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Es cierto que los relojes de oro ya no se llevan.
Pero los dos mejores que tengo son de oro, y los dos son heredados, con lo que unen a su valor económico uno mucho mayor: el sentimental.
Los dos relojes los he heredado de mi padre. Pero hace muchos años que los tengo. Me los dió en vida. Y desgraciadamente, se fue este pasado mes de enero. Si antes ya tenían valor sentimental, ahora, aún más.
Pero vamos a los dos relojes.
El primero es un Longines Conquest. De oro y con una milanesa de oro. Fue el reloj con el que se casó mi padre, hace casi 60 años. Es un reloj de tamaño pequeño para los estándares actuales, y francamente muy poco llevable, pues hasta el dial es de oro.
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Me lo pongo en ocasiones muy especiales. La trasera es realmente espectacular, con relieve y esmaltada.
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Tengo que decir que esta milanesa de oro es lo más espectacular que he visto en mi vida. Y no sólo por el material de que está hecha.
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El segundo es un reloj bastante más llevable, aunque aún es más antiguo que el Longines. Tiene unos 70 años.
Es un Malaz Watches, una de esas marcas suizas que desaparecieron con la llegada del cuarzo. Se lo regaló mi tí a mi padre, a final de los años 40, y mi padre me lo dió a mi hace unos años. Es más grande que el Longines.
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Es un crono bicompax impresionante.
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Ninguno de los dos los guardo en casa, porque si me desapareciesen tendría algo más que un disgusto.
Es cierto que los relojes de oro ya no se llevan.
Pero los dos mejores que tengo son de oro, y los dos son heredados, con lo que unen a su valor económico uno mucho mayor: el sentimental.
Los dos relojes los he heredado de mi padre. Pero hace muchos años que los tengo. Me los dió en vida. Y desgraciadamente, se fue este pasado mes de enero. Si antes ya tenían valor sentimental, ahora, aún más.
Pero vamos a los dos relojes.
El primero es un Longines Conquest. De oro y con una milanesa de oro. Fue el reloj con el que se casó mi padre, hace casi 60 años. Es un reloj de tamaño pequeño para los estándares actuales, y francamente muy poco llevable, pues hasta el dial es de oro.
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Me lo pongo en ocasiones muy especiales. La trasera es realmente espectacular, con relieve y esmaltada.
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Tengo que decir que esta milanesa de oro es lo más espectacular que he visto en mi vida. Y no sólo por el material de que está hecha.
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El segundo es un reloj bastante más llevable, aunque aún es más antiguo que el Longines. Tiene unos 70 años.
Es un Malaz Watches, una de esas marcas suizas que desaparecieron con la llegada del cuarzo. Se lo regaló mi tí a mi padre, a final de los años 40, y mi padre me lo dió a mi hace unos años. Es más grande que el Longines.
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Es un crono bicompax impresionante.
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Ninguno de los dos los guardo en casa, porque si me desapareciesen tendría algo más que un disgusto.
A ese bonito Longines le cambias la milanesa por una correa y se hace perfectamente llevable.
Ya sé, pero esa milanesa me gusta casi más que el reloj.Madre mia, a ese Longines, le pones una correa negra, elegante, y es una pasadaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Que estilasos compañero. Fijemonos bien en los detalles que no tienen desperdicios