Jose Claudio
Forer@ Senior
Sin verificar
Tres horas de película y que lejos de aburrirte salgas impactado emocionalmente, eso no lo hace cualquiera.
El director, Wang Xiaoshuai, pone la lupa en grupo de gente y un drama humano para contar la evolución de ese grupo a lo largo de tres decadas en las que China ha sufrido una evolución/revolución que la ha dejado irreconocible.
El precio que han tenido que pagar en lo más profundo de ellos mismos -por ejemplo, no poder tener más de un hijo, salvo si puedes pagar la multa- es algo que los marca no sólo a lo largo de sus vidas sino también transgeneracionalmente: la siguiente generación recibe el peso de esa deuda que sus padres han pagado para salir colectivamente de la miseria.
La finura psicológica con la que describe a los personajes y su tragedia, su duelo, sus repercusiones, es narrado con pequeños saltos temporales que, a mi juicio, dan una coherencia interna mucho más sugestiva que una narración lineal, pero sin perder ni un solo momento la evolución/ trasformación temporal de los personajes ni de China.
En definitiva, si te gusta el buen cine, si te gustan las emociones alejadas por completo de cualquier sensiblería, si no te asusta las tres horas de película, no te la pierdas. Saldrás con un indescriptible bienestar y la certeza de haber visto una película que no olvidarás.
¡Ah! Y no durará en cartelera.
El director, Wang Xiaoshuai, pone la lupa en grupo de gente y un drama humano para contar la evolución de ese grupo a lo largo de tres decadas en las que China ha sufrido una evolución/revolución que la ha dejado irreconocible.
El precio que han tenido que pagar en lo más profundo de ellos mismos -por ejemplo, no poder tener más de un hijo, salvo si puedes pagar la multa- es algo que los marca no sólo a lo largo de sus vidas sino también transgeneracionalmente: la siguiente generación recibe el peso de esa deuda que sus padres han pagado para salir colectivamente de la miseria.
La finura psicológica con la que describe a los personajes y su tragedia, su duelo, sus repercusiones, es narrado con pequeños saltos temporales que, a mi juicio, dan una coherencia interna mucho más sugestiva que una narración lineal, pero sin perder ni un solo momento la evolución/ trasformación temporal de los personajes ni de China.
En definitiva, si te gusta el buen cine, si te gustan las emociones alejadas por completo de cualquier sensiblería, si no te asusta las tres horas de película, no te la pierdas. Saldrás con un indescriptible bienestar y la certeza de haber visto una película que no olvidarás.
¡Ah! Y no durará en cartelera.
Última edición: