AbderramanII
Reina Mora
Sin verificar
La BSO de este hilo es bien setentosa, como los relojes que os voy a mostrar: Three Little Birds, de Bob Marley. Aunque no soy especial fanática del reggae, esta canción me encanta y me parece bien traída. Como dice el compañero swiss made, dadle al play
Bueno, pues complementando el hilo sobre la visita de Gabriela, quiero mostraros con más detalle los tres relojes que vinieron con ella y se quedaron conmigo. A ver si consigo no enrollarme demasiado En cuanto a las fotos, hay de todo, como en vendimia
Las tres piezas pertenecían a su colejuntación y ahora forman parte de la mía: mi primer Ricoh, mi primer Election y mi primer Seiko. Las tres se encuentran con sus brazaletes originales y en un estado fantástico, cosa harto sorprendente teniendo en cuenta sus años y la afición de mi amiga por las pulseras. Con todo, como veréis, se hallan increíblemente bien cuidadas y conservadas. Aparte de eso, como decía acertadamente el compi lobogo2 en otro hilo, el valor de un regalo aumenta sobremanera dependiendo de la persona que nos lo obsequia, así que para qué quiero más.
Empecemos por el Ricoh Spacial. A decir de Gabi, toda colejuntación que se precie debe contener un setentero de esta marca japonesa, menos afamada que Seiko, Citizen y Orient, pero imprescindible según ella. No supe cómo contradecir tan profunda convicción. Realmente es un ejemplar fantástico con una preciosa esfera en tonos verdosos-azulados, cuyos efectos tornasolados hacen que parezca que tiene el cristal facetado, aunque no es así. Un típico japo un poco psicodélico de la época. Tiene una numeración en la tapa, pero no sé interpretarla
Sigamos con el Election. Según mi amiga, no podía consentir que no tuviese un reloj de esta marca tan enormemente popular en su país. Argumento inapelable. Al igual que el Ricoh, parece casi NOS, y es una belleza: esfera de precioso color azul, índices de tacos y leves toques de color rojo. Otro guapazo setentoso, más clásico y contenido que su coetáneo japonés. Tampoco sé precisar bien su fecha ni tengo especial información del calibre
Y he dejado para el final el Seiko, porque de los tres es claramente el más especial y el que más me costó aceptar. Como veréis, me he estrenado con los Seiko por la puerta grande. El reloj, en sí, ya es un dulce: es una versión para dama del conocido modelo TV de Seiko, con una hermosa esfera de color azul profundo, entre azul Bilbao y azul cobalto, endiabladamente difícil de fotografiar, pero preciosa al natural. Tiene un alegre y robusto corazón hi-beat, un poco perezoso a la hora de arrancar, pero increíblemente preciso una vez que se pone en marcha. Si no me equivoco, de lo aprendido de vosotros creo poder datarlo en julio de 1974 (si no es así, corregidme porfa)
Pero es que, además de todo eso, este reloj se lo regaló a mi querida Gabriela su padre cuando ella tenía 8 años, y ha estado y convivido con ella desde entonces. Todos sabéis el respeto y devoción que siento por los relojes familiares y que Gabi se empeñase ya hace tiempo en regalarme esta pieza me provocaba sentimientos encontrados. Por un lado, me resultaba inaceptable que se desprendiese de un reloj tan especial y único. Por otro me sentía tremendamente honrada por su ofrecimiento: ¿cómo rechazar semejante manifestación de afecto y confianza? Sinceramente, hubiera preferido que lo conservara ella, pero ha insistido y yo lo he aceptado. Obviamente, lo cuidaré y mimaré con el mismo cariño con el que lo ha cuidado y mimado ella durante todos estos años. Y mi querida amiga sabe que si algún día, cuando sea, se arrepiente y lo echa de menos, saldrá inmediatamente en envío urgente para donde ella se encuentre
Como era de prever, me he enrollado Muchas gracias a los que habéis llegado hasta aquí. A mi querida Gabi no le digo nada, porque no lo va a leer y porque además no hace falta: ya se lo he podido decir ya cara a cara
Bueno, pues complementando el hilo sobre la visita de Gabriela, quiero mostraros con más detalle los tres relojes que vinieron con ella y se quedaron conmigo. A ver si consigo no enrollarme demasiado En cuanto a las fotos, hay de todo, como en vendimia
Las tres piezas pertenecían a su colejuntación y ahora forman parte de la mía: mi primer Ricoh, mi primer Election y mi primer Seiko. Las tres se encuentran con sus brazaletes originales y en un estado fantástico, cosa harto sorprendente teniendo en cuenta sus años y la afición de mi amiga por las pulseras. Con todo, como veréis, se hallan increíblemente bien cuidadas y conservadas. Aparte de eso, como decía acertadamente el compi lobogo2 en otro hilo, el valor de un regalo aumenta sobremanera dependiendo de la persona que nos lo obsequia, así que para qué quiero más.
