Prodigio técnico y elegancia marcan la razón de ser de un reloj inspirado en la arquitectura. Los talleres independientes con sede en Neuchâtel acaban de presentar el Vertalor de Louis Mounet, una pieza que sintetiza la quintaesencia de esta manufactura histórica en 24 ejemplares no aptos para todos. En el Vertalor de Louis Mounet la jaula del tourbillon cuelga de tres puentes de oro. El barrilete también cuelga de un puente de oro y permite apreciar el fondo del mecanismo en un juego de sombras que resaltan a través del cristal de zafiro en el frontal y trasera.
En dos versiones (oro rosa y oro blanco), el Vertalor de Louis Mounet tiene 47mm de diámetro y el tourbillon colocado a las 6 horas. La manecilla, inspirada el reloj Julio Caesar de la marca fabricado en 1825, tiene forma de estrella luminosa. A las 12, los puentes de oro hacen espacio al trabajado barrilete que se ilumina a las 6. Entre los dos, se puede ver el engranaje, la corona y el barrilete con reserva de marcha de 72 horas. La esfera con patrón Côtes du Jura es detalle de la marca junto con las manecillas Gouttes de Rose. A las 9 h está la flor de lis, también emblema de la casa que ha celebrado 10 años de la inauguración de Ateliers Louis Moinet con un reestyling de su identidad corporativa.

Entre lo excéntrico y lo exclusivo que es propio de esta marca amante de las rarezas, el Vertalor de Louis Mounet lleva un fragmento de meteorito lunar adornando el centro de la esfera, en el centro de los brazos. Ocho índices de diamantes completan el detalle de esta pieza con cuerda manual y reserva de marcha de 72 horas y 21,600 alt/h. Termina el conjunto una correa de caimán de Louisiana.