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Un gaditano en IKEA

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gaditano1960

Visitante
¡EL CATÁLOGO DE IKEA!…¡QUE ELLA NO LO LEA! …no vea con el ikea…¿no habéis estao?...un bastinaso, eso es lo que é, un bastinaso…allí hay de tó. É una mescla der leroy merlín coner cortinglé pero a lo bestia y en sueco. Claro que eso es casi lo único bueno que puedo contar del sitio ese; de hecho, espero que los miles de nota de Cádi, Sevilla y Güerva que están a punto de casarse, comprarse un piso o irse a viví con la parienta, lean este relato antes de que el repartidó de los cojone les inunde la casapuerta con el catálogo de este año…

Es más, yo ya comencé a sospechar el año pasao cuando un vecino de mi bloque, recién casao y recién comprao el piso, se tiró del ostavo. Justo antes de morir en mis brazos dijo balbuceando: - el catálogo de ikea… que ella no lo lea… y la palmó. En aquel momento no lo entendí; me pareció el típico enigma misterioso a modo de advertencia pero no supe descifrarlo. En la mano estrujaba un papelito que pensé sería la típica nota de suicidio, pero no; era una especie de jeroglífico indescifrable; una secuencia de símbolos y gráficos sin ningún tipo de texto que consideré sería mejor guardar para investigarlo con más calma…

…y ahora me arrepiento de no haberlo hecho antes. Por si acaso, cuando la ambulancia se lo llevó, retiré de los buzones todos los catálogos que ví; pero no sirvió de nada. Los cabrone lo tienen bien montao. El catálogo de ikea se extiende entre las mujeres como el virus de la gripe aviar entre los pollos.
Eso lo descubrí después, tras mi primera y espero que última visita a ese lugar. Tras los acontecimientos que viví allí dentro y los que se sucedieron a mi vuelta (relatados más abajo), llegué a la conclusión de que era necesario evitar su reparto en cádi.

Lo primero que hice fue atracar a los repartidores de mi barrio y quitarles los catálogos a punta de navaja, como cuando era kinki… pero no sirvió de nada…
Descubrí que cuando el catálogo de ikea entraba en una casa se instalaba en un lugar preferente. A menudo incluso, ocupando los lugares tradicionalmente destinados a colocar la biblia o las página amarilla. Con que hubiera un solo catálogo en un bloque, todo el barrio resultaba infestado.
Simulé un accidente en el puente carranza y embestí a la furgoneta que los traía hasta que cayó al agua… pero no sirvió de nada… secuestré y descuarticé al encargao de la imprenta en estocormo… pero no sirvió de nada… y entonces fue cuando lo comprendí; debía usar sus mismos medios para combatirlo; debía crear una especie de antivirus para contrarrestar el nocivo efecto del catálogo de ikea… y aquí está: este relato debe cumplir ese cometido. Por eso, debéis transmitirlo por Internet a cuantas personas en situación de riesgo conozcáis: solteros a punto de dejar de serlo, novios encarajotados, incautos a punto de arrejuntarse, ilusos compradores de pisos nuevos…etc. Va por ellos y recordad: ¡EL CATÁLOGO DE IKEA!...¡QUE ELLA NO LO LEA!...

…Varios días después de enterrá al suicida del ostavo, llegué del curro y me vi el catálogo en el salón. Antes de que me diera tiempo a decir nada, mi novia dijo: - cari, ¿vamos mañana sábado a ikea?...la estantería “billy” es muy bonita... Ya está, la cagamos pensé yo.
Todavía no sabía que había querido decir el suisida del ostavo, pero la verdad es que como estábamo amueblando el piso y lo que vi en el catálogo me pareció barato, pues ¿por qué no? me dije. En er fondo, como a miles de gaditano, a mi también me gusta ir a esos sitios pa curioseá y tocarlo tó. Y ahí empesó la maldición del catálogo...

No tenía ni idea de cómo llegá al ikea. En verdad no sabía llegá ni a Sevilla. Estuvimo dando vuerta por las sircunvalasione de sevilla durante dos horas hasta que de casualidad pasamo por la puerta.
Lo primero que pensé: …que grande carajo… Yo yabía estao en el cortinglé de cádi una vé, pero aquello era distinto. Era como un cortinglé gigante pero nada más que con la sección de mueble y hogar. Na má entrá, reconocí unas cuantas marías de cádi que habían organisao una excursión en autobú pa conosé el ikea. Una de ella estaba leyendo un cartelito que había en un poste expositor: -…“por favor, antes de entrá en nuestra tienda coja un metro y un lapiz”… ¿Qué coja un metro y un lapiz?... gritó la juani…
-¿son gratis?... preguntó la pepi… -¡to par borso!... gritaron todas…
…se llevaron hasta el expositor…

