
Goldoff
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Parece que Jaquet Droz va encontrando su nicho después de años siendo una rara avis -junto a la división relojera de Harry Winston- dentro del Swatch Group. Porque siempre se ha querido presentar a Breguet (y en menor medida a Glashütte Original y Blancpain) como el máximo exponente de la Alta Relojería mientras esta joya permanecía en alguna especie de limbo para acaudalados iniciados.
Ahora reaparece con esta serie limitada "uno de uno" encargada por y realizada para un coleccionista particular, que por la temática elegida se diría oriental.
El dragón parece surgir de la esfera, como arrancado de una leyenda. Con los cuernos extendidos, los bigotes retorcidos y los colmillos afilados, su rostro cobra vida y la luz es capturada en cada detalle. Esculpido y grabado a mano en una aleación de oro blanco, amarillo y rojo, cada curva está cincelada con una precisión extrema. Cada detalle de la máscara está elaborado a mano con la máxima minuciosidad: grabado, escultura, micropintura, engaste… Casi un año de diseño y más de 200 horas de trabajo que han movilizado a todos los oficios artísticos de la Casa Jaquet Droz. La máscara, tallada en un bloque macizo de oro, grabada por ambas caras y aplicada después sobre un fondo decorado, parece flotar sobre el movimiento.
El movimiento automático esqueleto Jaquet Droz 2625SQ alberga un tourbillon volante situado a las 12 h, cuya animación se funde con las líneas florales grabadas en el fondo del reloj. Con una excepcional reserva de marcha de ocho días, este calibre de la Manufactura combina una estética espectacular con la excelencia mecánica. El fondo de cristal de zafiro permite admirar la masa oscilante con la inscripción «ONE MORE» grabada, un guiño de la Casa a su coleccionista.
Todo este dechado artístico se aloja en una caja de oro rojo 18 quilates de 41 mm de diámetro y 13 mm de grosor.
Como es de suponer, el tema del precio no es relevante aquí.
Parece que Jaquet Droz va encontrando su nicho después de años siendo una rara avis -junto a la división relojera de Harry Winston- dentro del Swatch Group. Porque siempre se ha querido presentar a Breguet (y en menor medida a Glashütte Original y Blancpain) como el máximo exponente de la Alta Relojería mientras esta joya permanecía en alguna especie de limbo para acaudalados iniciados.
Ahora reaparece con esta serie limitada "uno de uno" encargada por y realizada para un coleccionista particular, que por la temática elegida se diría oriental.
El dragón parece surgir de la esfera, como arrancado de una leyenda. Con los cuernos extendidos, los bigotes retorcidos y los colmillos afilados, su rostro cobra vida y la luz es capturada en cada detalle. Esculpido y grabado a mano en una aleación de oro blanco, amarillo y rojo, cada curva está cincelada con una precisión extrema. Cada detalle de la máscara está elaborado a mano con la máxima minuciosidad: grabado, escultura, micropintura, engaste… Casi un año de diseño y más de 200 horas de trabajo que han movilizado a todos los oficios artísticos de la Casa Jaquet Droz. La máscara, tallada en un bloque macizo de oro, grabada por ambas caras y aplicada después sobre un fondo decorado, parece flotar sobre el movimiento.
El movimiento automático esqueleto Jaquet Droz 2625SQ alberga un tourbillon volante situado a las 12 h, cuya animación se funde con las líneas florales grabadas en el fondo del reloj. Con una excepcional reserva de marcha de ocho días, este calibre de la Manufactura combina una estética espectacular con la excelencia mecánica. El fondo de cristal de zafiro permite admirar la masa oscilante con la inscripción «ONE MORE» grabada, un guiño de la Casa a su coleccionista.
Todo este dechado artístico se aloja en una caja de oro rojo 18 quilates de 41 mm de diámetro y 13 mm de grosor.
Como es de suponer, el tema del precio no es relevante aquí.