rodilla
Milpostista
Sin verificar
Veréis, hace unas semanas compré un precios Jaeger LeCoultre, años 30, en el Rastro. Su aspecto es muy parecido al de los primeros Reverso, con dial negro y numeración arábica en blanco. Me remito al hilo que inicié entonces si queréis ver su estado inicial.
Como decía, la esfera conservaba sus índices horarios y agujas originales, aunque estas hace tiempo que habían perdido el material luminiscente.
En cuanto a su estado de marcha, un desastre: adelantaba sobre diez minutos al día ¡¡¡. La causa: el volante estaba desplazado.
Por consenso generalizado lo llevé al taller/tienda de Pedro Izquierdo y convine con él que trataría de corregir la marcha todo lo que pudiera (lo veía francamente difícil) y en cuanto a su aspecto exterior le insistí para que la intervención fuera lo más ligera posible y que se siguieran criterios de reversibilidad.
Así decidimos: lavar la esfera (no repintar), aplicar luminova a las agujas, sustituir el cristal (rajado en varios puntos) y pulir ligerísimamente la caja.
Pedro me entregó el reloj ayer y quiero dar cuenta de los resultados:
1. En lo tocante al aspecto técnico: la revisión y ajuste del calibre, Pedro ha conseguido dejarlo en cinco-diez segundos de atraso al día (el proceso seguido será ampliamente expuesto en un hilo específico en el subforo de Pedro Izquierdo que espero con ansiedad). Ver para creer
2. Por lo que se refiere a la cuestión estética: el resultado es magnífico, disculpadme que no ponga una foto porque, habida cuenta de mis habilidades, sería hacer un flaco favor a su trabajo. La esfera aparece limpia (refleja sus setenta años, pero limpia), el tritito en las agujas rejuvenece el conjunto sin desentonar y el cristal y el pulido le dan una evidente nueva dimensión estética.
Pero aquí viene lo más sobresaliente de este asunto: como soy de natural impaciente, me acerqué al taller el pasado miércoles, Pedro ya tenía buena parte del trabajo hecho, a falta únicamente del ajuste de marcha. Observé la esfera limpia, las agujas renacidas y de repente aprecié que el pequeño segundero, situado a las seis, se había sustituido por uno nuevo pintado de blanco que desde el punto de vista estético mejoraba el conjunto. No obstante, le pregunté a Pedro por qué se había sustituido y me contestó que estaba oxidado y que lo había tirado a la basura pero que si lo prefería vaciaba la bolsa y lo buscaba. Sinceramente me pareció una medida desproporcionada y le dije que lo dejara como estaba.
Quedamos en que retiraría el reloj el viernes de esa semana. Al día siguiente, Jueves y festivo, empecé a darle vueltas al asunto, a pesar del acierto cosmético del segundero blanco (le daba cierto aire militar) hubiera preferido conservar el que traía (que a esas alturas daba por perdido). Por la tarde le envié un mail a Pedro haciéndole partícipe de mis inquietudes y pidiéndole que buscara alguna alternativa más acorde a lo que quería (el segundero, aunque herrumbroso, era el original según pude deducir de varias fotos de Internet que no dudé en enviar a Pedro, para mi vergüenza).
Finalmente, el viernes no pude acercarme. Pasé todo el fin de semana con la incertidumbre de si Pedro habría encontrado algo más acorde, incluso localicé en Ebay varias subastas de LeCoultres para piezas con el objetivo de conseguir el maldito segundero, si llegaba el caso. Pura paranoia.
El lunes por la tarde, a última hora, me planto en la tienda, ya con los ojos fuera de las órbitas, y me entregan los relojes (me había restaurado además un Omega de para mi mujer acojonante: me remito al hilo de su subforo). Cuando me fijé en mi Jaeger y ya le iba a preguntar qué le parecían mis cuitas observo que el reloj tiene el dichoso segundero original (limpiado y pulido), se me queda cara de gilipollas, gilipollas feliz eso sí, y Pedro me aclara: recibí el mensaje y estuve buscando entre los desperdicios de la tienda todo el viernes y finalmente lo encontré y todos los emoticones más que expresen: sorpresa, agradecimiento, ilusión y felicidad.
Eran los primeros relojes que le llevaba, no le conocía de nada anteriormente, ni le he comprado ninguno de sus relojes y sin embargo ... .
A mi modo de ver esto evidencia, cuanto menos, un profesional que ama su trabajo y que quiere dar satisfacción a sus clientes a toda costa. ¿Se puede pedir más en este mundillo?.
