Casiná
De la casa
Sin verificar
Buenas tardes.
Desde luego, como podréis comprender, me refiero a un tornillo de un reloj. Generalmente se rompen porque se desprende la cabeza al apretar demasiado y, también generalmente, no se parten planos totales, sino que suelen dejar en la rotura algún saliente o entrante en el que apoyarse para sacar el vástago usando un punzón fino. Una vez que le falta la cabeza se queda flojo en el interior y gira con tacto, delicadeza y suavidad si no nos queremos cargar la rosca hembra.
Pero héteme aquí que algunas veces se junta el hambre con las ganas de comer y todo se complica.
Si el tornillo que se nos rompe es uno de los que sujetan el puente de calendario de un Omega 56X o familia nos encontramos con un vástago sumamente delgado y si se le une que se rompe como a cizalla, es decir, prácticamente plano pues entonces las pasamos canutas para sacarlo. Hemos de recurrir entonces a otro método que voy a tratar de explicar. Si se me entiende ya es de nota después de haber conseguido sacarlo.
Vemos una platina con ciertos elementos montados y, señalado, el tornillito de las narices; sin cabeza, por supuesto
la punta de ese tornillo, de cuyo alrededor se ve que ya ha habido guerra, sale por el otro lado aunque no sobresale de la platina. El tornillo está enroscado en un buchón dorado. También está señalada esa punta
Pues bien, apoyando un punzón fino en el acero del tornillo y con unos martillacitos suaves dicho buchón se va sacando hacia el otro lado y, en su interior, se lleva el tornillo roto
Se termina de sacar con más golpecitos y, una vez fuera, no lo puedo fotografiar porque mi cámara ni siquiera en modo macro es capaz de enfocarlo.
Pero lo cogemos en el torno con la pinza más fina y, con mucho pulso y un buril bien afilado, le comemos al buchón en su extremo como medio milímetro lo que hace que sobresalga el vástago del tornillo.
A falta de foto valga este dibujito en el que el buchón es la pieza larga rayada y el tornillo, o lo que vemos de él, es lo que sale arriba
Ahora cogemos fuertemente esa punta de tornillo con una pinza de corte, por ejemplo, y sin dejar que se nos escape, giramos la rueda de pinzas del torno hasta que quede desenroscado el puñetero tornillito ....
Luego, usando la parte trasera de las pinzas, por ejemplo, como herramienta volvemos a meter el buchón en su alojamiento dejando que sobresalga una porción de él igual a la del otro tronillo.
Y ya nos quedará todo montado así
Esta última foto es de otro reloj pero hermano gemelo.
Espero que a alguien le pueda servir de idea. Los maestros que por aquí pululan que no se den por enterados, ya lo estaban, je,je,je.
Un saludo desde Sevilla. ¡Casi ná!.
PS.- Se me olvidó decir que el trabajo de torno para rebajar el buchón lo hizo mi amigo. Yo ni sé tornear ni tengo torno.
Desde luego, como podréis comprender, me refiero a un tornillo de un reloj. Generalmente se rompen porque se desprende la cabeza al apretar demasiado y, también generalmente, no se parten planos totales, sino que suelen dejar en la rotura algún saliente o entrante en el que apoyarse para sacar el vástago usando un punzón fino. Una vez que le falta la cabeza se queda flojo en el interior y gira con tacto, delicadeza y suavidad si no nos queremos cargar la rosca hembra.
Pero héteme aquí que algunas veces se junta el hambre con las ganas de comer y todo se complica.
Si el tornillo que se nos rompe es uno de los que sujetan el puente de calendario de un Omega 56X o familia nos encontramos con un vástago sumamente delgado y si se le une que se rompe como a cizalla, es decir, prácticamente plano pues entonces las pasamos canutas para sacarlo. Hemos de recurrir entonces a otro método que voy a tratar de explicar. Si se me entiende ya es de nota después de haber conseguido sacarlo.
Vemos una platina con ciertos elementos montados y, señalado, el tornillito de las narices; sin cabeza, por supuesto
la punta de ese tornillo, de cuyo alrededor se ve que ya ha habido guerra, sale por el otro lado aunque no sobresale de la platina. El tornillo está enroscado en un buchón dorado. También está señalada esa punta
Pues bien, apoyando un punzón fino en el acero del tornillo y con unos martillacitos suaves dicho buchón se va sacando hacia el otro lado y, en su interior, se lleva el tornillo roto
Se termina de sacar con más golpecitos y, una vez fuera, no lo puedo fotografiar porque mi cámara ni siquiera en modo macro es capaz de enfocarlo.
Pero lo cogemos en el torno con la pinza más fina y, con mucho pulso y un buril bien afilado, le comemos al buchón en su extremo como medio milímetro lo que hace que sobresalga el vástago del tornillo.
A falta de foto valga este dibujito en el que el buchón es la pieza larga rayada y el tornillo, o lo que vemos de él, es lo que sale arriba
Ahora cogemos fuertemente esa punta de tornillo con una pinza de corte, por ejemplo, y sin dejar que se nos escape, giramos la rueda de pinzas del torno hasta que quede desenroscado el puñetero tornillito ....
Luego, usando la parte trasera de las pinzas, por ejemplo, como herramienta volvemos a meter el buchón en su alojamiento dejando que sobresalga una porción de él igual a la del otro tronillo.
Y ya nos quedará todo montado así
Esta última foto es de otro reloj pero hermano gemelo.
Espero que a alguien le pueda servir de idea. Los maestros que por aquí pululan que no se den por enterados, ya lo estaban, je,je,je.
Un saludo desde Sevilla. ¡Casi ná!.
PS.- Se me olvidó decir que el trabajo de torno para rebajar el buchón lo hizo mi amigo. Yo ni sé tornear ni tengo torno.
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