Yo también puse un día la oreja cuando hablaba una vendedora de ECI y casi se me la llevan por delante.
Un señor compra un Breitling, el tío andaba bastante perdido pero la señora le explicó un par de cosas y al final compró. Hasta el momento todo lo que le aconsejó sobre los automáticos me pareció bien. Pero... aquí llego el susto... la señora le saca la caja, la documentación, lo pone en hora y le dice... "espere, se lo voy a cargar un poco para que le dure todo el día...". El tío asiente y la vendedora coge el reloj en su mano y empieza a generar un movimiento con la mano que nunca pensé que un humano podría hacer. La velocidad que alcanzaba su mano era muy superior a las 28000 alternancias de las que a veces hablamos. Posiblemente con ese vaivén generó una energía como para iluminar el centro todo un fin de semana.
Digo que casi se me lleva la oreja por delante porque si se le llega a escapar con semejante fuerza supersónica, el reloj es capaz de herir a alguien, incluso de muerte.
Esto que cuento, no es en absoluto exagerado. El problema no es que la señora quisiese poner en órbita el reloj, sino que el señor lo creyera necesario y lo hiciera así cada día! Quise decirle algo (a él) pero me contuve, no está bien meterse donde a uno no le llaman.
Otra vez oí al dependiente del stand Tag Heuer (este no estará mañana en la sección de ropa interior, es un empleado de TH y debe ser experto en eso) decirle a un comprador que un Aquarecer se puede mojar e incluso meter en la piscina (hasta ahí bien) pero que nadar no porque, evidentemente, al ser un reloj automático "con el movimiento del brazo se podría estropear".
En fin, que todas las horas que pasemos delante de este foro nos vendrán bien como antídoto ante esto.