Goldoff
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El EQB-1100 es el tercer componente de la familia Slim de Edifice (el verdadero nombre de los Edifice CasiOak) que presentaré en el marco de este acuerdo con Casio para dar a conocer la que tal vez sea la línea más elegante de la marca. Porque, aunque dentro de su órbita, Edifice es una marca independiente de Casio.
Y la palabra "Slim" no es por casualidad. Una de las características que se suele asociar a la elegancia es precisamente la delgadez, y los menos de 9mm de grosor de la caja del Edifice EQB-1100 combinados con los 44,6 de diámetro producen exactamente esa sensación. Puede que casi 45mm suenen extremos, mucho más allá del límite de los 39mm de los considerados relojes clásicos, pero no hay que olvidar que en el fondo es un reloj deportivo cuyos orígenes se inspiran en la Formula 1 (aquí es donde recordaríamos que el logo de Edifice es una estilización del morro de un coche de F1 en el túnel de viento).
Caja y brazalete de acero, bisel octogonal, versión en PVD (que en Edifice llaman IP), cristal de zafiro, menos de 10mm de grosor, resistencia al agua hasta 100 metros (importante recordar qué significa esto, aquí), indicaciones analógicas proporcionadas por un módulo multi-funcional... características comunes a toda la familia Edifice Slim, que en el caso del EQB-1100 se complementan con la alimentación por célula solar y conectividad Bluetooth. Esta conectividad lo vincula con una aplicación de Edifice que permite manipular el reloj sin necesidad de tocarlo. Además, es el reloj ideal para los maniáticos de la precisión: al conectarse regularmente con la aplicación -que estará en un smartphone- se garantiza el anhelado +/- 0 segundos. Desde la aplicación se puede también establecer un segundo huso horario, y no hace falta saber la hora de la otra zona porque el teléfono te propondrá ciudades y se ajustará automáticamente a la que elijas. Se puede ver el proceso de comunicación en directo, con las manecillas de la esfera secundaria a las nueve moviéndose en consecuencia. La aplicación "sabe" también cuándo tiene que aplicar la hora de verano (DST) tanto en la hora local como en la de "casa", a menos que esta función sea desconectada expresamente.
Esta subesfera tiene otra función: la de contador de minutos y horas para el cronógrafo: en la aplicación se pueden almacenar hasta 200 vueltas cronometradas, con una precisión de milésimas. No terminan aquí las habilidades del Edifice EQB-1100. Si eres de los que olvida el teléfono en cualquier parte, el reloj te ayudará a encontrarlo simplemente pulsando un botón del crono, lo que hará que tu smartphone se ponga a cantar como si no hubiera un mañana. No podía faltar tampoco una función de alarma, donde se agradece que siendo un reloj analógico reconozca si está fijada en AM o en PM.
Hay más funciones, y le tocará al nuevo usuario explorarlas. Por cierto, como tema a mejorar diría que los folletos explicativos de los módulos que acompañan al reloj son bastante farragosos de manejar debido a su tamaño y grosor, que sin duda los hace idóneos para caber en las pequeñas cajas de presentación pero que desaniman cualquier intento de consulta medianamente compleja. Por suerte, todos los módulos pueden encontrarse online -el del EQB-1100 es el 5639- y están perfectamente ordenados por modelo en la web de Casio Europe. Igualmente, hay infinidad de vídeos en Youtube que explican paso a paso todas y cada una de esas funciones. Vamos, que no corres peligro de "infrautilizar" tu nuevo reloj. Hablando de vídeos, tal sea interesante ver la visión que sobre Edifice tiene la propia Casio y cómo la proyecta:
En lo tocante al nivel de acabados y confort de uso me voy a remitir a las reviews anteriores: la relación calidad-precio (sobre todo la calidad percibida) me parece excelente. El EQB-1100 sale por 299 € (50 € más si es totalmente IP/PVD) y luce igual de bien con traje o con bermudas, con el añadido de su sumergibilidad. Hay una pequeña diferencia que indica que el Edifice EQB-1100 está un peldaño por encima de sus hermanos Slim además de su conectividad Bluetooth: los botones de seguridad del cierre están integrados en el cierre, dándole un plus de comodidad.
