No es fácil el diagnóstico de lo que te ocurre y más con la asistencia que estás recibiendo: si el psiquiatra de guardia tan solo te recetará diazepinas, el especialista de turno te añadirá escitalopram, un antidepresivo que también calma la ansiedad, y, si tiene tiempo, te explicara que subas la dosis progresivamente y, si no, ya volverás por ahí. En todo caso, te dirán que vuelvas dentro de un mes- tiempo necesario para que haga efecto- a a ver cómo va la cosa. La otra alternativa farmacológica, los tranquilizantes, son inútiles y hasta perniciosos en un problema de ansiedad crónica, aunque no en problema de ansiedad puntual: los tranquilizantes crean dependencia y al cabo de un par de meses, más o menos, producen habituación, es decir no hacen ningún efecto. Eso sí, como te los dejes de tomar, te subes por las paredes. No son la solución.
Y todo esto te lo digo en primer lugar, porque te dan ataques muy fuertes - bastante típicos de la ansiedad- y en segundo porque doy por hecho que ya te han visto los digestólogos y otros médicos y han descartado cualquier patología digestiva u orgánica : te han dado un diagnóstico de ansiedad y supongo que quienes te lo han dado, han hecho las pruebas oportunas para descartar otras posibles patologías.
No soy muy partidario de multiplicar idefinidamente la búsqueda de causas orgánicas, porque una de las manifestaciones de ansiedad es la hipocondría, y extenderse en exámenes somáticos dispara la ansiedad y confunde al paciente. En general, hay una norma de sentido común: una causa orgánica de ansiedad va a más y no responde - o lo hace muy parcialmente- a la medicación específica; más temprano que tarde, da la cara. No sé cuánto tiempo llevarás de evolución, pero parece que bastante, por lo que también me inclinaría por la ansiedad.
Diagnosticar ansiedad o depresión puede ser aparentemente fácil desde el punto de vista clínico, pero no lo es en absoluto en la realidad. Cuando uno está deprimido, uno se vuelve pequeño y el mundo inmensamente grande, lo que significa que cualquier problema es, por definición, enorme: no son problemas cotidianos, son montañas ¿ Quién, con una depresión así, no vería como un problema inmenso hasta decidir qué película vas a ver al cine? Si a ello le sumas el pesimismo inherente a toda depresión, a la vuelta de la esquina te espera la desgracia. Como para no estar angustiado. Hay que irse a buscar síntomas muy específicos de depresión y ansiedad para poder hacer un diagnóstico afinado ya que, aunque el tratamiento farmacológico pueda ser muy parecido, no lo es en cuanto a otras posibilidades terapéuticas ni en cuanto al posible pronóstico.
Y viceversa. La ansiedad permanente aboca indefectiblemente a una depresión por agotamiento, por el sentimiento de incapacidad de resolver los problemas.
¿Como lo resuelves?
La psiquiatría es una especialidad de la medicina fundamentalmente clínica, es decir que se guía por síntomas - no hay ningún análisis de sangre que diagnostique ansiedad- por lo que sólo hay una manera de poder orientarse: escuchándote. Y escuchándote con tiempo, dándose tiempo pensar tú y el psiquiatra que te atienda. Sin prisas, acordando de entrada ambos que tardaréis lo que tardaréis en llegar a alguna conclusión, hablando y escuchando ambos sin prejuicios y con la mayor libertad posible.
Sólo así se empezará a ver qué te ha ocurrido en los últimos tiempos: duelos, conflictos, decepciones, frustraciones etc. etc. O no. O no ha ocurrido nada relevante, lo cual también es muy relevante. Incluso si conectas bien con el psiquiatra, quizás empezarás a mirar tu vida con cierta perspectiva, a empezar a entender que no es tan absurdo lo que te pasa. O no. O seguirá siendo algo un tanto absurdo, algo que no tiene mucha explicación, lo cual, insisto, también es muy relevante.
A partir de ahí, todo puede ir aclarándose a los oídos de alguien que escuche y, en conscuencia, a ti mismo: si es un problema físico, si no lo es, si es conveniente dar una medicación, o no lo es etc. etc.
Las modernas medicaciones para la ansiedad funcionan bien desde el punto de vista de los síntomas. No son complicadas en absoluto - las puede recetar sin problemas cualquier médico de cabecera-y, en general, tienen efectos secundarios tolerables, salvo con el sexo, que lo llevan bastante mal, ellos y ellas. Sumergen al paciente en una especie de cápsula protectora vital donde les resbala una gran parte de las cosas que ocurren a su alrededor y en su vida, para mal......y para bien. Pero, a veces, la angustia es tan intensa que hay que recurrir a esa coraza química para soportar la angustia. De lo contrario, la vida es un infierno.
Otras veces, no. El paciente prefiere seguir su proceso de ansiedad, darle una continuidad vital a lo que le ocurre a pesar del sufrimiento, y, si se sabe acompañado y protegido, el psiquiatra hace de coraza de seguridad tras la cual el paciente puede seguir su propio proceso, resolviendo él su ansiedad, sabiéndose, como te digo, acompañado y protegido. Pero eso no es factible para todos.
Por eso, sólo te doy un consejo si vas al psiquiatra: que cuando salgas de la consulta, sientas que has sido escuchado y que a los diez minutos no te ha largado el célebre escitalopram, aunque incluso salgas con la receta de escitalopram en la mano.
Si sientes que el psiquiatra - o el médico, tanto da- te ha escuchado, su efecto se multiplicará por diez. Y eso es precisamente lo que no hacen ni psiquiatra de guardia ni el de turno.