Goldoff
Administrador de RE
Tripulación
Verificad@ con 2FA
La semana pasada tuve ocasión de asistir a la presentación de la marca Trilobe como nueva incorporación a Rabat. Pude encontrar ahí a bastantes foreros -y no- que me dieron la satisfacción personal de hacerme saber que al margen de su actividad en el foro siguen mantenienedo vínculos entre ellos que se forjaron aquí. Un placer saludaros, y otro igual de intenso conocer presencialmente a quienes sólo conocía por sus escritos.
Presentada oficialmente en diciembre de 2018, se puede decir que Trilobe es una marca muy joven, lo que hace todavía más meritoria la enorme presencia mediática conseguida en tan solo cinco años:
- Asistencia a la edición de 2019 de Baselworld (que resultaría serla última)
- Presencia en Onlywatch 2019 y siguientes
- Preselecciones en el GPHG (Gran Premio de Relojería de Ginebra) desde 2019
- Presencia en SIAR México 2020
- Presencia en la Dubai Watch Week 2021
- Presencia en W&W desde 2021
- Premio Petite Aguille del GPHG 2022
- Varias ediciones en colaboración, incluyendo una para Hodinkee en 2023
Más allá del concepto, en el que entro enseguida, da la sensación de que hay una enorme cantidad de dinero invertida a fondo perdido en marketing, puesto que con una producción de 600 relojes al año a un precio medio de unos 15.000 € (PVP, impuestos incluidos) no parece que vaya a dar beneficios en el corto o medio plazo. Eso sí, a estas alturas está presente en lo más granado de la distribución mundial: Les Ambassadeurs en Suiza, The Hour Glass en el Sudeste asiático, Cellini en Nueva York... y Rabat en España.
Su fundador, Gautier Massonneau, también es joven (1990) y proviene del mundo financiero en el que estuvo trabajando durante cuatro años antes de dar este giro tan radical. Francés de nacimiento, también concibe Trilobe como una marca francesa a pesar de que la mayoría de sus componentes provienen de Suiza. De hecho, en la trasera sólo se ve "Paris-France" sobre el calibre (en la web, que en las fotos que tomé aparece "Swiss Made"...), lo que llama un poco la atención porque está fabricado por Le Cercle d'Horlogers, situado en La-Chaux-de-Fonds, aunque atendiendo a las palabras de Massonneau les llega en piezas sueltas ("hasta los rubíes"). El calibre, así como el resto del reloj, es ensamblado en el atelier de París, donde trabajan diez personas que forman parte de un equipo de 21. Echen cuentas.
La caja -ISEOTEC SA- también está fabricada en Suiza, pero aun así se siguen considernado franceses. Tiene su mérito porque, más allá del tópico chauvinismo francés, la relojería francesa está considerada -todavía- como de segunda fila respecto de la suiza a pesar de ser históricamente la cuna de la relojería (la continental, al menos: otro día contaremos cómo los hugonotes y protestantes franceses -incluyendo relojeros de la zona del Jura- tuvieron que huir en el siglo XVII de las persecuciones religiosas del rey de turno). Tal vez por eso fue que Gautier me dijo que, más que francesa, es una marca parisina.
También me dijo que el concepto de Trilobe o, mejor dicho, su forma de indicar el tiempo tiene más que ver con un objeto "cool" antes que que el aspecto funcional o de su utilidad como reloj. Que tal vez por eso se podría decir que es una visión más "latina" del tiempo frente a la funcionalidad suiza.
Porque, digámoslo ya, la forma de leer el tiempo en un reloj Trilobe es cualquier cosa menos intuitiva. Básicamente se trata de tres discos excéntricos (de fuera a adentro: horas-minutos-segundos) que para más sofisticación giran en sentido contrario a las agujas de un reloj convencional, algo que sólo se ve en algunos relojes tradicionales judíos (el de la sinangoga de Praga, por ejemplo), movimiento que se denomina levógiro. Como curiosidad, el "normal" se denomina "dextrógiro" ("levo", izquierdo. "Dextro", diestro, derecho).
Dentro de este concepto de tres discos levógiros en Trilobe han imaginado tres formas de expresar el tiempo:
Les Matinaux, donde hay un marcador fijo para cada segmento H-M-S y donde para conocer la hora hay que fijarse en qué cifra tiene más cerca en cada momento.
Nuit Fantastique, donde sólo hay un marcador como tal para las horas mientras que los minutos y los segundos comparten otro en forma de flecha calada dentro de la ventana de estos ultimos. Esto nos lleva a la paradoja de poder leer con más precisión los segundos que los minutos.
