Rolex4ever
Habitual
Sin verificar
Tudor está en una vorágine de modelos nuevos. Y digo nuevos porque si bien sus relojes tienen todos un clarísimo ADN, para el ojo del entusiasta las diferencias son significativas. Tanto así que Tudor nos pone en un brete porque ahora mismo hay varios modelos de donde elegir.
Hoy hago un Hands-On más con un miembro de la familia Black Bay. El nuevo Black Bay Steel con su flamante fecha y característico bisel en acero. De Tudor 2017 sólo me queda por mostrar el reloj que más ganas tengo de ver, el nuevo Black Bay Chrono. Estar pendientes.
Quien crea que el Black Bay Steel es más de lo mismo se equivoca diametralmente (no cuento aquí a mi esposa que piensa eso pero ella siempre tiene la razón). En mano es una pieza muy distinta al Black Bay tradicional y me parece un miembro destacado de una de las familias de relojes de buceo de mayor repercusión en los últimos años.
Empecemos con la esfera
Tiene una serie de códigos de los relojes de buceo históricos de la marca: Agujas Snowflake, índices grandes, minutos cerrados en círculo, esfera negro mate. La profundidad en rojo le añade ese toque distintivo que enriquece el conjunto. Es curioso pero Tudor nunca tuvo su “Red Sub”.
A todo esto se suma la ventana de la fecha. Tan discreta que un distraído como un servidor la perdería de vista fácilmente. Ya lo mencioné en el Hands-On con el Black Bay Steel & Gold, el mayor acierto de la ventana de la fecha es que está perfectamente alineada con la circunferencia de los índices. El tamaño es correcto y el resultado agradable, nada intrusivo que suele ser el inconveniende con las ventanas de la fecha.
A Tudor no le quedaba otra opción que poner la fecha ahí donde debe estar, ya que sin el recurso de la lupa, la ventana no perdona licencias en el diseño.
La caja Black Bay
Rolex tiene su caja Oyster y Tudor su caja Black Bay. No es una Oyster aunque tiene sus mismas virtudes. Tudor abandonó la caja Oyster a partir de mediados de la década de los 90’s por una caja muy parecida pero con algunas particularidades como las puntas de las asas redondeadas en vez de en punta. Desde entonces la caja Tudor ha variado muchísimo, hasta llegar a la caja del Black Bay con su particular diseño.
La caja Black Bay es relativamente alta, tiene el fondo plano y carece de protectores de corona. Esa función protectora la lleva a cabo el tubo reforzado de la corona, que para más inri está recubierto por aluminio anodizado a juego con el color del disco del bisel, salvo en este caso que es negro.
La caja Black Bay está perfectamente fabricada, no hay fallos por ningún lado. Siempre he dicho que me gustaría con un perfil más bajo, pero de hecho la caja subió de altura con la introducción del calibre manufactura. El resultado no es notorio, ya que es menos de 1mm. Yo llevo el Black Bay con la correa textil la mayoría de las veces y aunque ello aumenta la altura incluso más, sigue estando dentro de lo cómodo, si bien no es la altura perfecta para mi gusto.
Un gran reloj, muy equilibrado en su conjunto:
Ese bisel cepillado en modo circular..
El neófito en Tudor pensará que el bisel de acero es resultado de una ocurrencia de un diseñador o un sorteo entre empleados de Tudor anunciado en el tablón de la empresa. No digo que Tudor no haya hecho cosas así en el pasado y estoy seguro que hay marcas que si se mueven por ocurrencias, pero en este caso nada más lejos de la realidad.
El bisel en acero con números esmaltados en negro y un cepillado suave circular es uno de los códigos estéticos tradicionales de Tudor, pero lo era en sus cronógrafos, los legendarios 7032 y el 94300 (no confundir con el 79180 que levaba un bisel mate, no en cepillado circular):
7032:
94300:
Y debo decir que el resultado es magnífico y sin duda es el bisel el que le da al BBS su esencia. El triángulo rojo es otro acierto, un triángulo negro lo mataría. Un bisel pulido acabaría con la deportividad y el utilitarismo. Por otra parte un bisel en acero mate lo dejaría sin identidad, sería uno más.
