Casiná
De la casa
Sin verificar
Aunque ya hay muchos como este, abro el hilo con intención de que los foreros nuevos que van llegando y a los que les pica el gusanillo no tengan que pasar horas buscando por el foro
Este es un reloj muy simple, tan simple que ni siquiera tiene segundero; pero tiene una preciosa máquina Peseux 320, encobrecida y bien conservada.
Sacarlo de su caja cualquiera sabe, basta meter una navaja en la ranura de sus tapas, tanto anterior como posterior, con dos precauciones: no cortarte en la mano que sujeta el reloj y no dejar que se escape hacia adentro por el daño que puede causar en las piezas. Yo acostumbro a montar la ranura de la tapa posterior junto a una de las patas ya que es el sitio donde menos daño se hace si se escapa hacia adentro.
Ya la tenemos fuera. Lo primero es quitar las agujas ya que, en este caso no hay que sacar la tija: la caja está partida por la mitad con lo que el movimiento sale hacia arriba. Para quitar las agujas hace falta un útil especifico si no se quiere arañar la esfera y posiblemente estropear las agujas.
A continuación se quita la esfera: generalmente hay que aflojar dos tornillitos minusculos que están en los costados de la máquina. Con cuidado se tira de la esfera por ambos lados de forma homogenea para sacar las dos patillas a la vez.
Una vez quitada la esfera vemos esto de arriba. En el centro está la rueda de horas y encima de ella, generalmente, hay una arandela de material dorado y muy fino que se llama talco o arandela de oropel. Sirve para mantener la rueda de hora separada de la esfera y que no sea frenada por ella. Aqui ya la tenía quitada cuando hice la foto. A continuación se saca esta rueda simplemente tirando de ella hacia arriba ya que no va sujeta con nada.
Se nos queda montado el conjunto remontoir que es todo lo de acero que se ve. Me dirán que es de mal relojero y es que yo soy un mal relojero, je,je. Yo no desmonto esto porque se limpia bien así, no influye en la marcha del reloj y es un auténtico coñazo montarlo.
A continuación le damos la vuelta y se ve así:
Para no correr riesgos de olvido se debe descargar el barrilete de cuerda. Para ello se coge con una mano la corona, se gira un poco en el sentido de dar cuerda y, al levantarse el trinquete, se mete un destornillador de los chicos y se termina de liberar para que pueda girar el barrilete en sentido contrario siempre sujetando la corona para que no lo haga bruscamente.
A continuación se quita el puente del volante con éste colgando: no le pasa nada porque cuelgue con su peso. Arriba ya está quitado.
Seguidamente le toca el turno al puente de rodaje. Hay distintos puentes que cogen más o menos ruedas de una vez. Se flojan sus tornillos, dos o tres, y con cuidado, metiendo algo fino (la punta de un destornillador, por ejemplo) por unas aberturas laterales que tiene, se levanta hasta soltarlo. Arriba se ve junto a la virola y quedan al aire la rueda de escape, la segundera, que en este caso no lo es porque ya hemos dicho que no lleva segundero, y la intermedia. La rueda de centro en esta máquina queda cogida por el puente de carga.
Quitamos seguidamente el puente del áncora, levantando también con mucho cuidado para no partir las espigas o pivotes del áncora. Este cuidado hay que tenerlo siempre en cada cosa que se quita en un reloj. Una vez fuera nos deja a la vista el "pequeño-gran-hombre" que es ésta pieza: muy delicada, preciosa e importante. Ya podemos ir quitando áncora, rueda de escape y rueda segundera. La intermedia es mejor no quitarla ahora: a veces sale y a veces no y para evitar riesgos ya que hay muy poco espacio con la de centro es mejor dejarla puesta de momento. Se queda así:
Ahora nos vamos hacia el otro puente. Lo primero es quitar el rochete, esa rueda grande que se ve
Un avez quitada se nos queda a la vista el saltarín muelle del trinquete que es la pieza que sujeta para que la cuerda que demos no se vuelva atrás. Le digo saltarín porque suele ser la primera pìeza que se pierde cuando empezamos con estas aficiones: al intentar quitarlo si no se tiene algo de maña con la pinza salta y cuesta trabajo encontrarlo. Lo he señalado con una flecha roja y arriba, en verde y si yo pintara bien, se ve aproximadamente la forma que tiene. A su lado está la rueda de carga, a la que le toca el turno. Puede estar cogida con un solo tornillo que tiene la rosca cambiada, es decir, desenrosca con el movimiento que normalmente hacemos para enroscar o bien, como en este caso, con dos diminutos tornillitos que seguramemnte serán casi siempre los más chicos del reloj.
