Gracias amigos roskopf, rafagil, Jaime salcedo y GONG, por compartir con migo estos pequeños trozos de la historia de la humanidad. Tengo que confesaros que este reloj que os muestro ahora, adquirió para mí más valor si cabe cuando leí el estudio y reflexión de Jaime Salcedo, del que espero no le importe que hoy comparta aquí con vosotros.
La necesidad de medir el tiempo surgió con el descubrimiento casual de que si se metía una semilla en la tierra, germinaba. "¡Qué maravilla! -debieron de pensar-. Podemos sembrar las plantas cuyos frutos comemos y no tendremos que seguir siendo nómadas que buscan la comida recorriendo grandes distancias". Pero unas veces la semilla germinaba y se agostaba la planta, otras no prosperaba y otras simplemente moría sin germinar. El descubrimiento del poder de las semillas obligó a mirar con atención el Sol y la Luna. Era evidente que según dónde estuviera el Sol, el mundo se enfriaba o se calentaba, y que cuando comenzaba a calentarse las plantas y los árboles florecían y daban fruto, que estaba listo para comer después del calor del verano. ¿Cuándo comienza la florescencia (la Primavera), cuándo termina el tiempo cálido (el Verano)? Esto se podía establecer mediante algún sistema de medición de la situación del Sol (es decir, mediante recursos astronómicos). Pero establecer qué significaba que el Sol (o la Luna) estuvieran en una posición determinada, formó con el tiempo una doctrina que se llamó Astrología: la interpretación de lo que implica la situación de los astros.
Como el ciclo se repite de año en año, era necesario saber dónde está el Sol para poder pronosticar lo que había de seguir. Para ello, como no es posible mirar el Sol sin enceguecerse, buscaron en la noche una referencia que permitiera saber dónde estaba el Sol, mirando las estrellas que se veían al ocultarse el astro rey. Usaron las sombras, y desarrollaron relojes de Sol con indicación de los equinoccios y de los trópicos. Y observaron el cielo. Usaron primero las estrellas mismas, pero eran demasiadas para recordarlas y unas veces se podían ver y otras no. Había que fraccionar el cielo para tener referencias más precisas. Observaron a Saturno, pero pronto se percataron deque Saturno tarda 28 años en regresar al punto de partida, y difícilmente alguien podría seguir ese movimiento completo antes de morir y sin duda no podría verlo dos veces en su vida. Entonces miraron a Júpiter, que tarda 12 años en volver al punto de partida, algo que un observador de los astros podía comprobar porque es posible que todavía viviese 12, 24 o 36 años después de comenzar la observación.
Cada vez que el Sol volvía al equinoccio tomaban nota de dónde estaba Júpiter. Y al cabo de 12 años habían trazado una división del camino del Sol (la eclíptica) en doce partes. En la mitología griega esto está rememorado en los mitos de la teogonía: al principio era el Caos (la gente no sabía cómo entender el ciclo anual del Sol); luego fue su hijo Urano (el cielo estrellado), que fue destronado por su hijo Cronos (observación de Saturno); pero Cronos devoraba a sus hijos (uno se muere sin terminar de observar el ciclo de Saturno) hasta cuando Júpiter logró vencerlo y sacar a sus hermanos del vientre de Saturno (por fin se encontró un planeta que permitía medir el cielo en porciones anuales). Y se erigió en el Rey del Olimpo (es el astro que divide la esfera celeste en doce partes y que gobierna a partir de entonces la actividad humana, con la ayuda de los demás dioses). Según el historiador de la Antigüedad Jim Tester, cuando los griegos lograron establecer la división de las doce partes, que forman doce constelaciones (algunas evidentes, como Leo y Escorpión, otras casi invisibles, como Cáncer), comenzó la Astrología a ser eficaz como doctrina para predecir el futuro y esto ocurrió poco antes del siglo de Pericles. El número 12 tenía la ventaja adicional, mágica para los griegos, de poder dividirse por 2 (mañana/tarde, día/noche), por 3 (tres grupos de signos, cada grupo con signos representativos de los cuatro elementos), por 4 (las cuatro estaciones clásicas), por 6..., lo que definió los aspectos astrológicos posibles entre los astros. La observación del Sol se hizo más precisa y se pudieron establecer las fechas significativas para desarrollar una agricultura productiva, mediante la medición de las distancias a las cuales se encuentra el Sol de un lugar determinado en un momento determinado (era el modesto objetivo de la Astronomía). En suma, no bastaba con saber dónde está el Sol o la Luna (astonómicamente) sino interpretar qué implicaciones tiene para la Naturaleza y el ser humano que el Sol o la Luna se encuentre en ese lugar (interpretación astrológica). El desarrollo de estos principios estableció los signos astrológicos, las casas astrológicas, precisó mejor los equinoccios y los solsticios y las consecuencias reales o supuestas de la posición de los astros en la Naturaleza y en la vida social y de cada ser humano.