El brazalete
Había que hacer un brazalete Oyster sin que fuese un Oyster. Tudor lo presentó en 2012 con el primer Black Bay pero desde el año pasado lo han mejorado con ese toque vintage de los remaches. Es un brazalete claramente inspirado en el Oyster de Rolex, pero que reduce menos al llegar al cierre (desgraciadamente). No podría ser igual que el Oyster, es mucho más cara la fabricación de un brazalete que reduce mucho. A cambio Tudor se ha permitido ese guiño de los remaches que nos transporta a la mejor época de los brazaletes de Rolex.
Bueno no, no hay nada como un brazalete Rolex a remaches:
El calibre
Perdonar por repetirme, el calibre manufactura Tudor es lo mejor que hay por menos de 4.000 euros. No sólo es la base de las colecciones Black Bay y Pelagos de Tudor, sino que ha sido adoptado por Breitling en su nuevo SuperOcean Heritage II.
Esta alianza entre Tudor y Bretiling es ganadora para ambas manufacturas. Evitan la dependencia de los calibres ETA del Grupo Swatch y se ayudan a amortizar las inversiones brutales que hay que hacer para desarrollar un nuevo calibre.
El MT5612 es un calibre de tamaño moderno, casi 32mm, con altas prestaciones y que permite muchas configuraciones, con o sin fecha, con reserva de marcha y un tamaño extra para la caja del Black Bay Bronce de 43mm.
La familia MT56xx cuenta con volante de ajuste por inercia, espiral de silicio, barrilete mejorado con 70 horas de reserva, puente transversal en el que se apoya el oscilador para mayor robustez. Además es certificado COSC.
Volviendo a la diseño, no me cabe la menor duda de que pronto veremos relojes diver de muchas marcas con biseles en acero (más una ristra de homenajes impropios). De la misma manera que hemos visto correas envejecidas por doquier. Será un detalle que si bien no es nada nuevo, parece que cuando Tudor lo hace se convierte en una cierta tendencia.
La correa textil en verde olivo en otro acierto, para variar del negro:
soy fan de las aberraciones ópticas del zafiro abombado, le dan profundidad a la esfera:
Muy bien por Tudor, es un reloj muy logrado. Ambos Black Bays con fecha se distinguen claramente de los que no la llevan. Lo dicho, hay mucho de donde escoger.
Saludos y hasta otra,
Hoy hago un Hands-On más con un miembro de la familia Black Bay. El nuevo Black Bay Steel con su flamante fecha y característico bisel en acero. De Tudor 2017 sólo me queda por mostrar el reloj que más ganas tengo de ver, el nuevo Black Bay Chrono. Estar pendientes.
Quien crea que el Black Bay Steel es más de lo mismo se equivoca diametralmente (no cuento aquí a mi esposa que piensa eso pero ella siempre tiene la razón). En mano es una pieza muy distinta al Black Bay tradicional y me parece un miembro destacado de una de las familias de relojes de buceo de mayor repercusión en los últimos años.
Empecemos con la esfera
Tiene una serie de códigos de los relojes de buceo históricos de la marca: Agujas Snowflake, índices grandes, minutos cerrados en círculo, esfera negro mate. La profundidad en rojo le añade ese toque distintivo que enriquece el conjunto. Es curioso pero Tudor nunca tuvo su “Red Sub”.
A todo esto se suma la ventana de la fecha. Tan discreta que un distraído como un servidor la perdería de vista fácilmente. Ya lo mencioné en el Hands-On con el Black Bay Steel & Gold, el mayor acierto de la ventana de la fecha es que está perfectamente alineada con la circunferencia de los índices. El tamaño es correcto y el resultado agradable, nada intrusivo que suele ser el inconveniende con las ventanas de la fecha.
A Tudor no le quedaba otra opción que poner la fecha ahí donde debe estar, ya que sin el recurso de la lupa, la ventana no perdona licencias en el diseño.
La caja Black Bay
Rolex tiene su caja Oyster y Tudor su caja Black Bay. No es una Oyster aunque tiene sus mismas virtudes. Tudor abandonó la caja Oyster a partir de mediados de la década de los 90’s por una caja muy parecida pero con algunas particularidades como las puntas de las asas redondeadas en vez de en punta. Desde entonces la caja Tudor ha variado muchísimo, hasta llegar a la caja del Black Bay con su particular diseño.
