croma
Habitual
Sin verificar
Hola:
Las estilográficas Sheaffer mantienen un sólido prestigio que se mantiene con los años gracias a modelos como esta conocida Balance Lifetime. La serie Balance salió al mercado en 1924 y fue una gran novedad, continuando en producción con numerosas variaciones hasta 1939.
Reconozco que esta marca es poco representativa en mi colección y no he dedicado mucho tiempo a estudiar su historia. Este ejemplar en concreto tan solo está en tránsito hacia su nuevo dueño y no permanecerá aquí mucho tiempo, por lo que, dado su estado de conservación y aspecto en general, merecía la pena hacerle unas fotos para comentar aquí algunos aspectos generales. Llama la atención de esta pieza el color intenso y completamente bien conservado, sin las típicas zonas de oscurecimiento que muestran la mayoría de las que se ven habitualmente, como es el caso de la que acompaña en las imágenes, esta sí de mi colección, a modo de contrapunto.
Los detalles dorados como el clip, la palanca y el anillo de la capucha están inmaculados y, junto a la impresión con los datos de la marca en el lateral del cuerpo de la pluma, parecen haber sido hechos ayer mismo. Lástima que no conserve la caja original para ser considerada una pieza perfecta. No aparenta mucho uso, si bien, ha sido estrenada.
Aparte del excepcional color de su celuloide, llama la atención su gran plumín, de tipo rígido y de trazo fino. El material es oro de 14 quilates con el que Sheaffer fabricaba sus plumines Lifetime y, a pesar del paso del tiempo, mantiene su belleza y elegancia con esa sobriedad propia de algo garantizado para durar toda la vida de su propietario sin mostrar menoscabo en su comportamiento. Superada la vida de su propietario original, ahí sigue manteniendo sus cualidades y desafiando otra vida entera para cualquiera que acepte el reto.
La pequeña que la acompaña es una semibalance realizada con el mismo celuloide, pero los avatares sufridos por ella han sido diferentes y acusa claramente el paso del tiempo. Para empezar, sospecho que el capuchón no es el original debido a la diferencia de color y textura con el celuloide del cuerpo (el vendedor juraba por la reputación de todos sus ancestros que era el original, pero cualquiera se pone a revisar registros para ver lo que hicieron sus antepasados). El sobo constante durante años de uso ha ido puliendo las inscripciones hasta reducir su legibilidad. Quizá la más afectada es el nombre su anterior propietaria, a la que llamo cariñosamente Gurry, y por extensión, igual a la propia pluma. La Gurry también presume de un potente plumín a pesar de su reducido tamaño. Igualmente rígido y fino, presenta los mismos identificadores que el de la invitada temporal, excepción hecha del número de serie exclusivo de cada unidad.
Ambas cargan por palanca con un saco de goma interno que es la única pieza que exige una renovación rigurosa al cabo de cierto tiempo. Las dos ofrecen el cálido y sensual tacto del celuloide añejo, que aunque sea un plástico en sentido estricto, se aleja mucho de la presencia de otros sólidos propios de épocas más modernas.
Las boquillas son de ebonita negra y garantizan el buen agarre de los dedos sobre la pluma, creando además una barrera entre la tinta y el celuloide, más sensible a accidentes estéticos si entra en contacto con la tinta.
Los alimentadores, también de ebonita, suministran el generoso pero controlado aporte de tinta al plumín para que el trazo sea fluido y continuo.
La evidentes diferencias debidas al tipo de modelo en cada caso, modo de llevarlas, y tamaño se evidencian en las fotos, por lo que no abundaremos en ello.
Podemos datar la Balance Senior protagonista por la forma de su clip y el color Jade Green del celuloide como de alrededor de 1929, aunque para mayor precisión se puede recurrir al carbono 14 o a conocidos expertos del foro, lo que sea más fácil.
Siempre que tengo en las manos un objeto como este me pregunto si lo que estamos haciendo ahora llegará a manos de nuestros descendientes manteniendo una forma reconocible y ya no digamos utilizable. Los futuros estudiosos del pasado quizá no cuenten con tantas facilidades como las que tenemos ahora nosotros. Quizá incluso tan solo dispongan de los mismos objetos que ahora conocemos, si es que somos capaces de conservarlos, junto a masas anisótropas de morfología difusa y funcionalidad inferida que es en lo que probablemente acabarán la mayoría de nuestros sofisticados enseres de alta tecnología y no pocas de las estilográficas modernas.