Claudio Tolomeo, el Príncipe de los Astrólogos (como lo llamaban en elRenacimiento) dió las instrucciones para consultar el Cielo y los astros, así:"Toma la hora". ¿Qué era tomar la hora? Mirar los astros (estrellas yplanetas) que salían por el horizonte Oriental. De "tomar la hora"surgieron palabras derivadas: horizonte; horóscopo; Horus. ¿Horus? El halcón,Horus, sale de su nido al amanecer y vuela hacia Occidente, como el Sol lo hace(si el halcón volara en cualquier dirección, al salir el sol quedaría deslumbrado y no podría cazar presa alguna. Porque vuela hacia Occidente es que representa al Sol, cuya salida anuncia con su vuelo al amanecer). A partir dela Hora, se puede saber en qué signo cae el Ascendente, es decir, lo que sale por Oriente justo en el momento de comenzar la observación (por ejemplo, 24° de Escorpión) y se puede deducir que el Sol está en Libra, por ejemplo. Cuanto más precisa sea la toma de la Hora, más exacta será la predicción, que al principio tenía fines agrícolas y que después se extendió por asociación de ideas, a la vida humana.
Puede formularse este teorema: en regiones tropicales, como las europeas, la agricultura sólo fue posible gracias a la Astrología (la Astronomía era insuficiente). Y dos corolarios: corolario 1: en regiones intertropicales, la agricultura regida por un año agrícola estricto no es indispensable porque casi todo el año las plantas dan fruto y casi en cualquier parte del año se puede sembrar la semilla. El corolario 2 es que cuanto más dependiente de la posición del Sol (es decir, del ciclo estacional) es una región agrícola, más precisa debe ser la cuenta del tiempo.
Esto solamente pudo ser posible (o aceptable) en las ciudades y villas donde el trabajo se especializó en labores diferentes a la agricultura. El hombre de la ciudad ya no depende de la Naturaleza tanto como el campesino. El campesino no puede hacer nada si no llueve y se pierde la siembra, salvo rezarle a San Isidro Labrador. El hombre urbano puede aumentar su productividad si trabaja más tiempo o con más ahínco, sea que esté lloviendo o haciendo sol. El tiempo urbano ya no es el tiempo de la Naturaleza (días cortos en Invierno, días largos en Verano) sino el tiempo de la jornada laboral, que puede empezar y terminar cuando se estime más conveniente. El hombre de la ciudad ya no trabaja de Sol a Sol (como el campesino) sino de 8 a 12 y de 2 a 6. El tiempo del reloj es un tiempo teórico, suficiente para todos los propósitos de la vida urbana, que pudo prescindir de la Astrología para organizar las actividades productivas.
Espero que el apreciado Jaime no se molestes por este atraco, pero pienso que valía la pena compartir junto al reloj.
Saludos
Cronopios.