Ademá del lápi y el metro, en la entrada me dijeron que cogiera un papelito pa ir apuntando las cosas que me gustaran… lo tienen bien montao los cabrone, el papelito era como la carta de los reyes pero na má que pa pedí muebles… la verdá es que na má entrá te ilusiona… parese que te los van a regalá…

Con el papel en la mano, el lápiz en la oreja y el metro en la otra mano, empecé a andar. De repente, me di cuenta de que ibamo andando en fila siguiendo unas flechas que había en el suelo como si fuéramos los patito de la feria… éramo como robós, había que ir palante por cojone; en cola por cojone como si dieran algo grati… a mi novia to le paresía bien, pero a mí aquello ya mestaba tocando los güevo… de repente, el nota que iba delante nuestra se giró y… ¡sorpresa!... era mi colega er titi, que se iba a casá y había venío desde cádi con la novia a poné la lista de boda en ikea. Er titi estaba emosionao con lo de ir en fila porque le recordaba los catorse años que se pasó en la cola del iném. Ademá, como la mitá de la gente de la fila era de cádi, algunos habían coinsidío con él en aquella época. Estaba como en su casa. Saludando a tor mundo. Él desía que eran de su quinta, de su quinta der paro, claro. Al cuarto de hora, el titi, ya la estaba liando. Agarró ar de adelante y dijo: -¡la conga, del ikea, va y viene!...

La verdá es que después de tanto tiempo en la cola se conoce gente. Detrás nuestra venían las maría del autobú, delante el titi y su piva, más palante había más parejitas jóvenes de cádi, de san fernando, de puerto real… la infección había sido de las gordas. Al principio todas las parejitas de la mano, pero después… más de una relación se fue al carajo antes de llegá a la sección de lámparas.
Como decía, poco a poco fuimos conociendo gente. En ikea los mueble no están amontonao de cualquier manera, que va. Te montan habitaciones y casas completas pa que lo veas to tan bonito que te entre por los ojos. O sea, que vas entrando en casas completamente amuebladas a las que no les falta un detalle. Y no entras solo. Casi siempre coincides con los que van delante y detrás tuya en la fila.

En la primera casa que entramo ponía en la puerta: Vivir en 22 m2 . Al entrar, tol mundo decía que era un apartamento mu chico pero mu coqueto y bien aprovechao. Desde luego, no me extraña que la ministra estuviera a punto de darnos coba con los mini pisos…
Nada más sentarme en el salón, se me sentó al lao er góme. Un hijoputa que estudió conmigo en los salesiano y al que no podía ni ve. Tiene cojone; to la vida sin saludarno por cádi y ahora sentao a mi lado en el salón de un piso de 22 m2 en sevilla.… la sensación era como si subiera colao en mi casa por la cara. Me levanté mosqueao y me fui pal dormitorio esquivando gente por el pasillo. Allí estaban dos de las marías metiendo en los bolsos to los libros de las estanterías, y les dije: -señoras, que esos libros están en sueco… a lo que me respondió una: - si no es pa leerlos hijo, me los llevo porque me van mu bien con las cortina…
Al final del pasillo estaba el baño, metí la cabeza pa echar un vistazo y por poco me caigo de esparda… qué pestazo, allí estaba er titi abrochándose el cinturón… -si vas a cagá, no hay agua… dijo er nota en plan klinisbu… -¿y papel?... le pregunté… -tol que quieras… dijo señalando un tomo de la enciclopedia sueca que había dejao en er bidé…
Asqueado llegué al dormitorio y me tumbé a probar la cama. En ese momento, la piva der góme, que la verdad, siempre había tenío fama de calientahembrasdepollo… me vio y se me tumbó al lado justo cuando entraba mi novia… todavía me duele el guantazo… Al salí del mini piso, me dejó. Pero como ya llevaba apuntao medio ikea, pensó que iba a ser un rollo ponerse a repartir los bienes y decidió perdonarme.
Nos reconciliamos en el dormitorio del siguiente piso: el de 27 m2. Era una cama de esas con palio y mosquitera y no vea la que liamos…tuvieron que vení a sacarnos los de mantenimiento…