La caja Black Bay es relativamente alta, tiene el fondo plano y carece de protectores de corona. Esa función protectora la lleva a cabo el tubo reforzado de la corona, que para más inri está recubierto por aluminio anodizado a juego con el color del disco del bisel, salvo en este caso que es negro.
La caja Black Bay está perfectamente fabricada, no hay fallos por ningún lado. Siempre he dicho que me gustaría con un perfil más bajo, pero de hecho la caja subió de altura con la introducción del calibre manufactura. El resultado no es notorio, ya que es menos de 1mm. Yo llevo el Black Bay con la correa textil la mayoría de las veces y aunque ello aumenta la altura incluso más, sigue estando dentro de lo cómodo, si bien no es la altura perfecta para mi gusto.
Un gran reloj, muy equilibrado en su conjunto:
Ese bisel cepillado en modo circular..
El neófito en Tudor pensará que el bisel de acero es resultado de una ocurrencia de un diseñador o un sorteo entre empleados de Tudor anunciado en el tablón de la empresa. No digo que Tudor no haya hecho cosas así en el pasado y estoy seguro que hay marcas que si se mueven por ocurrencias, pero en este caso nada más lejos de la realidad.
El bisel en acero con números esmaltados en negro y un cepillado suave circular es uno de los códigos estéticos tradicionales de Tudor, pero lo era en sus cronógrafos, los legendarios 7032 y el 94300 (no confundir con el 79180 que levaba un bisel mate, no en cepillado circular):
7032:
94300:
Y debo decir que el resultado es magnífico y sin duda es el bisel el que le da al BBS su esencia. El triángulo rojo es otro acierto, un triángulo negro lo mataría. Un bisel pulido acabaría con la deportividad y el utilitarismo. Por otra parte un bisel en acero mate lo dejaría sin identidad, sería uno más.
El brazalete
Había que hacer un brazalete Oyster sin que fuese un Oyster. Tudor lo presentó en 2012 con el primer Black Bay pero desde el año pasado lo han mejorado con ese toque vintage de los remaches. Es un brazalete claramente inspirado en el Oyster de Rolex, pero que reduce menos al llegar al cierre (desgraciadamente). No podría ser igual que el Oyster, es mucho más cara la fabricación de un brazalete que reduce mucho. A cambio Tudor se ha permitido ese guiño de los remaches que nos transporta a la mejor época de los brazaletes de Rolex.
Bueno no, no hay nada como un brazalete Rolex a remaches:
El calibre
Perdonar por repetirme, el calibre manufactura Tudor es lo mejor que hay por menos de 4.000 euros. No sólo es la base de las colecciones Black Bay y Pelagos de Tudor, sino que ha sido adoptado por Breitling en su nuevo SuperOcean Heritage II.
Esta alianza entre Tudor y Bretiling es ganadora para ambas manufacturas. Evitan la dependencia de los calibres ETA del Grupo Swatch y se ayudan a amortizar las inversiones brutales que hay que hacer para desarrollar un nuevo calibre.
El MT5612 es un calibre de tamaño moderno, casi 32mm, con altas prestaciones y que permite muchas configuraciones, con o sin fecha, con reserva de marcha y un tamaño extra para la caja del Black Bay Bronce de 43mm.
La familia MT56xx cuenta con volante de ajuste por inercia, espiral de silicio, barrilete mejorado con 70 horas de reserva, puente transversal en el que se apoya el oscilador para mayor robustez. Además es certificado COSC.
Volviendo a la diseño, no me cabe la menor duda de que pronto veremos relojes diver de muchas marcas con biseles en acero (más una ristra de homenajes impropios). De la misma manera que hemos visto correas envejecidas por doquier. Será un detalle que si bien no es nada nuevo, parece que cuando Tudor lo hace se convierte en una cierta tendencia.
La correa textil en verde olivo en otro acierto, para variar del negro:
soy fan de las aberraciones ópticas del zafiro abombado, le dan profundidad a la esfera:
Muy bien por Tudor, es un reloj muy logrado. Ambos Black Bays con fecha se distinguen claramente de los que no la llevan. Lo dicho, hay mucho de donde escoger.
Saludos y hasta otra,