Empecemos por el Ricoh Spacial. A decir de Gabi, toda colejuntación que se precie debe contener un setentero de esta marca japonesa, menos afamada que Seiko, Citizen y Orient, pero imprescindible según ella. No supe cómo contradecir tan profunda convicción. Realmente es un ejemplar fantástico con una preciosa esfera en tonos verdosos-azulados, cuyos efectos tornasolados hacen que parezca que tiene el cristal facetado, aunque no es así. Un típico japo un poco psicodélico de la época. Tiene una numeración en la tapa, pero no sé interpretarla
Sigamos con el Election. Según mi amiga, no podía consentir que no tuviese un reloj de esta marca tan enormemente popular en su país. Argumento inapelable. Al igual que el Ricoh, parece casi NOS, y es una belleza: esfera de precioso color azul, índices de tacos y leves toques de color rojo. Otro guapazo setentoso, más clásico y contenido que su coetáneo japonés. Tampoco sé precisar bien su fecha ni tengo especial información del calibre
Y he dejado para el final el Seiko, porque de los tres es claramente el más especial y el que más me costó aceptar. Como veréis, me he estrenado con los Seiko por la puerta grande. El reloj, en sí, ya es un dulce: es una versión para dama del conocido modelo TV de Seiko, con una hermosa esfera de color azul profundo, entre azul Bilbao y azul cobalto, endiabladamente difícil de fotografiar, pero preciosa al natural. Tiene un alegre y robusto corazón hi-beat, un poco perezoso a la hora de arrancar, pero increíblemente preciso una vez que se pone en marcha. Si no me equivoco, de lo aprendido de vosotros creo poder datarlo en julio de 1974 (si no es así, corregidme porfa)
Pero es que, además de todo eso, este reloj se lo regaló a mi querida Gabriela su padre cuando ella tenía 8 años, y ha estado y convivido con ella desde entonces. Todos sabéis el respeto y devoción que siento por los relojes familiares y que Gabi se empeñase ya hace tiempo en regalarme esta pieza me provocaba sentimientos encontrados. Por un lado, me resultaba inaceptable que se desprendiese de un reloj tan especial y único. Por otro me sentía tremendamente honrada por su ofrecimiento: ¿cómo rechazar semejante manifestación de afecto y confianza? Sinceramente, hubiera preferido que lo conservara ella, pero ha insistido y yo lo he aceptado. Obviamente, lo cuidaré y mimaré con el mismo cariño con el que lo ha cuidado y mimado ella durante todos estos años. Y mi querida amiga sabe que si algún día, cuando sea, se arrepiente y lo echa de menos, saldrá inmediatamente en envío urgente para donde ella se encuentre
Como era de prever, me he enrollado Muchas gracias a los que habéis llegado hasta aquí. A mi querida Gabi no le digo nada, porque no lo va a leer y porque además no hace falta: ya se lo he podido decir ya cara a cara