En el piso de 35 m2 había un montón de gente de cádi liándola en el salón. Paresía aquel anunsio antiguo de cocacola que era un guateque en una casa. Tor mundo con las bufanda der cádi hasiendo botellón en la moqueta. En la puerta había un nota controlando la entrada y na má que dejaba entrá a los que fuérmao de cádi. Para ello utilizaba un método de selección infalible; cuando te acercabas a la puerta te decía a modo de contraseña: -¡cogeslo ahí!... y na má que dejaba entrá a los que respondieran: -ay!...
…Había que sé muy de cádi pa conocer la contraseña. Una vez dentro nos enteramo que allí vivía un nota de cádi que había venío con su novia hacía un año pa elegí los mueble de la casa que estaban a punto de comprarse… y no volvió; se quedó a viví en ikea. De okupa.
Cuando nos lo presentaron resultó que era ¡el cabesa!... un nota que había estao conmigo en el colegio desde chico. El cabesa nos contó que había llegao a ikea una semana ante de casarse, cuando más agobiao estaba pensando en la hipoteca de la casa, los gastos de la boda, su suegra… y se le vino el mundo encima… En ikea descubrió el mundo perfecto. Tenía siempre la casa nueva y no tenía ni que limpiá. Podía cambiar de piso cuando le apeteciera y casi to los días pasaba por allí gente de cádi… y to grati. Aquel sábado además, el cádi jugaba contra el Sevilla y habían venío a verlo sus colegas de Loreto … estaba exultante… era otra persona.
Intrigado le pregunté que como se lo montaba pa que no lo descubrieran y me dijo que se hacía el sueco… -nunca mejor dicho, pensé. Se hacía pasar por un empleado más de la multinacional sueca. Iba vestido de azul y amarillo; los colores de la empresa y del uniforme de trabajo. Él decía: -esto es una maravilla, ¿tu sabe el morbo que da, estar tol día vestío del cádi en Sevilla?...

Al cabesa ya no lo llamaban así, ahora le decían el sueco. Para mimetizarse aún más llevaba incluso una peluca rubia que labía traío su madre del millonario.
Le pregunté que cómo habiendo allí pisos más grandes se había instalao en el de 35 metros cuadrao, y me contestó: -¿35 metros pa mí solo?...eso es una birguería, si en mi casa vivíamo catorse, en el barrio santa maría…
El sueco me contó que ahora estaba un poco mosqueao con ikea. Resurta que cuando dejó a la novia, a la hipoteca, a la suegra y se instaló de okupa, le dio por hacé una pintada en la alfombra de su nueva casa. En la alfombra ponía bienvenidos y él añadió: …a la república independiente de mi casa. Uno de los publicistas de la empresa lo vio y lo convirtió en el eslogan de la nueva campaña. El sueco estaba cabreao y había decidío contarle su secreto a to sus colegas de cádi para que se vinieran a viví a ikea. También, a modo de mini venganza, recorría las instalaciones y cuando veía una parejita apuntando algo en la lista le decía: - ¿tu sabe la de tornillo que trae esa estantería?... o -en el leroy merlín es más barato… Ikea tenía los días contaos…

Con tanta charla me perdí de mi parienta y salí de la casa del sueco a buscarla. Como lo de ir en fila no me gustaba, decidí caminar en dirección contraria… qué cachondeo… tol mundo tropezando, las parejitas no tenían más remedio que soltarse… al poco, algunos otros más se rebelaron y me siguieron. Er titi, y yo jugábamo a esquivá las persona como si fueran asteroide y nosotro estuviéramo en la nave del fénix… un descojono… con 34 año de media pero un descojono…

Con tanto cachondeo y carrerita nos entró sed y buscamo el restaurante. Al llegar, el partido del cádi estaba en el descanso y el sueco se había llevao a sus colegas de marcha al restaurante. Para seguir vengándose por el plagio, nos explicó a todos que si queríamos cerveza lo mejó era pedí una cocacola grande. De esa forma te daban un vaso de medio litro y al llegar a la máquina del self servi en lugar de llenarlo de cocacola… cerveza al canto… después, como la bebida era en plan self servi y eso en cádi significa “de aquí no nos vamo hasta que acabemo con el barril”… pues ya se sabe; la cogimos mortal. Cuando nos entró hambre, el sueco nos dijo que nada de pagar un duro, y nos llevó a la zona del supermercao donde dan las degustaciones. Nos pusimos de patatas fritas suecas y de tartas de almendra hasta las trancas… El sueco le tiraba los tejos a la repartidora y nos dijo que estaba pensando en mudarse a un pisito más grande por si la cosa funcionaba…

