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modena
Habitual
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Muy buenas tardes a todos!
Seguro que os pasado, e incluso me suena algún hilo o artículo que menciona esto que voy a exponer, pido disculpas por ello...
Me ha vuelto a pasar, en una reunión grupal.
Sentados alrededor de una mesa, con varios compañeros y algún desconocido a modo de orador.
Estas relajado, has tomado apuntes, llevas ya varias horas, las manos descansan sobre las piernas y la pluma sobre la mesa, estas relajado.
En un entorno en el que los bolígrafos de plástico barato se pasan de mano en mano sin dar ningún valor para anotar cosas.
El compañero justo a tu lado a escasísimos centímetros, y en un centelleo que no permite casi reacción te coge la pluma, la destapa con absoluta curiosidad mirandola (piensas que solo la quiere mirar un segundo sin imaginarte que pueda tener la osadía de probarla sin pedirte permiso, por lo que no te alertas en exceso...)
Y de repente tan rápido como un rayo, la prueba en su papel anotando una palabra y acto seguido te la devuelve como si no hubiera pasado nada... No tiene necesidad alguna, va con su bolígrafo, es por mera curiosidad de ver que se siente
(y por lo tanto al no haber pedido previamente que le dejaras anotar algo no sirve el socorrido bolígrafo que siempre llevo por si me lo piden prestar y que solemos usar en esas situaciones para no prestar la pluma. No, no hay nada que anotar, no quieren un bolígrafo, el objetivo es tu pluma)
Es instantáneo el pánico que se siente, pero la estupefacción y la situación de no querer hacer ningún comentario que pueda parar la reunión, hace que todo pase como una película, son instantes de absoluto temor, solo piensas en que no te haya hecho ningún estropicio en el plumín...
Coges tu pluma de nuevo, pruebas tembloroso el trazo casi suplicando que no haya consecuencias...
No las ha habido. Respiras tranquilo.
Coges la pluma entre tus manos, sujetándola como un tesoro tuyo, ya no se suelta sobre la mesa más.
Y sólo te queda rememorar en tu cabeza la escena, culpandote de que has permitido la situación por respeto a los demás cuando a ti en realidad no te estaban respetando al no pedirte que le enseñarás la pieza...
Pero eres así, correcto por naturaleza y sufridor en silencio.
Te prometes que no volverá a suceder, no más reuniones con la pluma suelta sobre la mesa y te repites cual mantra que al próximo que se le ocurra le sueltas una palabra cortante que mejor eso a pasar la mala situación tu por una osadía que se permite otro. Pero justo recaes en que ya te ha pasado un par de veces antes y no aprendes a coger y decir que se puede mirar pero no escribir con ella... Bueno si has hecho algo, llevas plumas de lo más económicas que tienes por si ocurren situaciones similares...al final fastidia solo de pensar que casi hay que esconderse para usar aquellas piezas que tengan un poco más de valor asegurando que hay cero probabilidades de que alguien la coja entre sus manos, llaman poderosamente la atención.
No pasa nada en el fondo, entiendes que el de al lado solo ve un instrumento de escritura elegante, que te quiere hacer un cumplido diciéndote "que bonita", que no conoce su fragilidad y por lo tanto sin maldad alguna quiera probar como escribe en un acto impulsivo como si fuera un bolígrafo sin importancia, pero la situación te produce algo de angustia la verdad...
Buenas tardes a todos!
Seguro que os pasado, e incluso me suena algún hilo o artículo que menciona esto que voy a exponer, pido disculpas por ello...
Me ha vuelto a pasar, en una reunión grupal.
Sentados alrededor de una mesa, con varios compañeros y algún desconocido a modo de orador.
Estas relajado, has tomado apuntes, llevas ya varias horas, las manos descansan sobre las piernas y la pluma sobre la mesa, estas relajado.
En un entorno en el que los bolígrafos de plástico barato se pasan de mano en mano sin dar ningún valor para anotar cosas.
El compañero justo a tu lado a escasísimos centímetros, y en un centelleo que no permite casi reacción te coge la pluma, la destapa con absoluta curiosidad mirandola (piensas que solo la quiere mirar un segundo sin imaginarte que pueda tener la osadía de probarla sin pedirte permiso, por lo que no te alertas en exceso...)
Y de repente tan rápido como un rayo, la prueba en su papel anotando una palabra y acto seguido te la devuelve como si no hubiera pasado nada... No tiene necesidad alguna, va con su bolígrafo, es por mera curiosidad de ver que se siente
(y por lo tanto al no haber pedido previamente que le dejaras anotar algo no sirve el socorrido bolígrafo que siempre llevo por si me lo piden prestar y que solemos usar en esas situaciones para no prestar la pluma. No, no hay nada que anotar, no quieren un bolígrafo, el objetivo es tu pluma)
Es instantáneo el pánico que se siente, pero la estupefacción y la situación de no querer hacer ningún comentario que pueda parar la reunión, hace que todo pase como una película, son instantes de absoluto temor, solo piensas en que no te haya hecho ningún estropicio en el plumín...
Coges tu pluma de nuevo, pruebas tembloroso el trazo casi suplicando que no haya consecuencias...
No las ha habido. Respiras tranquilo.
Coges la pluma entre tus manos, sujetándola como un tesoro tuyo, ya no se suelta sobre la mesa más.
Y sólo te queda rememorar en tu cabeza la escena, culpandote de que has permitido la situación por respeto a los demás cuando a ti en realidad no te estaban respetando al no pedirte que le enseñarás la pieza...
Pero eres así, correcto por naturaleza y sufridor en silencio.
Te prometes que no volverá a suceder, no más reuniones con la pluma suelta sobre la mesa y te repites cual mantra que al próximo que se le ocurra le sueltas una palabra cortante que mejor eso a pasar la mala situación tu por una osadía que se permite otro. Pero justo recaes en que ya te ha pasado un par de veces antes y no aprendes a coger y decir que se puede mirar pero no escribir con ella... Bueno si has hecho algo, llevas plumas de lo más económicas que tienes por si ocurren situaciones similares...al final fastidia solo de pensar que casi hay que esconderse para usar aquellas piezas que tengan un poco más de valor asegurando que hay cero probabilidades de que alguien la coja entre sus manos, llaman poderosamente la atención.
No pasa nada en el fondo, entiendes que el de al lado solo ve un instrumento de escritura elegante, que te quiere hacer un cumplido diciéndote "que bonita", que no conoce su fragilidad y por lo tanto sin maldad alguna quiera probar como escribe en un acto impulsivo como si fuera un bolígrafo sin importancia, pero la situación te produce algo de angustia la verdad...
Buenas tardes a todos!