Y la palabra "Slim" no es por casualidad. Una de las características que se suele asociar a la elegancia es precisamente la delgadez, y los menos de 9mm de grosor de la caja del Edifice EQB-1100 combinados con los 44,6 de diámetro producen exactamente esa sensación. Puede que casi 45mm suenen extremos, mucho más allá del límite de los 39mm de los considerados relojes clásicos, pero no hay que olvidar que en el fondo es un reloj deportivo cuyos orígenes se inspiran en la Formula 1 (aquí es donde recordaríamos que el logo de Edifice es una estilización del morro de un coche de F1 en el túnel de viento).
Caja y brazalete de acero, bisel octogonal, versión en PVD (que en Edifice llaman IP), cristal de zafiro, menos de 10mm de grosor, resistencia al agua hasta 100 metros (importante recordar qué significa esto, aquí), indicaciones analógicas proporcionadas por un módulo multi-funcional... características comunes a toda la familia Edifice Slim, que en el caso del EQB-1100 se complementan con la alimentación por célula solar y conectividad Bluetooth. Esta conectividad lo vincula con una aplicación de Edifice que permite manipular el reloj sin necesidad de tocarlo. Además, es el reloj ideal para los maniáticos de la precisión: al conectarse regularmente con la aplicación -que estará en un smartphone- se garantiza el anhelado +/- 0 segundos. Desde la aplicación se puede también establecer un segundo huso horario, y no hace falta saber la hora de la otra zona porque el teléfono te propondrá ciudades y se ajustará automáticamente a la que elijas. Se puede ver el proceso de comunicación en directo, con las manecillas de la esfera secundaria a las nueve moviéndose en consecuencia. La aplicación "sabe" también cuándo tiene que aplicar la hora de verano (DST) tanto en la hora local como en la de "casa", a menos que esta función sea desconectada expresamente.
Esta subesfera tiene otra función: la de contador de minutos y horas para el cronógrafo: en la aplicación se pueden almacenar hasta 200 vueltas cronometradas, con una precisión de milésimas. No terminan aquí las habilidades del Edifice EQB-1100. Si eres de los que olvida el teléfono en cualquier parte, el reloj te ayudará a encontrarlo simplemente pulsando un botón del crono, lo que hará que tu smartphone se ponga a cantar como si no hubiera un mañana. No podía faltar tampoco una función de alarma, donde se agradece que siendo un reloj analógico reconozca si está fijada en AM o en PM.
Hay más funciones, y le tocará al nuevo usuario explorarlas. Por cierto, como tema a mejorar diría que los folletos explicativos de los módulos que acompañan al reloj son bastante farragosos de manejar debido a su tamaño y grosor, que sin duda los hace idóneos para caber en las pequeñas cajas de presentación pero que desaniman cualquier intento de consulta medianamente compleja. Por suerte, todos los módulos pueden encontrarse online -el del EQB-1100 es el 5639- y están perfectamente ordenados por modelo en la web de Casio Europe. Igualmente, hay infinidad de vídeos en Youtube que explican paso a paso todas y cada una de esas funciones. Vamos, que no corres peligro de "infrautilizar" tu nuevo reloj. Hablando de vídeos, tal sea interesante ver la visión que sobre Edifice tiene la propia Casio y cómo la proyecta:
En lo tocante al nivel de acabados y confort de uso me voy a remitir a las reviews anteriores: la relación calidad-precio (sobre todo la calidad percibida) me parece excelente. El EQB-1100 sale por 299 € (50 € más si es totalmente IP/PVD) y luce igual de bien con traje o con bermudas, con el añadido de su sumergibilidad. Hay una pequeña diferencia que indica que el Edifice EQB-1100 está un peldaño por encima de sus hermanos Slim además de su conectividad Bluetooth: los botones de seguridad del cierre están integrados en el cierre, dándole un plus de comodidad.
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