daytonas
Vamos a ver... Hace no muchos años (muy pocos) el daytona por el que hoy se pagan fortunas se moría de asco en los escaparates de los CO,s y a unos precios de saldo... Ese mismo por el que hoy son todo Ooooohhhh's y Aaaaahhhh's... Antes de que el mismísimo Kronos decidiese iluminarnos y sacarnos de nuestra ignorancia... Cuanto costaba entonces y cuanto cuesta ahora? Por que? Antes éramos muy tontos y ahora muy listos? Cuanto debería costar? Pues ni más ni menos que lo que los señores de Rolex quieran pedir y nosotros dispuestos a pagar, osea lo mismo que antes pero al reves... Por lo mismo que unos años antes un fifty fathoms costaba más o menos igual que un submariner, un Tudor o un seamaster y ahora cuesta unas tres veces más que el sub, unas ocho más que el Tudor y unas cinco que el seamaster... Por lo mismo que un Ploprof costaba más del doble que un submariner y ahora solo un poco más... Ahora todos somos "expertos conoisseurs" y sabemos distinguir y valorar una "manufactura" y antes vivíamos en la inopia relojeril ...y eso tiene un precio... Pagar o no pagar that is the question... Saludotes
Hola a todos:
A esto me refería cuando me prometía un debate interesante.
Así como he abordado en mi post anterior el aspecto de la DEMANDA, estoy totalmente de cuerdo con Neurona, que aborda magistralmente el aspecto de la OFERTA.
En el caso del aumento sustancial en pocos años del precio del Rolex Daytona, EMHO se trata claramente de una estrategia de marketing: el POSICIONAMIENTO DEL PRODUCTO.
Rolex sólo fabrica un cronografo (se que es la palabra "correcta" pero sigue sin gustarme. Cuando no hay botones de marcha-paro-reset preferiría referirme a cronometro, en contraposición a reloj, de precisión si se quiere, cuando no existe esa función) en la gama Oyster: el Daytona. Esto es una situación poco habitual, pues las demás marcas suelen tener una amplia gama de cronografos en sus catálogos.
Esta circunstancia es claramente desfavorable para la promoción del producto en un mercado "normal" y casi todas las marcas intentan evitarlo, creando una LÍNEA DE PRODUCTOS que se apoyan unos a otros frente al consumidor a la hora de elegir.
La idea es: cuanta más variedad donde elegir, mayor probabilidad de que el consumidor se decida por un modelo de mi marca en lugar de uno de la competencia.
Rolex, con su potencial técnico, industrial y financiero, podría haber desarrollado por lo menos media docena de modelos base de cronógrafos, cada uno con múltiples variantes estéticas.
Entonces posiblemente podríamos elegir entre "Daytonas", Silverstones", "Monzas", "Indianapolis", Nürnburgrings" y "Le Mans" a precios similares a los "Datejust", "Submariners" y "Day-Dates", quizá con un tope de gama en línea con los "Yacht-Masters".
No veo porqué esa estrategia no debería funcionar.
Pero Rolex ha elegiudo otra estrategia radicalmente distinta: convertir un producto "normal" (dentro de sus altos estándares de calidad y precio) en un producto "premium" (exclusivo)
Para ello no ha sido necesario ni siquiera modificar sensiblemente el producto (¡el Daytona actual data de hace unos 20 años!).
En este caso ha bastado con convertir el producto en un bien escaso (reducir la oferta poniendo en el mercado contadas unidades) y especialmente deseado (aumentar la demanda dándole una aureola de reloj mítico: Pawl Neuman, etc.)
La teoría económica de la ley del mercado nos dice qué ocurre en estos casos: el precio sube.
El resultado es el que nos relata Neurona: Ahora nos pirramos por pagar un precio desorbitado por el mismo Daytona de acero que hace años no nos llamaba la atención en el escaparate. Bravo por Rolex.
A mi, aunque lo encuentro muy bien diseñado y fabricado, como todos los Rolex, no es el que más me gusta. Estéticamente me gustan más el Sub y el GMT.
Ahora bien, estoy convencido de que si pudiera elegir uno de los 3 (básicos de acero) al mismo precio, no resistiría la tentación de optar por el Daytona, simplemente para poseer el más difícil de conseguir.
Con ello me confieso víctima de esta táctica de marketing, que conozco pero que no soy capaz de contrarrestar.
El único inconveniente de esta estrategia es que Rolex está renunciando conscientemente a vender un montón de cronógrafos, aunque a precios inferiores.
Es un dilema similar al del "Break-even point" (punto de equilibrio: no confundir con las dichosas pulseritas de moda), bien conocido en economía de empresa.
Consiste en optimizar los recursos productivos y comerciales para obtener el máximo beneficio posible: vendiendo más unidades a un precio inferior o menos unidades a un precio más alto, según los casos.
Personalmente opino que Rolex impone estos precios y juega con la escasez de Daytonas porque está convencida de que una parte sustancial de sus potenciales clientes se sienten atraidos por la marca Rolex debido, entre otras cosas, a la aureola mítica del Daytona y de algún otro modelo, pero que acabarán comprando un Datejust, un Sub o un GMT aunque realmente deseen el Daytona, simplemente porque son los Rolex a los que pueden acceder.
Si es así, me parece arrogante y perjudicial a largo plazo.
Puede que con otros clientes les funcione, pero yo he decidido adquirir un Breitling Navitimer World como primera pieza importante de mi (espero) futura colección.
Y no es un "premio de consolación", ni mucho menos, ya que la marca Breitling y este modelo me gustan "per se": prestigio, historia, leyenda, diseño, calidad de acabados y multifuncionalidad.
Pero, quizá hubiera empezado por un "Le Mans" o un "Daytona" si existieran dichos modelos de cronógrafos Rolex de diseño más actual y a precios comparables.
Ellos se lo han perdido, no yo, pues estoy muy satisfecho de mi elección.
Ya veremos como sigue esta historia del Daytona (en realidad, de los cronógrafos de Rolex)
Si el tema os parece interesante, por favor, opinad. Me interesa.
Saludos
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