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La historia de Leon Breitling comenzó el 26 de enero de 1860, el día en que Leon Breitling, en su juventud, decidió aprender sobre relojes. Varios años antes, sus padres se habían mudado del área de Stuttgart, Alemania, al Jura suizo para buscar trabajo. Durante los veranos cultivaban la tierra y criaban ganado, pero durante los largos meses de invierno era necesario trabajar en el interior haciendo reloj y partes para complementar sus limitados ingresos. Estas piezas fueron entregadas posteriormente a los fabricantes de relojes de la zona. En este momento, de una población total de 2,5 millones de personas, unas 40,000 personas trabajaban en la industria relojera. Setenta y cinco por ciento de los que trabajaban en casa.
Los padres de Leon Breitling se establecieron en la ciudad de Saint-Imier, que en ese momento consistía en unas pocas casas. Aquí León creció y adquirió las semillas de conocimiento que iban a conducir a su carrera posterior. Tenía seis años cuando se fundó la Cruz Roja Internacional; Doce cuando se comenzó el trabajo en el Túnel St. Gathered. Para León, el trabajo duro era su estilo de vida desde el principio, y desde muy temprana edad estaba haciendo componentes mecánicos para los relojes desde su casa como trabajador "de campo". Era probable que los dispositivos mecánicos y los relojes complicados atrajeran a León incluso en su juventud.
En 1884, Suiza estaba en las profundidades de una recesión, y muchos perdieron la esperanza y emigraron al extranjero para comenzar de nuevo. Además, Daimler y Maybach acababan de construir sus primeros motores, por lo que estaba comenzando una era de tecnología que cambia rápidamente. Chugging automóviles y aviones fueron vistos por primera vez. Se introdujo la luz eléctrica, e innumerables otros inventos técnicos pronto siguieron. En este momento también sucedía mucho en el Jura suizo, en el Vallee de Joux. Los altibajos de la economía, especialmente en la industria relojera, no hicieron que comenzar un nuevo negocio fuera muy fácil. Sin embargo, a la edad de 24 años, Leon Breitling terminó su formación como relojero y abrió un pequeño estudio en Saint-Imier para producir complicados dispositivos mecánicos y relojes. Aprendió en poco tiempo que era necesario especializarse, para evitar ser solo uno que compitiera entre muchos. Esta empresa tuvo éxito, por lo que poco después fundó una pequeña empresa de relojería con el nombre de G. Leon Breitling, que sentó las bases de una gran marca de relojes. A partir de entonces, el nombre de Breitling fue rápidamente conocido.
Los primeros productos hechos por el leon Breitling fueron relojes de su propia invención y construcción: varios relojes y cronógrafos complicados, así como varios instrumentos de medición especiales que se necesitaban en la industria relojera.
Introdujo sus productos en exposiciones y así ganó una serie de premios y certificados de honor.
Saint-Imier pronto se volvió demasiado pequeño para él, y Leon Breitling buscó más espacio. Por lo tanto, era natural mudarse a La Chaux-de-Fonds, donde estaban ubicados la mayoría de sus proveedores. La Chaux-de-Fonds fue y es un centro de la industria relojera. En La Chaux-de-Fonds compró un terreno en la Rue Montbrillant y construyó una fábrica. En 1892, la firma se mudó a La Chaux-de-Fonds, y Leon cambió el nombre de la firma a Leon G. Breitling S.A. Montbrillant Watch Manufactory.
En este proceso, su pequeño estudio se había convertido en una gran fábrica de relojes con sesenta empleados.
Gran parte del trabajo ya estaba asignado a pequeñas empresas familiares y trabajadores en el hogar, ya que era imposible emplear a tanta gente en su propia fábrica. Para poder vender sus productos en Francia, abrió una sucursal desde Francia, en Besancon, pero al poco tiempo se cerró, ya que las entregas directas a Francia se hicieron posibles.
El 11 de agosto de 1914 murió Leon Breitling. Su hijo Gaston Breitling, comenzó con entusiasmo su carrera en el negocio después de haber sido entrenado como relojero.
