Me sumo al homenaje que RE, gracias a la iniciativa que
@pDante1881 ha tomado, tributa a quien ha sido para mí el mejor novelista español contemporáneo y uno de los grandes de todos los tiempos en nuestra lengua.
Su prosa envolvente, las largas digresiones con frases interminables que parecían alejarse del asunto inicial para volver a él al cabo de muchas líneas, esa temática tan moderna, nada costumbrista a pesar de que Madrid y sus barrios y calles eran referencia constante en sus libros, me han subyugado como lector, y he disfrutado muchísimo con la lectura de sus novelas, todas espléndidas para mí a partir de “Todas las almas“ hasta llegar a la última, “Tomás Nevinson”.
Le echaré de menos y siento que no podamos tener nunca más esa sensación de impaciencia que precedía a la salida de una de sus novelas, anunciada siempre con la antelación debida para que a sus seguidores la espera se nos hiciera interminable.
Buenos comentarios todos los anteriores. Como se puede ver por mis palabras, discrepo cordialmente de la opinión de
@Mr. Jones sobre su obra literaria pero coincido con la que expresa sobre el Marías articulista (como persona y opinador), cuando representaba el papel de eterno enfurruñado y sumo atrabiliario, jugando a ser un Pepito Grillo hipercrítico, despotricador de todo y contra todos, algo que a mí acababa por cansarme.
Muy bueno también el apunte sobre el tabaco y la vida sedentaria que hacen
@Mr. Jones y
@javier ochoa: ciertamente cada adulto hace de su vida lo que quiere, pero si la falta de ejercicio y, sobre todo, el tabaco (Javier Marías estaba siempre con el cigarrillo en la mano, como puede apreciarse en la mayoría de las fotos), han contribuido a acortar la vida de nuestro homenajeado, maldigo esas lacras que nos han privado de la presencia de Javier Marías cuando todavía podía habernos proporcionado grandes momentos de gozosa lectura.
Descanse en paz, mi más sentido pésame a su mujer y a sus hermanos, y aunque no nos lean se le recuerda, se siente su pérdida y se le echa ya de menos en un foro que no guarda relación con la literatura, pero en el que hay la sensibilidad suficiente para apreciar a los grandes y lamentar su pérdida.