Al llegá al almacén, el cobaso del siglo: los mueble los tiene que buscá tú mismo y cargarlo en un carrito hasta la caja… Mi parienta llevaba el carrito tan cargao que paresía un escarabajo pelotero…y me reí… Ella me dijo: -tu ríete, que ya veremos quien ríe el último… no la entendí… Miré a mi alrededor y había miles de personas cargando carritos hasta las trancas como si fueran los jomeleses de nueva yor… Muchos eran de cádi. Yo pensaba: …carajo, ¿tanta gente está amueblando la casa?... y si lo que están es renovando el mobiliario, ¿dónde carajo va meté el ayuntamiento tanto mueble viejo?…
La situación en las cajas era dramática. Parecíamos refugiados huyendo de una guerra. Los carritos chocaban y volcaban las cargas, las marías se pegaban… dantesco. Largas colas de miles de personas tenían que pasar por aquel embudo. Las cajeras estaban como los elfos luchando contra los orkos en el señor de los anillos… dando sablazos (nunca mejor dicho) a diestro y siniestro. Además, están to puteás porque les controlan el tiempo que tardan en atender a los clientes. Si pasan más de dos minutos y medio con un cliente, no la renuevan… Yo pensé: …po ya verá tu cuando tengan que atendé al autobús de las marías… no va quedá ni una en plantilla… como cada una pase por una cajera diferente, el mes que viene aumenta el paro en España una cosa mala…

El momento más dramático era el del pago. Muchas parejas se rompían para siempre. La mujer era la que pasaba al otro lado de la caja para ir cargando las bolsas y las cajas y el hombre era el que iba vaciando el carro y esperaba para pagar. En ocasiones, cuando entre el hombre y la mujer la montaña de objetos era lo suficientemente grande como para que dejaran de verse, el hombre aprovechaba para huir corriendo hacia el interior de la tienda dejando a su pareja para siempre. Así lo hizo el titi, abandonó a su prometida en la caja y se fue a vivir de okupa, como el sueco, a una habitación infantil que le había gustao mucho porque tenía columpios de madera, una pared-pizarra y una abeja gigante de pelushe corgando der techo.
Yo pensé que la culpa de tanto abandono en aquel momento la tendrían las interminables facturas pero no era eso…
Tras cargar el coche como si fuera una partida del tetris en el nivel 9, llegamos a cádi. Cuando descargamos el coche, la casa quedó completamente llena de cajas. Al abrir la primera pensé que el mueble venía defectuoso, así que abrí otra, y otra, y otra… en aquel momento lo entendí todo: mi mujer diciéndome que a ver quien reía el último, el titi abandonando a su prometida, el sueco de okupa, los miles de maridos desertores en las cajas… y el suicida del ostavo…

Los muebles de ikea vienen desmontaos. Pa que los montes tú con tus cojones.
Yo había abierto catorse cajas y ya había miles de tornillos y piezas por el suelo. Agobiado tiré al contenedor los cartones, plásticos y papeles que no servían y decidí dejar el montaje para el día siguiente, domingo.
El domingo comencé temprano. El lunes tuve que pedir un par de días de asuntos propios para terminar el montaje al descubrir que había tirado las instrucciones. El miércoles pedí la semana de vacaciones que me quedaba. El jueves de la semana siguiente solicité la baja por malestar general. Al mes, me la dieron por depresión. Tras dos meses de encierro perdí el trabajo, los amigos, la salud…pero a mi novia no; ella seguía esperando pacientemente a que yo “hiciera mi parte del trabajo”. Tenía pesadillas con tornillos, piezas y sobre todo con la única herramienta que venía en la caja pa montar el puto mueble: una especie de llave alen canija que soñé que elhijoputa del góme me metía por el culo y me sacaba por la nariz una y otra vez…

Una mañana, desesperado hasta el límite y aprovechando un descuido de mi parienta-guardiana, me subí al borde del balcón y, cuando me disponía a terminar con aquel tormento para siempre… lo recordé. Recordé el papelito que el suisida del ostavo estrujaba en su puño justo antes de morir en mis brazos; lo busqué y esta vez lo descifré a la primera. Eran las instrucciones de montaje de la estantería billy de los cojones. El suisida del ostavo había muerto para salvarme. Reconocí las piezas y tornillos en los dibujos y comencé a montarla. Eso sí, mientras lo hacía, no dejaban de retumbar en mi mente sus últimas palabras….

-…¡EL CATÁLOGO DE IKEA!...!QUE ELLA NO LO LEA!

Salud
 
muy bueno y muy largoooo
 
:clap: :clap: :ok:: Verdad verdadera:ok:: :clap: :clap:
 
Llorandostoy

JAJAJAJAJAJAJAJA.:D :D :D :D :clap: :clap: :clap:
 
!Jo! Lo que hace el wiski.
 
Gaditano1960, eres un cachondo mental. Ya hacía falta un tío así por el foro....


:clap::clap::clap::clap::clap::clap:
 
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