K
Koufos
Forer@ Senior
Sin verificar
Quicir, seguramente hubiera ligado igual, pero el reloj sirvió como escusa para romper el hielo.
El caso es que en la fiesta dónde estuve me fijé en una chavala bastante aparente desde primera hora, y claro, con el paso de las horas y de las copas mi tradicional disimulo motivado por la perenne timidez que me embarga dejaba paso a un descaro creciente en miradas cada vez más prolongadas y reveladoras. A la chica en cuestión le debió pasar lo mismo porque los ligeros vistazos de soslayo del principio derivaron en ojeadas que aguantaban las mias sin ningún tipo de rubor.
En una de las ocasiones que fui a la barra para que repostaran mi copa, ella se situó al lado y me dijo con una voz dulce y angelical como pocas: "Hola, tienes un reloj muy bonito, ¿qué marca es?".
A partir de ahi estuvimos charlando 10 minutos sobre relojes dado que aunque la chavala no era muy entendida (yo tampoco lo soy pero gracias a lo que estoy aprendiendo aquí me voy defendiendo) si me comentó que le gustaban y conocía las marcas japonesas y suizas más famosas, un logro teniendo en cuenta que en estas edades todo lo que no sea Rolex no existe como ejemplos de "relojes buenos".
Luego ya la conversación derivó por otros derroteros que fructificaron en una magnífica noche, pero bueno, os cuento esto para que veais que nuestra afición de vez en cuando nos puede deparar sorpresas bastante inesperadas y agradables
Os preguntaréis cuál fue el responsable de tan magno logro, para hacerlo más entretenido propongo el pequeño juego de no decirlo todavía para dejar que lo intentéis adivinar durante un ratillo, si nadie acierta cuando termine de cenar lo revelo.
La única pista: es un Hamilton.
Saludos.
El caso es que en la fiesta dónde estuve me fijé en una chavala bastante aparente desde primera hora, y claro, con el paso de las horas y de las copas mi tradicional disimulo motivado por la perenne timidez que me embarga dejaba paso a un descaro creciente en miradas cada vez más prolongadas y reveladoras. A la chica en cuestión le debió pasar lo mismo porque los ligeros vistazos de soslayo del principio derivaron en ojeadas que aguantaban las mias sin ningún tipo de rubor.
En una de las ocasiones que fui a la barra para que repostaran mi copa, ella se situó al lado y me dijo con una voz dulce y angelical como pocas: "Hola, tienes un reloj muy bonito, ¿qué marca es?".
A partir de ahi estuvimos charlando 10 minutos sobre relojes dado que aunque la chavala no era muy entendida (yo tampoco lo soy pero gracias a lo que estoy aprendiendo aquí me voy defendiendo) si me comentó que le gustaban y conocía las marcas japonesas y suizas más famosas, un logro teniendo en cuenta que en estas edades todo lo que no sea Rolex no existe como ejemplos de "relojes buenos".
Luego ya la conversación derivó por otros derroteros que fructificaron en una magnífica noche, pero bueno, os cuento esto para que veais que nuestra afición de vez en cuando nos puede deparar sorpresas bastante inesperadas y agradables
Os preguntaréis cuál fue el responsable de tan magno logro, para hacerlo más entretenido propongo el pequeño juego de no decirlo todavía para dejar que lo intentéis adivinar durante un ratillo, si nadie acierta cuando termine de cenar lo revelo.
La única pista: es un Hamilton.
Saludos.
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