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De la casa
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Relojeria para pobres: Acondicionamiento de un Basis con calibre Ebosa 22
La relojería para pobres es una rama dentro de la afición a los relojes que se caracteriza por un presupuesto escaso (máximo 20 euros), herramientas básicas y aprovechamiento de los recursos de carácter doméstico.
En este caso mi intención es recuperar un bonito reloj de los años 50 (8 euros puesto en casa) que se encuentra en un estado aceptable para su edad pero que no funciona. El calibre ha sido amablemente identificado en el foro de vintages como un ebosa 22 y es un tipo Roskopf. Este tipo de movimientos se consideran generalmente como de calidad media-baja.
Estas son las fotos de presentación del reloj.
A primera vista se observa algún detalle llamativo como el volante "falsamente compensado" como luego veremos, la austera decoración del calibre y la profusión de rubies para tratarse de un sistema Roskopf.
Para sacar el calibre que está sólidamente encajado en la caja hay que desmontar el cristal y sacarlo por delante.
Bajo la esfera se descubre la filiación del calibre, el comentado ebosa 22, así como la inscripcion Brevet + que hace referencia a que el modelo obtuvo algún tipo de patente.
Además se puede observar una antigua reparación en la que algún "artista" sustituyó una parte faltante (creo que la báscula) por un trozo de alambre que funciona bastante bien. En la siguiente foto se puede ver el trozo sustituido.
Volante y áncora oscilan con facilidad pero el tren de ruedas no se mueve por lo que decido desmontar el rodaje que ocupa un espacio muy pequeño dentro de la pletina en su mayoría reservada a un gran barrilete. En teoría, un barrilete grande debe favorecer la reserva de marcha y, junto a la abundancia de rubíes, garantizar un funcionamiento más preciso.
Con las ruedas fuera se observa claramente que estaban pegadas entre sí por algún tipo de residuo de color verdoso.
Una vez limpias es fácil ensamblar todas las ruedas en su puente salvo la rueda de escape y al final resulta más laborioso de lo esperado (y cuando no, la verdad).
Vuelvo a dar cuerda, ya que la había quitado previamente, y el reloj echa a andar con ese traqueteo tan agradable típico de los Roskopf.
Aprovecho para remozar ligeramente el lumen de las agujas (me pregunto si será radio y me da algo de aprensión manejarlas). Para ello mezclo la mina de un lápiz con cola blanca y lo aplico en el envés. El resultado no es espectacular pero siempre está mejor que ver la esfera a través de los agujeros. Anunque ha pasado más de medio siglo el reloj todavía brilla tenuemente en la oscuridad.
A continuación algunas fotos de la secuencia de desmontaje:
El áncora con su pequeño puente.
El rodaje todavía con el áncora en su emplazamiento.
La pletina en la que destaca el pequeño tornillo que regula la posición de la rueda de escape y que es otro hallazgo curioso para tratarse de un calibre de gama media-baja.
Rodaje y áncora con los residuos que mantenían pegadas las ruedas entre sí.
Una toma más clara.
Una toma más artística que técnica con los rubíes de la pletina a contraluz.
Por último, el falso volante compensado cuyos fingidos tornillos no son más que un adorno.
Dando por resuelto el problema me dispongo a montar el reloj pero el movimiento entra a presion en la caja y cada vez que lo intento el volante deja de oscilar. Despues de múltiples intentos decido lijar ligeramente el interior de la caja lo que soluciona el problema.
Envalentonado por los resultados monto el reloj pero al rato se para. Tras una observación minuciosa de 24 horas, observo que siempre se para en la zona comprendida entre las diez y la una mientras que el segundero sigue funcionando ininterrumpidamente. El fantasma de la "cuadratura floja" amenaza con hacer su aparición.
En este reloj la esfera va fijada al movimiento como en los relojes de bolsillo. Es decir las patas atraviesan el calibre y salen por el otro lado donde son fijadas por sendos tornillos. Esto es muy útil porque se puede levantar la esfera sin sacar el movimiento de la caja lo que facilita enormemente las reintervenciones.
Tras observar detenidamente el cañón de minutos no veo la pequeña muesca del linternado por lo que no me atrevo a apretar en ningún sitio. Finalmente, tras varios montajes-desmontajes descubro que la causa del problema era tan sencilla como que la esfera estaba demasiado apretada contra el movimiento.
Algunas fotos del resultado final.