En este caso en que la rueda tiene dos tornillos se compone de dos piezas: un aro con los dientes y el cuerpo central alrededor del que gira el aro. A continuación quitamos los tres tornillos del puente de carga:
Una vez quitados, levantamos el puente con cuidado y queda como arriba. Si queremos podemos quitar el barrilete por el costado levantando un poco por los dientes. La rueda de centro no se puede quitar porque está pillada por el cañón de minutos que está al otro lado de la platina y la intermedia a veces se quita bien así y aveces no. Si no sale ya saldrá luego cuando quitemos la de centro. Le damos la vuelta
Aquí está el cañón de minutos: es ese negro del centro que señalo con un círculo y una flecha verdes. Lo quitaremos utilizando una pinza de corte tirando de él hacia arriba de forma bien vertical y sin alabear a los lados para no dañar la cuadratura que va dentro: es lo que hace que las agujas mantengan una cierta dureza al movimiento y no queden locas. La pinza de corte es esa que se ve detrás.
Una vez quitado se caen por abajo las dos ruedas que nos faltaban y se queda ya la platina sola: Si le damos la vuelta es así:
Para abrir el barrilete y poder limpiar la cuerda hay un truco muy simple: se pone el barrilete sobre algo duro, en este caso sobre el papel de seda que está sobre la encimera de piedra de la cocina, con los dientes abajo; se pone la pinza a ambos lados y se deja caer sobre los dientes, se presiona la pinza hacia abajo y la tapa, que está arriba, se desprende sola: la empuja el arbol.
Ea, pues ahora a limpiar y, siguiendo el procedimiento inverso, ya tendremos reloj funcionando. Damos por supuesto que no hay averías en los componentes porque eso es ya otro cantar.
Si habéis llegado hasta aquí es muy posible que os guste la relojería. Espero no haber aburrido.
Un saludo desde Sevilla. ¡Casi ná!.
Este es un reloj muy simple, tan simple que ni siquiera tiene segundero; pero tiene una preciosa máquina Peseux 320, encobrecida y bien conservada.
Sacarlo de su caja cualquiera sabe, basta meter una navaja en la ranura de sus tapas, tanto anterior como posterior, con dos precauciones: no cortarte en la mano que sujeta el reloj y no dejar que se escape hacia adentro por el daño que puede causar en las piezas. Yo acostumbro a montar la ranura de la tapa posterior junto a una de las patas ya que es el sitio donde menos daño se hace si se escapa hacia adentro.
Ya la tenemos fuera. Lo primero es quitar las agujas ya que, en este caso no hay que sacar la tija: la caja está partida por la mitad con lo que el movimiento sale hacia arriba. Para quitar las agujas hace falta un útil especifico si no se quiere arañar la esfera y posiblemente estropear las agujas.
A continuación se quita la esfera: generalmente hay que aflojar dos tornillitos minusculos que están en los costados de la máquina. Con cuidado se tira de la esfera por ambos lados de forma homogenea para sacar las dos patillas a la vez.
Una vez quitada la esfera vemos esto de arriba. En el centro está la rueda de horas y encima de ella, generalmente, hay una arandela de material dorado y muy fino que se llama talco o arandela de oropel. Sirve para mantener la rueda de hora separada de la esfera y que no sea frenada por ella. Aqui ya la tenía quitada cuando hice la foto. A continuación se saca esta rueda simplemente tirando de ella hacia arriba ya que no va sujeta con nada.
Se nos queda montado el conjunto remontoir que es todo lo de acero que se ve. Me dirán que es de mal relojero y es que yo soy un mal relojero, je,je. Yo no desmonto esto porque se limpia bien así, no influye en la marcha del reloj y es un auténtico coñazo montarlo.
A continuación le damos la vuelta y se ve así:
Para no correr riesgos de olvido se debe descargar el barrilete de cuerda. Para ello se coge con una mano la corona, se gira un poco en el sentido de dar cuerda y, al levantarse el trinquete, se mete un destornillador de los chicos y se termina de liberar para que pueda girar el barrilete en sentido contrario siempre sujetando la corona para que no lo haga bruscamente.