Saludos.
Las estilográficas Sheaffer mantienen un sólido prestigio que se mantiene con los años gracias a modelos como esta conocida Balance Lifetime. La serie Balance salió al mercado en 1924 y fue una gran novedad, continuando en producción con numerosas variaciones hasta 1939.
Reconozco que esta marca es poco representativa en mi colección y no he dedicado mucho tiempo a estudiar su historia. Este ejemplar en concreto tan solo está en tránsito hacia su nuevo dueño y no permanecerá aquí mucho tiempo, por lo que, dado su estado de conservación y aspecto en general, merecía la pena hacerle unas fotos para comentar aquí algunos aspectos generales. Llama la atención de esta pieza el color intenso y completamente bien conservado, sin las típicas zonas de oscurecimiento que muestran la mayoría de las que se ven habitualmente, como es el caso de la que acompaña en las imágenes, esta sí de mi colección, a modo de contrapunto.
Los detalles dorados como el clip, la palanca y el anillo de la capucha están inmaculados y, junto a la impresión con los datos de la marca en el lateral del cuerpo de la pluma, parecen haber sido hechos ayer mismo. Lástima que no conserve la caja original para ser considerada una pieza perfecta. No aparenta mucho uso, si bien, ha sido estrenada.
Aparte del excepcional color de su celuloide, llama la atención su gran plumín, de tipo rígido y de trazo fino. El material es oro de 14 quilates con el que Sheaffer fabricaba sus plumines Lifetime y, a pesar del paso del tiempo, mantiene su belleza y elegancia con esa sobriedad propia de algo garantizado para durar toda la vida de su propietario sin mostrar menoscabo en su comportamiento. Superada la vida de su propietario original, ahí sigue manteniendo sus cualidades y desafiando otra vida entera para cualquiera que acepte el reto.
La pequeña que la acompaña es una semibalance realizada con el mismo celuloide, pero los avatares sufridos por ella han sido diferentes y acusa claramente el paso del tiempo. Para empezar, sospecho que el capuchón no es el original debido a la diferencia de color y textura con el celuloide del cuerpo (el vendedor juraba por la reputación de todos sus ancestros que era el original, pero cualquiera se pone a revisar registros para ver lo que hicieron sus antepasados). El sobo constante durante años de uso ha ido puliendo las inscripciones hasta reducir su legibilidad. Quizá la más afectada es el nombre su anterior propietaria, a la que llamo cariñosamente Gurry, y por extensión, igual a la propia pluma. La Gurry también presume de un potente plumín a pesar de su reducido tamaño. Igualmente rígido y fino, presenta los mismos identificadores que el de la invitada temporal, excepción hecha del número de serie exclusivo de cada unidad.
Ambas cargan por palanca con un saco de goma interno que es la única pieza que exige una renovación rigurosa al cabo de cierto tiempo. Las dos ofrecen el cálido y sensual tacto del celuloide añejo, que aunque sea un plástico en sentido estricto, se aleja mucho de la presencia de otros sólidos propios de épocas más modernas.
Las boquillas son de ebonita negra y garantizan el buen agarre de los dedos sobre la pluma, creando además una barrera entre la tinta y el celuloide, más sensible a accidentes estéticos si entra en contacto con la tinta.
Los alimentadores, también de ebonita, suministran el generoso pero controlado aporte de tinta al plumín para que el trazo sea fluido y continuo.
La evidentes diferencias debidas al tipo de modelo en cada caso, modo de llevarlas, y tamaño se evidencian en las fotos, por lo que no abundaremos en ello.
Podemos datar la Balance Senior protagonista por la forma de su clip y el color Jade Green del celuloide como de alrededor de 1929, aunque para mayor precisión se puede recurrir al carbono 14 o a conocidos expertos del foro, lo que sea más fácil.
Siempre que tengo en las manos un objeto como este me pregunto si lo que estamos haciendo ahora llegará a manos de nuestros descendientes manteniendo una forma reconocible y ya no digamos utilizable. Los futuros estudiosos del pasado quizá no cuenten con tantas facilidades como las que tenemos ahora nosotros. Quizá incluso tan solo dispongan de los mismos objetos que ahora conocemos, si es que somos capaces de conservarlos, junto a masas anisótropas de morfología difusa y funcionalidad inferida que es en lo que probablemente acabarán la mayoría de nuestros sofisticados enseres de alta tecnología y no pocas de las estilográficas modernas.
Saludos.