godsmonkey
Milpostista
Sin verificar
Estimados compañeros
Hoy no voy a presentar uno de mis relojes, sino el de buen compañero de aficción tan apasionado o más que yo por los vintage.
La historia es la siguiente. Yo, como animal de costumbres que soy, voy todos los domingos al mercadillo de Valladolid, salvo que caigan chuzos de punta o esté fuera, para ver si hay suerte y cae alguna piececilla digna de entrar en mi montón, o simplemente que me encandile lo suficiente. De esta forma me he hecho con algunas piezas que, sin ser maravillas, son muy dignas de entrar en una colección (sin que a lo mío se pueda llamar de tal forma) y que conservo con gran cariño.
Pues justo el domingo 4 de agosto de este año dio la casualidad de que me tocó ir a trabajar (cosa que no ocurre a menudo, afortunadamente), y fue justo este día que no cumplí con mi costumbre que apareció esta titán de la historia de la relojería del s. XX en la manta de uno de los vendedores habituales: Omega seamaster calibre 351, con caja 2657-1, es decir, de los primeros que vieron la luz.
Pues afortunadamente la suerte quiso que cayera en las manos de mi amigo, que le ha hecho este magnífico reportaje que creo que merece que se haga conocer por aquí, y así lo comparto con vosotros:
. Espero que os guste.
Un saludo
Hoy no voy a presentar uno de mis relojes, sino el de buen compañero de aficción tan apasionado o más que yo por los vintage.
La historia es la siguiente. Yo, como animal de costumbres que soy, voy todos los domingos al mercadillo de Valladolid, salvo que caigan chuzos de punta o esté fuera, para ver si hay suerte y cae alguna piececilla digna de entrar en mi montón, o simplemente que me encandile lo suficiente. De esta forma me he hecho con algunas piezas que, sin ser maravillas, son muy dignas de entrar en una colección (sin que a lo mío se pueda llamar de tal forma) y que conservo con gran cariño.
Pues justo el domingo 4 de agosto de este año dio la casualidad de que me tocó ir a trabajar (cosa que no ocurre a menudo, afortunadamente), y fue justo este día que no cumplí con mi costumbre que apareció esta titán de la historia de la relojería del s. XX en la manta de uno de los vendedores habituales: Omega seamaster calibre 351, con caja 2657-1, es decir, de los primeros que vieron la luz.
Pues afortunadamente la suerte quiso que cayera en las manos de mi amigo, que le ha hecho este magnífico reportaje que creo que merece que se haga conocer por aquí, y así lo comparto con vosotros:
Un saludo