Explicado por el encargado de una joyería-relojería de la zona alta de Madrid: llegando las fechas navideñas, no son pocos los hombres de alto poder adquisitivo que gustan de hacer regalos en forma de joyas por importes muy superiores a los que están permitidos para pagos en efectivo a amigas con las que no tienen ningún interés en que conste que mantienen una relación. Obviamente, si los pagos deben efectuarse mediante transferencias o tarjetas, queda un rastro de la operación que por razones personales y familiares muchos no desean que exista. De tal modo que el dilema es: o se acepta el pago en efectivo o el cliente no compra la joya.
Esta otra situación también me fue explicada por un responsable de una tienda de compraventa de joyas y relojes: muchos clientes que atraviesan dificultades económicas desean vender joyas o relojes discretamente y quieren el dinero en efectivo, pues sufren embargos en cuentas por impagos y el dinero quieren dedicarlo simplemente a salir adelante. Así que, o se hace la operación en efectivo, o el cliente no quiere hacerla. ¿Y qué hace entonces el dueño del negocio?
La lucha contra el dinero negro por la vía de restringir los pagos en efectivo incluso en operaciones lícitas parte de un enfoque erróneo: quien tiene dinero negro o no declarado lo que hará, al no poder gastarlo, será quemarlo o declararlo. Pues no señores, no: se irá y se lo gastará en otros países europeos que con mejor criterio aceptan pagos en efectivo sin restricción, porque así lo establecen sus leyes o simplemente de hecho (Portugal, Alemania, etc.). Todo ello en lugar de gastarlo en España, donde ese dinero tendría un efecto multiplicador en la economía (el señor de la joyería lo invertirá en restauración o en automoción, estos a su vez ampliarán negocio contratando más personal, etc.).
En cuanto a la excusa de que el dinero en efectivo encubre corrupción, narcotráfico y terrorismo internacional: típicos argumentos conspirativos. Efectivamente, esas actividades delictivas hacen sus transacciones en efectivo, pero seguirán haciéndolas en efectivo, diga lo que diga el Gobierno, porque lógicamente no se hacen con facturas. Y entretanto, con el dinero de plástico, todos engrosaremos la cuenta de resultados de los bancos y encima nos harán un "traje a medida" de lo que vamos gastando y en qué.
Conozco el ejemplo de los países nórdicos, donde hasta el billete del autobús se paga con el móvil, pero no me sirve, porque esas economías están saneadas y seguirían estándolo incluso aunque se admitieran los pagos en efectivo. La lucha contra el dinero en efectivo es una lucha contra la privacidad y la autonomía personal, no por el progreso económico.
A mi modo de ver, el dinero es mejor no inmovilizarlo sino "que corra". Y el año que viene, ya quiero yo ver que la recaudación fiscal haya aumentado con estas medidas de talibanes. Aumentará porque nos subirán a todos los que cobramos con nómina e ingresos 100% declarados las retenciones, tipos e impuestos de todo tipo, pero el que tiene dinero negro para gastar seguirá haciendo exactamente lo mismo que venía haciendo con él. Y si no puede hacerlo en España, lo hará fuera de España, y a todos nos irá mucho peor...