rmrelojes
Mr. Tiranio
Sin verificar
Lo primero pedir perdón por atreverme a hacer este ladrillete a mi fiel amiga. más teniendo en cuenta el excelente material que se puede encontrar en la red.
Acaban los años 30 y atrás, como polvo en el camino, queda el recuerdo de sus duros comienzos.
Época turbulenta esta de finales de los 30 con una América superviviente a una durísima crisis económica y con una pujanza más que incipiente –de nuevo y para disgusto, quizás, de la vieja Europa– y una Europa donde si lo cultural ha sido… sensacional, lo económico y lo político presagian lo que no va a tardar mucho en llegar. La guerra.
Y todo lo anterior sin olvidar a un Japón que si bien no aparta su vista de la tradición –cultural, artística, política– continúa, aunque copión, creciendo a velocidad de vértigo en cuanto a la economía, la técnica y la industria se refiere. Amén de sus inquietudes expansionistas.
Este es el contexto en el que se gesta una de los mayores éxitos comerciales que la historia ha conocido. La Parker 51.
La Parker 51 nace por la necesidad de solucionar el problema del secado de la tinta.
La tinta que se viene usando para las estilográficas, hasta el momento –finales de la década de los 30– supone un verdadero quebradero de cabeza para los fabricantes. Tarda en secar sobre el papel y esto, obviamente, no interesa a nadie.
Parker desarrolla, entonces, una tinta nueva de secado más rápido al introducirse con mayor celeridad en el papel. Pero como quiera que las mejoras siempre son a expensas de algo, esta nueva tinta tiene un grado de alcalinidad muy elevado. Esto hace que el celuloide -principal material con el que se fabricaban las estilográficas en su mayor parte- y el depósito de la pluma se deterioren rápidamente por los vapores que la tinta emite.
Este hecho hace que en Parker prueben un material plástico de uso militar para el cuerpo de la pluma: El lucite que equipa parte de los bombarderos de guerra B-17. Cuando se comprueba la bondad del lucite con respecto a la nueva tinta se encarga al Húngaro Lazlo Moholy-Nagy (Mucho más que un fotógrafo, como la historia se ha ocupado de demostrar) el diseño de una nueva pluma estilográfica.
Lazlo, apoyándose en las tendencias de la escuela Bauhaus de diseño industrial (capitaneada desde los años 30 por Mies Van der Rohe) crea una pluma de líneas aerodinámicas –continuando lo iniciado por Sheaffer en sus modelos Balance– inspirada en el fuselaje de un avión.
La mayor innovación, en cuanto al hecho técnico de la escritura, está en el carenado de un plumín que se arrolla sobre si mismo para abrazar al alimentador y ser, a su vez, envuelto por el colector. Esto permite, sin duda, una mejora en el tiempo de duración de la tinta sin ser usada y una calidad y estabilidad en el flujo de la tinta que se ha hecho legendaria.
Las primeras series de esta Parker 51 –que debe su nombre, se conjetura, a ser creada en el 51 aniversario de la creación de Parker. Aunque una visión menos romántica asegura que el nombre tiene connotaciones puramente comerciales para poder ser, así, utilizado en cualquier lengua del mundo– continúan usando el sistema de llenado presente en los modelos “estrella” del fabricante en ese momento. Las vacumatic. Este sistema fiable y probado permite el paso de la tinta al cuerpo de la pluma –que actúa como depósito – aprovechando el momento de succión generado por un diafragma que se deprime en la parte superior del cuerpo accionado por un pequeño sistema de pistón.
Este sistema de llenado se ve sustituido en 1948 por el extremadamente sencillo y eficaz aerométrico, en el que un depósito de goma, alojado en el cuerpo, se acciona mediante una ballesta metálica para conseguir el llenado.
Creo que algunos datos son necesarios para comprender el “fenómeno” que esta pluma supone para el mundo de la estilográfica
• Para su desarrollo se invierten 250.000 dólares de la época. Una cifra qué, a priori, pareció desproporcionada pero que, sin duda, se vio amplísimamente recompensada con los beneficios obtenidos por los millones de unidades vendidos.
• En 5 años (no cuento 1941 año de su introducción en el que solo se produjeron 6.000 unidades) se pasa de una producción de 200.000 a 2.100.000 unidades. Este dato da idea, sin duda, del enorme éxito comercial que el producto, como tal, ofrece y más, teniendo en cuenta que su época de explendor mundial fué la década de los 50.
• Ocupa un lugar merecidísimo en el MOMA de Nueva York.
• Ha sido precursora de otros muchos diseños de la propia marca y copiada, más o menos descaradamente, por otras.
