J
JavierRL
Novat@
Sin verificar
Siguiendo la proposición que algunos me hicisteis en el hilo de presentación, os presento a las plumas que supusieron mi entrada en este mundo. Como ya decía allí, no tienen más valor que el personal: sin ellas yo no estaría en este foro, ni tendría ahora todas las plumas y tintas que tengo.
La primera de todas tiene una historia que probablemente algunos compartís. En la ya lejana primavera de 1976, para mi primera comunión, me regalaron una caja azul y blanco roto con un conjunto de bolígrafo y pluma Inoxcrom 77 azules. En un principio usé el bolígrafo; probé la pluma, pero supongo que me pareció poco práctica y quedó abandonada. De todo el regalo solo sobrevive la pluma. La caja, el bolígrafo y el convertidor aerométrico desaparecieron en distintos momentos. A día de hoy utilizo esa Inoxcrom casi a diario, siempre entintanda con Parker Quink azul-negro. Es una extraordinaria escritora y, pese a su modestia, una de mis plumas preferidas.
La segunda fue una Parker Vector azul, allá por los ´90, con la que tomé muchos apuntes en la facultad. Actualmente la entinto de vez en cuando, y sigue escribiendo como el primer día. La tercera es una Sheaffer School roja. También tiene su pequeña historia: en realidad, mi primera School era verde agua, muy bonita, pero me la robaron de la mochila en un mercado de Ucrania en 1999. A la vuelta quise comprarla de nuevo en el mismo color, pero no la encontré, así que ahora es roja. Es una pluma muy barata al tacto, pero sigue escribiendo muy bien y el plástico, pese a su apariencia de fragilidad, resiste el paso del tiempo (y ya tiene un cuarto de siglo).
En fin, la Inoxcrom abrió el camino a una afición que tardó en cuajar, y la Vector y la School asentaron ya el gusto por las estilográficas. Lo de estos últimos años ya es otra cosa, algo que quizá debería llamar "vicio".
La primera de todas tiene una historia que probablemente algunos compartís. En la ya lejana primavera de 1976, para mi primera comunión, me regalaron una caja azul y blanco roto con un conjunto de bolígrafo y pluma Inoxcrom 77 azules. En un principio usé el bolígrafo; probé la pluma, pero supongo que me pareció poco práctica y quedó abandonada. De todo el regalo solo sobrevive la pluma. La caja, el bolígrafo y el convertidor aerométrico desaparecieron en distintos momentos. A día de hoy utilizo esa Inoxcrom casi a diario, siempre entintanda con Parker Quink azul-negro. Es una extraordinaria escritora y, pese a su modestia, una de mis plumas preferidas.
La segunda fue una Parker Vector azul, allá por los ´90, con la que tomé muchos apuntes en la facultad. Actualmente la entinto de vez en cuando, y sigue escribiendo como el primer día. La tercera es una Sheaffer School roja. También tiene su pequeña historia: en realidad, mi primera School era verde agua, muy bonita, pero me la robaron de la mochila en un mercado de Ucrania en 1999. A la vuelta quise comprarla de nuevo en el mismo color, pero no la encontré, así que ahora es roja. Es una pluma muy barata al tacto, pero sigue escribiendo muy bien y el plástico, pese a su apariencia de fragilidad, resiste el paso del tiempo (y ya tiene un cuarto de siglo).
En fin, la Inoxcrom abrió el camino a una afición que tardó en cuajar, y la Vector y la School asentaron ya el gusto por las estilográficas. Lo de estos últimos años ya es otra cosa, algo que quizá debería llamar "vicio".