Une Folle Journée es lo que -en mi opinión- te espera si lo quieres usar como instrumento para saber la hora: un solo marcador -en rojo- situado en lo que en un reloj tradicional serían las seis por donde irán pasando horas, minutos y segundos de una forma bastante aproximada. Se me ocurre que sería el primer reloj que puede prescindir de un certificado de cronómetro, porque ¿para qué?
Estos nombres para los modelos no son por casualidad: haciendo hincapié en su relación con la cultura Gautier me dijo que se referían a títulos de libros, podéis googlearlos si queréis. Lo que no se puede negar es que hay un "story telling" muy elaborado detrás de Trilobe.
Dentro de estos modelos hay submodelos, como L'Heure Exquise, que añade una fase de luna al círculo de los segundos, que para la ocasión se ha convertido en un disco transparente moteado de estrellas a cambio de indicar los -inútiles para el caso- segundos.
Aun dentro de L'Heure Exquise y La Nuit Fantastique podemos encontrar lo que personalmente más me ha gustado de lo que vi. Secret: una esfera personalizada donde se reproduce la disposición estelar del cielo en la fecha que el cliente desee. Cada vez que la mire podrá recordar un momento que sólo él/ella reconocerá. Curiosamente, cuando le hice ver a Gautier que ese tipo de relojería poética los acercaba a Hermés (Le Temps Suspendu, l'Heure Masquée) tardó nada y menos en salirse por la tangente y sólo admitir que lo único que los acercaba es su esencia francesa y, por supuesto, el buen hacer. Y puede que tuviera razón, porque en los Hermés uno puede leer la hora sin necesitar un instructivo.
El calibre común para todos los modelos es el X-Centric ya mencionado. Un calibre desarrollado en exclusiva para Trilobe por parte de Le Cercle d'Horlogers (participado mayoritariamente por la marca Speake-Marin y que suministra también a otras marcas independientes como Alto), que debió superar el reto de combinar un micro-rotor y sus inherentes limitaciones a la hora de cargar el barrilete con la fuerza necesaria para mover no uno sino tres discos, comparativamente mucho más pesados que las agujas tradicionales.
En todo caso, la marca no parece obsesionarse con los detalles técnicos. Su "story telling" se orienta al lujo y la proyección de personalidad. Más allá del precio -que si hablamos de lujo-lujo sería hasta asequible para muchos de los clientes objetivo- lo que propone es un estilo de vida, donde el tiempo sea relativo: no hace falta medirlo, y si lo haces te puedes permitir el lujo de "perder tiempo" haciéndolo.
Y la cosa no queda aquí. Me dijo Gautier que ya tiene en la recámara modelos para los próximos diez años. Mis mejores deseos.
Presentada oficialmente en diciembre de 2018, se puede decir que Trilobe es una marca muy joven, lo que hace todavía más meritoria la enorme presencia mediática conseguida en tan solo cinco años:
- Asistencia a la edición de 2019 de Baselworld (que resultaría serla última)
- Presencia en Onlywatch 2019 y siguientes
- Preselecciones en el GPHG (Gran Premio de Relojería de Ginebra) desde 2019
- Presencia en SIAR México 2020
- Presencia en la Dubai Watch Week 2021
- Presencia en W&W desde 2021
- Premio Petite Aguille del GPHG 2022
- Varias ediciones en colaboración, incluyendo una para Hodinkee en 2023
Más allá del concepto, en el que entro enseguida, da la sensación de que hay una enorme cantidad de dinero invertida a fondo perdido en marketing, puesto que con una producción de 600 relojes al año a un precio medio de unos 15.000 € (PVP, impuestos incluidos) no parece que vaya a dar beneficios en el corto o medio plazo. Eso sí, a estas alturas está presente en lo más granado de la distribución mundial: Les Ambassadeurs en Suiza, The Hour Glass en el Sudeste asiático, Cellini en Nueva York... y Rabat en España.
Su fundador, Gautier Massonneau, también es joven (1990) y proviene del mundo financiero en el que estuvo trabajando durante cuatro años antes de dar este giro tan radical. Francés de nacimiento, también concibe Trilobe como una marca francesa a pesar de que la mayoría de sus componentes provienen de Suiza. De hecho, en la trasera sólo se ve "Paris-France" sobre el calibre (en la web, que en las fotos que tomé aparece "Swiss Made"...), lo que llama un poco la atención porque está fabricado por Le Cercle d'Horlogers, situado en La-Chaux-de-Fonds, aunque atendiendo a las palabras de Massonneau les llega en piezas sueltas ("hasta los rubíes"). El calibre, así como el resto del reloj, es ensamblado en el atelier de París, donde trabajan diez personas que forman parte de un equipo de 21. Echen cuentas.