Para mí, habría resultado más cómodo enseñaros las típicas fotos de antes y después (del Jaeger las tendréis disponibles en los próximos días y las del Omega, como decía, ya están colgadas), pero me parece de mayor interés que quede constancia de un comportamiento tan ejemplar.
Como decía, la esfera conservaba sus índices horarios y agujas originales, aunque estas hace tiempo que habían perdido el material luminiscente.
En cuanto a su estado de marcha, un desastre: adelantaba sobre diez minutos al día ¡¡¡. La causa: el volante estaba desplazado.
Por consenso generalizado lo llevé al taller/tienda de Pedro Izquierdo y convine con él que trataría de corregir la marcha todo lo que pudiera (lo veía francamente difícil) y en cuanto a su aspecto exterior le insistí para que la intervención fuera lo más ligera posible y que se siguieran criterios de reversibilidad.
Así decidimos: lavar la esfera (no repintar), aplicar luminova a las agujas, sustituir el cristal (rajado en varios puntos) y pulir ligerísimamente la caja.
Pedro me entregó el reloj ayer y quiero dar cuenta de los resultados:
1. En lo tocante al aspecto técnico: la revisión y ajuste del calibre, Pedro ha conseguido dejarlo en cinco-diez segundos de atraso al día (el proceso seguido será ampliamente expuesto en un hilo específico en el subforo de Pedro Izquierdo que espero con ansiedad). Ver para creer
2. Por lo que se refiere a la cuestión estética: el resultado es magnífico, disculpadme que no ponga una foto porque, habida cuenta de mis habilidades, sería hacer un flaco favor a su trabajo. La esfera aparece limpia (refleja sus setenta años, pero limpia), el tritito en las agujas rejuvenece el conjunto sin desentonar y el cristal y el pulido le dan una evidente nueva dimensión estética.
Pero aquí viene lo más sobresaliente de este asunto: como soy de natural impaciente, me acerqué al taller el pasado miércoles, Pedro ya tenía buena parte del trabajo hecho, a falta únicamente del ajuste de marcha. Observé la esfera limpia, las agujas renacidas y de repente aprecié que el pequeño segundero, situado a las seis, se había sustituido por uno nuevo pintado de blanco que desde el punto de vista estético mejoraba el conjunto. No obstante, le pregunté a Pedro por qué se había sustituido y me contestó que estaba oxidado y que lo había tirado a la basura pero que si lo prefería vaciaba la bolsa y lo buscaba. Sinceramente me pareció una medida desproporcionada y le dije que lo dejara como estaba.
Quedamos en que retiraría el reloj el viernes de esa semana. Al día siguiente, Jueves y festivo, empecé a darle vueltas al asunto, a pesar del acierto cosmético del segundero blanco (le daba cierto aire militar) hubiera preferido conservar el que traía (que a esas alturas daba por perdido). Por la tarde le envié un mail a Pedro haciéndole partícipe de mis inquietudes y pidiéndole que buscara alguna alternativa más acorde a lo que quería (el segundero, aunque herrumbroso, era el original según pude deducir de varias fotos de Internet que no dudé en enviar a Pedro, para mi vergüenza).
Finalmente, el viernes no pude acercarme. Pasé todo el fin de semana con la incertidumbre de si Pedro habría encontrado algo más acorde, incluso localicé en Ebay varias subastas de LeCoultres para piezas con el objetivo de conseguir el maldito segundero, si llegaba el caso. Pura paranoia.
El lunes por la tarde, a última hora, me planto en la tienda, ya con los ojos fuera de las órbitas, y me entregan los relojes (me había restaurado además un Omega de para mi mujer acojonante: me remito al hilo de su subforo). Cuando me fijé en mi Jaeger y ya le iba a preguntar qué le parecían mis cuitas observo que el reloj tiene el dichoso segundero original (limpiado y pulido), se me queda cara de gilipollas, gilipollas feliz eso sí, y Pedro me aclara: recibí el mensaje y estuve buscando entre los desperdicios de la tienda todo el viernes y finalmente lo encontré y todos los emoticones más que expresen: sorpresa, agradecimiento, ilusión y felicidad.
Eran los primeros relojes que le llevaba, no le conocía de nada anteriormente, ni le he comprado ninguno de sus relojes y sin embargo ... .
A mi modo de ver esto evidencia, cuanto menos, un profesional que ama su trabajo y que quiere dar satisfacción a sus clientes a toda costa. ¿Se puede pedir más en este mundillo?.
Para mí, habría resultado más cómodo enseñaros las típicas fotos de antes y después (del Jaeger las tendréis disponibles en los próximos días y las del Omega, como decía, ya están colgadas), pero me parece de mayor interés que quede constancia de un comportamiento tan ejemplar.