lo cual es causa más que suficiente para que los Reyes Magos de mi casa hayan emprendido la búsqueda de dibujería o pinturería o como se llame lo de pintar y dibujar. Qué buena idea: que si un pequeño caballete, que si unos lienzos, que si pinturas acrílicas en lugar de óleos (en beneficio de la madre de la criatura y sus quitamanchas y pituitarias)... El caso es que no venden ese tipo de "sets" en el Corte Inglés.
Pero una buena vendedora (maja, bella, proclive, certera) se ofrece a Mi Dueña: "verá, si quiere le busco yo los productos y lo organizamos como si fuera un set, un conjunto; y luego lo empaquetamos bien y ya está". Idea aceptada.
Servidor llevaba ya varias horas de compras, de modo que el pacientómetro andaba muy, pero que muy, colmaíto. Así que a darse una vuelta por los andurriales papeleros. Veo que no salen de Lamy, pero que han incorporado Rhodias y hasta algún Habana. Venzo sandias tentaciones al pasra por las libretitas de colorines... y una perdida me anuncia que regrese a la cercanísima Caja para reiterar la observancia de mi genuina obligación, que es la de pagar.
Y mientras acaba la bella Tamara el convoluto se me ocurre comentar que "pues vaya, no salen ustedes de Lamy, una pena, podrían sus jefes animarse y poner por aquí plumas de circunstancias, aunque sea para que los niños se acostumbren...".
-"Anda, no me hable, que llevo aquí varios años y no hay reporte en el que no lo sugiera; y cuánta razón tiene, qué beneficioso lo de las estilográficas para los críos; bueno, y para todo el mundo, que tendría usted que ver lo poco y mal que se escribe, una pena".
-"Caramba, señorita, veo que le gustan a usted las plumas".
-"Y tanto, que voy coleccionando poquito a poco y tengo ya un montón; me encantan".
Mostrando el interior de la americana con tres clips de Parker, Mont Blanc y Alcampo asomados al balcón de por dentro le digo: "pues no sabe cuánto me alegro, que como ve también yo soy muy partidario".
-"Jo, son preciosas. Y por cierto, si alguna vez tiene un problema con alguna o incluso desea reconstruirlas o lo que sea, si quiere le pongo en contacto con un auténtico maestro, el mejor de España para esas cosas".
-"Qué bien, por supuesto, señorita".
-"Verá, se llama Teodoro....".
-"Pero no se olvide usted de Toni".
-"Ah, les conoce".
-"Me está dando usted una alegría, que no es frecuente encontrar tanto buen gusto en una persona tan joven (y por cierto tan bella) Pero es que todos los estilografópatas de buen gusto les conocemos y apreciamos, señorita, como usted misma".
-"Pues dele recueros míos, que además es una magnífica persona. Señora, eso es todo. Ah, que paga usted, firme aquí, por favor. Lamento que haya de utilizar ahora el palito de plástico sobre el display conectado, en lugar de una buena pluma... La tecnología no perdona".
Y me he ido tan contento.
Pero una buena vendedora (maja, bella, proclive, certera) se ofrece a Mi Dueña: "verá, si quiere le busco yo los productos y lo organizamos como si fuera un set, un conjunto; y luego lo empaquetamos bien y ya está". Idea aceptada.
Servidor llevaba ya varias horas de compras, de modo que el pacientómetro andaba muy, pero que muy, colmaíto. Así que a darse una vuelta por los andurriales papeleros. Veo que no salen de Lamy, pero que han incorporado Rhodias y hasta algún Habana. Venzo sandias tentaciones al pasra por las libretitas de colorines... y una perdida me anuncia que regrese a la cercanísima Caja para reiterar la observancia de mi genuina obligación, que es la de pagar.
Y mientras acaba la bella Tamara el convoluto se me ocurre comentar que "pues vaya, no salen ustedes de Lamy, una pena, podrían sus jefes animarse y poner por aquí plumas de circunstancias, aunque sea para que los niños se acostumbren...".
-"Anda, no me hable, que llevo aquí varios años y no hay reporte en el que no lo sugiera; y cuánta razón tiene, qué beneficioso lo de las estilográficas para los críos; bueno, y para todo el mundo, que tendría usted que ver lo poco y mal que se escribe, una pena".
-"Caramba, señorita, veo que le gustan a usted las plumas".
-"Y tanto, que voy coleccionando poquito a poco y tengo ya un montón; me encantan".
Mostrando el interior de la americana con tres clips de Parker, Mont Blanc y Alcampo asomados al balcón de por dentro le digo: "pues no sabe cuánto me alegro, que como ve también yo soy muy partidario".
-"Jo, son preciosas. Y por cierto, si alguna vez tiene un problema con alguna o incluso desea reconstruirlas o lo que sea, si quiere le pongo en contacto con un auténtico maestro, el mejor de España para esas cosas".
-"Qué bien, por supuesto, señorita".
-"Verá, se llama Teodoro....".
-"Pero no se olvide usted de Toni".
-"Ah, les conoce".
-"Me está dando usted una alegría, que no es frecuente encontrar tanto buen gusto en una persona tan joven (y por cierto tan bella) Pero es que todos los estilografópatas de buen gusto les conocemos y apreciamos, señorita, como usted misma".
-"Pues dele recueros míos, que además es una magnífica persona. Señora, eso es todo. Ah, que paga usted, firme aquí, por favor. Lamento que haya de utilizar ahora el palito de plástico sobre el display conectado, en lugar de una buena pluma... La tecnología no perdona".
Y me he ido tan contento.
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