Y de momento hasta aquí llego para no aburriros.
Gracias por aguantarme
Saludos
Acaban los años 30 y atrás, como polvo en el camino, queda el recuerdo de sus duros comienzos.
Época turbulenta esta de finales de los 30 con una América superviviente a una durísima crisis económica y con una pujanza más que incipiente –de nuevo y para disgusto, quizás, de la vieja Europa– y una Europa donde si lo cultural ha sido… sensacional, lo económico y lo político presagian lo que no va a tardar mucho en llegar. La guerra.
Y todo lo anterior sin olvidar a un Japón que si bien no aparta su vista de la tradición –cultural, artística, política– continúa, aunque copión, creciendo a velocidad de vértigo en cuanto a la economía, la técnica y la industria se refiere. Amén de sus inquietudes expansionistas.
Este es el contexto en el que se gesta una de los mayores éxitos comerciales que la historia ha conocido. La Parker 51.
La Parker 51 nace por la necesidad de solucionar el problema del secado de la tinta.
La tinta que se viene usando para las estilográficas, hasta el momento –finales de la década de los 30– supone un verdadero quebradero de cabeza para los fabricantes. Tarda en secar sobre el papel y esto, obviamente, no interesa a nadie.
Parker desarrolla, entonces, una tinta nueva de secado más rápido al introducirse con mayor celeridad en el papel. Pero como quiera que las mejoras siempre son a expensas de algo, esta nueva tinta tiene un grado de alcalinidad muy elevado. Esto hace que el celuloide -principal material con el que se fabricaban las estilográficas en su mayor parte- y el depósito de la pluma se deterioren rápidamente por los vapores que la tinta emite.
Este hecho hace que en Parker prueben un material plástico de uso militar para el cuerpo de la pluma: El lucite que equipa parte de los bombarderos de guerra B-17. Cuando se comprueba la bondad del lucite con respecto a la nueva tinta se encarga al Húngaro Lazlo Moholy-Nagy (Mucho más que un fotógrafo, como la historia se ha ocupado de demostrar) el diseño de una nueva pluma estilográfica.
Lazlo, apoyándose en las tendencias de la escuela Bauhaus de diseño industrial (capitaneada desde los años 30 por Mies Van der Rohe) crea una pluma de líneas aerodinámicas –continuando lo iniciado por Sheaffer en sus modelos Balance– inspirada en el fuselaje de un avión.
La mayor innovación, en cuanto al hecho técnico de la escritura, está en el carenado de un plumín que se arrolla sobre si mismo para abrazar al alimentador y ser, a su vez, envuelto por el colector. Esto permite, sin duda, una mejora en el tiempo de duración de la tinta sin ser usada y una calidad y estabilidad en el flujo de la tinta que se ha hecho legendaria.
Las primeras series de esta Parker 51 –que debe su nombre, se conjetura, a ser creada en el 51 aniversario de la creación de Parker. Aunque una visión menos romántica asegura que el nombre tiene connotaciones puramente comerciales para poder ser, así, utilizado en cualquier lengua del mundo– continúan usando el sistema de llenado presente en los modelos “estrella” del fabricante en ese momento. Las vacumatic. Este sistema fiable y probado permite el paso de la tinta al cuerpo de la pluma –que actúa como depósito – aprovechando el momento de succión generado por un diafragma que se deprime en la parte superior del cuerpo accionado por un pequeño sistema de pistón.
Este sistema de llenado se ve sustituido en 1948 por el extremadamente sencillo y eficaz aerométrico, en el que un depósito de goma, alojado en el cuerpo, se acciona mediante una ballesta metálica para conseguir el llenado.
Creo que algunos datos son necesarios para comprender el “fenómeno” que esta pluma supone para el mundo de la estilográfica
• Para su desarrollo se invierten 250.000 dólares de la época. Una cifra qué, a priori, pareció desproporcionada pero que, sin duda, se vio amplísimamente recompensada con los beneficios obtenidos por los millones de unidades vendidos.
• En 5 años (no cuento 1941 año de su introducción en el que solo se produjeron 6.000 unidades) se pasa de una producción de 200.000 a 2.100.000 unidades. Este dato da idea, sin duda, del enorme éxito comercial que el producto, como tal, ofrece y más, teniendo en cuenta que su época de explendor mundial fué la década de los 50.
• Ocupa un lugar merecidísimo en el MOMA de Nueva York.
• Ha sido precursora de otros muchos diseños de la propia marca y copiada, más o menos descaradamente, por otras.
Y de momento hasta aquí llego para no aburriros.
Gracias por aguantarme
Saludos