La caja -ISEOTEC SA- también está fabricada en Suiza, pero aun así se siguen considernado franceses. Tiene su mérito porque, más allá del tópico chauvinismo francés, la relojería francesa está considerada -todavía- como de segunda fila respecto de la suiza a pesar de ser históricamente la cuna de la relojería (la continental, al menos: otro día contaremos cómo los hugonotes y protestantes franceses -incluyendo relojeros de la zona del Jura- tuvieron que huir en el siglo XVII de las persecuciones religiosas del rey de turno). Tal vez por eso fue que Gautier me dijo que, más que francesa, es una marca parisina.
También me dijo que el concepto de Trilobe o, mejor dicho, su forma de indicar el tiempo tiene más que ver con un objeto "cool" antes que que el aspecto funcional o de su utilidad como reloj. Que tal vez por eso se podría decir que es una visión más "latina" del tiempo frente a la funcionalidad suiza.
Porque, digámoslo ya, la forma de leer el tiempo en un reloj Trilobe es cualquier cosa menos intuitiva. Básicamente se trata de tres discos excéntricos (de fuera a adentro: horas-minutos-segundos) que para más sofisticación giran en sentido contrario a las agujas de un reloj convencional, algo que sólo se ve en algunos relojes tradicionales judíos (el de la sinangoga de Praga, por ejemplo), movimiento que se denomina levógiro. Como curiosidad, el "normal" se denomina "dextrógiro" ("levo", izquierdo. "Dextro", diestro, derecho).
Dentro de este concepto de tres discos levógiros en Trilobe han imaginado tres formas de expresar el tiempo:
Les Matinaux, donde hay un marcador fijo para cada segmento H-M-S y donde para conocer la hora hay que fijarse en qué cifra tiene más cerca en cada momento.
Nuit Fantastique, donde sólo hay un marcador como tal para las horas mientras que los minutos y los segundos comparten otro en forma de flecha calada dentro de la ventana de estos ultimos. Esto nos lleva a la paradoja de poder leer con más precisión los segundos que los minutos.
Une Folle Journée es lo que -en mi opinión- te espera si lo quieres usar como instrumento para saber la hora: un solo marcador -en rojo- situado en lo que en un reloj tradicional serían las seis por donde irán pasando horas, minutos y segundos de una forma bastante aproximada. Se me ocurre que sería el primer reloj que puede prescindir de un certificado de cronómetro, porque ¿para qué?
Estos nombres para los modelos no son por casualidad: haciendo hincapié en su relación con la cultura Gautier me dijo que se referían a títulos de libros, podéis googlearlos si queréis. Lo que no se puede negar es que hay un "story telling" muy elaborado detrás de Trilobe.
Dentro de estos modelos hay submodelos, como L'Heure Exquise, que añade una fase de luna al círculo de los segundos, que para la ocasión se ha convertido en un disco transparente moteado de estrellas a cambio de indicar los -inútiles para el caso- segundos.
Aun dentro de L'Heure Exquise y La Nuit Fantastique podemos encontrar lo que personalmente más me ha gustado de lo que vi. Secret: una esfera personalizada donde se reproduce la disposición estelar del cielo en la fecha que el cliente desee. Cada vez que la mire podrá recordar un momento que sólo él/ella reconocerá. Curiosamente, cuando le hice ver a Gautier que ese tipo de relojería poética los acercaba a Hermés (Le Temps Suspendu, l'Heure Masquée) tardó nada y menos en salirse por la tangente y sólo admitir que lo único que los acercaba es su esencia francesa y, por supuesto, el buen hacer. Y puede que tuviera razón, porque en los Hermés uno puede leer la hora sin necesitar un instructivo.
El calibre común para todos los modelos es el X-Centric ya mencionado. Un calibre desarrollado en exclusiva para Trilobe por parte de Le Cercle d'Horlogers (participado mayoritariamente por la marca Speake-Marin y que suministra también a otras marcas independientes como Alto), que debió superar el reto de combinar un micro-rotor y sus inherentes limitaciones a la hora de cargar el barrilete con la fuerza necesaria para mover no uno sino tres discos, comparativamente mucho más pesados que las agujas tradicionales.
En todo caso, la marca no parece obsesionarse con los detalles técnicos. Su "story telling" se orienta al lujo y la proyección de personalidad. Más allá del precio -que si hablamos de lujo-lujo sería hasta asequible para muchos de los clientes objetivo- lo que propone es un estilo de vida, donde el tiempo sea relativo: no hace falta medirlo, y si lo haces te puedes permitir el lujo de "perder tiempo" haciéndolo.
Y la cosa no queda aquí. Me dijo Gautier que ya tiene en la recámara modelos para los próximos diez años. Mis mejores deseos.