Si os habéis entretenido un rato me doy por satisfecho
Saludos.
La relojería para pobres es una rama dentro de la afición a los relojes que se caracteriza por un presupuesto escaso (máximo 20 euros), herramientas básicas y aprovechamiento de los recursos de carácter doméstico.
En este caso mi intención es recuperar un bonito reloj de los años 50 (8 euros puesto en casa) que se encuentra en un estado aceptable para su edad pero que no funciona. El calibre ha sido amablemente identificado en el foro de vintages como un ebosa 22 y es un tipo Roskopf. Este tipo de movimientos se consideran generalmente como de calidad media-baja.
Estas son las fotos de presentación del reloj.
A primera vista se observa algún detalle llamativo como el volante "falsamente compensado" como luego veremos, la austera decoración del calibre y la profusión de rubies para tratarse de un sistema Roskopf.
Para sacar el calibre que está sólidamente encajado en la caja hay que desmontar el cristal y sacarlo por delante.
Bajo la esfera se descubre la filiación del calibre, el comentado ebosa 22, así como la inscripcion Brevet + que hace referencia a que el modelo obtuvo algún tipo de patente.
Además se puede observar una antigua reparación en la que algún "artista" sustituyó una parte faltante (creo que la báscula) por un trozo de alambre que funciona bastante bien. En la siguiente foto se puede ver el trozo sustituido.
Volante y áncora oscilan con facilidad pero el tren de ruedas no se mueve por lo que decido desmontar el rodaje que ocupa un espacio muy pequeño dentro de la pletina en su mayoría reservada a un gran barrilete. En teoría, un barrilete grande debe favorecer la reserva de marcha y, junto a la abundancia de rubíes, garantizar un funcionamiento más preciso.
Con las ruedas fuera se observa claramente que estaban pegadas entre sí por algún tipo de residuo de color verdoso.
Una vez limpias es fácil ensamblar todas las ruedas en su puente salvo la rueda de escape y al final resulta más laborioso de lo esperado (y cuando no, la verdad).
Vuelvo a dar cuerda, ya que la había quitado previamente, y el reloj echa a andar con ese traqueteo tan agradable típico de los Roskopf.
Aprovecho para remozar ligeramente el lumen de las agujas (me pregunto si será radio y me da algo de aprensión manejarlas). Para ello mezclo la mina de un lápiz con cola blanca y lo aplico en el envés. El resultado no es espectacular pero siempre está mejor que ver la esfera a través de los agujeros. Anunque ha pasado más de medio siglo el reloj todavía brilla tenuemente en la oscuridad.
A continuación algunas fotos de la secuencia de desmontaje:
El áncora con su pequeño puente.
El rodaje todavía con el áncora en su emplazamiento.
La pletina en la que destaca el pequeño tornillo que regula la posición de la rueda de escape y que es otro hallazgo curioso para tratarse de un calibre de gama media-baja.
Rodaje y áncora con los residuos que mantenían pegadas las ruedas entre sí.
Una toma más clara.
Una toma más artística que técnica con los rubíes de la pletina a contraluz.
Por último, el falso volante compensado cuyos fingidos tornillos no son más que un adorno.
Dando por resuelto el problema me dispongo a montar el reloj pero el movimiento entra a presion en la caja y cada vez que lo intento el volante deja de oscilar. Despues de múltiples intentos decido lijar ligeramente el interior de la caja lo que soluciona el problema.
Envalentonado por los resultados monto el reloj pero al rato se para. Tras una observación minuciosa de 24 horas, observo que siempre se para en la zona comprendida entre las diez y la una mientras que el segundero sigue funcionando ininterrumpidamente. El fantasma de la "cuadratura floja" amenaza con hacer su aparición.
En este reloj la esfera va fijada al movimiento como en los relojes de bolsillo. Es decir las patas atraviesan el calibre y salen por el otro lado donde son fijadas por sendos tornillos. Esto es muy útil porque se puede levantar la esfera sin sacar el movimiento de la caja lo que facilita enormemente las reintervenciones.
Tras observar detenidamente el cañón de minutos no veo la pequeña muesca del linternado por lo que no me atrevo a apretar en ningún sitio. Finalmente, tras varios montajes-desmontajes descubro que la causa del problema era tan sencilla como que la esfera estaba demasiado apretada contra el movimiento.
Algunas fotos del resultado final.
Si os habéis entretenido un rato me doy por satisfecho
Saludos.
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