Puede parecer en reflexión rápida o a la ligera que así es, parecería obvio que no podemos ser de otra manera, pero lo cierto es que somos tan diversos como el resto de la sociedad y eso sí, tenemos un factor común que une bastante. Nos permite tener conversaciones apasionadas, compartir sentimientos realmente personales, con personas con las que si no difícilmente compartiríamos siquiera el saludo y además coincidir a veces.
Así que esa diversidad de opiniones en marcas, colores, tamaños, funciones, calibres, correas y hasta precios no es solo la simple cuestión de "para gustos los colores", que en realidad en un alto porcentaje se emplea para no mandar a freír espárragos al interlocutor contrapuesto, y que de tanto oírla tendemos a aceptar como verdad inamovible. Es más bien cuestión de diversidad de pareceres, de gustos fundados en actitudes y modos de vida, tendencias personales, aspiraciones en la vida o simple manera personal de vivirla. Vamos que somos tan diferentes como perros, gatos y caballos por muy mamíferos de sangre caliente que seamos todos.
Lo que si considero cierto es que algunas características unen a la mayoría de los buenos aficionados a la relojería seguramente por encima de la media, cuidado esmerado, educación, respeto, poder adquisitivo, y cuando más de una de ellas no cuadra es difícil realmente tomar interés por algo tan peculiar como esto que nos une.