A continuación se quita el puente del volante con éste colgando: no le pasa nada porque cuelgue con su peso. Arriba ya está quitado.
Seguidamente le toca el turno al puente de rodaje. Hay distintos puentes que cogen más o menos ruedas de una vez. Se flojan sus tornillos, dos o tres, y con cuidado, metiendo algo fino (la punta de un destornillador, por ejemplo) por unas aberturas laterales que tiene, se levanta hasta soltarlo. Arriba se ve junto a la virola y quedan al aire la rueda de escape, la segundera, que en este caso no lo es porque ya hemos dicho que no lleva segundero, y la intermedia. La rueda de centro en esta máquina queda cogida por el puente de carga.
Quitamos seguidamente el puente del áncora, levantando también con mucho cuidado para no partir las espigas o pivotes del áncora. Este cuidado hay que tenerlo siempre en cada cosa que se quita en un reloj. Una vez fuera nos deja a la vista el "pequeño-gran-hombre" que es ésta pieza: muy delicada, preciosa e importante. Ya podemos ir quitando áncora, rueda de escape y rueda segundera. La intermedia es mejor no quitarla ahora: a veces sale y a veces no y para evitar riesgos ya que hay muy poco espacio con la de centro es mejor dejarla puesta de momento. Se queda así:
Ahora nos vamos hacia el otro puente. Lo primero es quitar el rochete, esa rueda grande que se ve
Un avez quitada se nos queda a la vista el saltarín muelle del trinquete que es la pieza que sujeta para que la cuerda que demos no se vuelva atrás. Le digo saltarín porque suele ser la primera pìeza que se pierde cuando empezamos con estas aficiones: al intentar quitarlo si no se tiene algo de maña con la pinza salta y cuesta trabajo encontrarlo. Lo he señalado con una flecha roja y arriba, en verde y si yo pintara bien, se ve aproximadamente la forma que tiene. A su lado está la rueda de carga, a la que le toca el turno. Puede estar cogida con un solo tornillo que tiene la rosca cambiada, es decir, desenrosca con el movimiento que normalmente hacemos para enroscar o bien, como en este caso, con dos diminutos tornillitos que seguramemnte serán casi siempre los más chicos del reloj.
En este caso en que la rueda tiene dos tornillos se compone de dos piezas: un aro con los dientes y el cuerpo central alrededor del que gira el aro. A continuación quitamos los tres tornillos del puente de carga:
Una vez quitados, levantamos el puente con cuidado y queda como arriba. Si queremos podemos quitar el barrilete por el costado levantando un poco por los dientes. La rueda de centro no se puede quitar porque está pillada por el cañón de minutos que está al otro lado de la platina y la intermedia a veces se quita bien así y aveces no. Si no sale ya saldrá luego cuando quitemos la de centro. Le damos la vuelta
Aquí está el cañón de minutos: es ese negro del centro que señalo con un círculo y una flecha verdes. Lo quitaremos utilizando una pinza de corte tirando de él hacia arriba de forma bien vertical y sin alabear a los lados para no dañar la cuadratura que va dentro: es lo que hace que las agujas mantengan una cierta dureza al movimiento y no queden locas. La pinza de corte es esa que se ve detrás.
Una vez quitado se caen por abajo las dos ruedas que nos faltaban y se queda ya la platina sola: Si le damos la vuelta es así:
Para abrir el barrilete y poder limpiar la cuerda hay un truco muy simple: se pone el barrilete sobre algo duro, en este caso sobre el papel de seda que está sobre la encimera de piedra de la cocina, con los dientes abajo; se pone la pinza a ambos lados y se deja caer sobre los dientes, se presiona la pinza hacia abajo y la tapa, que está arriba, se desprende sola: la empuja el arbol.
Ea, pues ahora a limpiar y, siguiendo el procedimiento inverso, ya tendremos reloj funcionando. Damos por supuesto que no hay averías en los componentes porque eso es ya otro cantar.
Si habéis llegado hasta aquí es muy posible que os guste la relojería. Espero no haber aburrido.
Un saludo desde Sevilla. ¡Casi ná!.