Cuantico
Milpostista
Sin verificar
Buenos días:
me llena de orgullo y satisfacción poder presentarme a tan distinguida audiencia en conocimientos desde la Inmortal Ciudad. Espero no decepcionar.
Aunque no he sido un gran poseedor de máquinas, de hecho hoy tengo más pares de esquís que relojes , hace tiempo me interesó profundizar conocimientos en lo concerniente a esta singular industria: tradición, marcas, técnica, márqueting...
Allá por los primeros 90, antes de la explosión de internet, escribí a los principales distribuidores del país: Munreco, Diarsa... solicitándoles catálogos de sus representaciones. Se portaron: me llegaron paquetes con catálogos, libros en realidad, lujosamente impresos de las marcas más emblemáticas: Patek Philippe, Jaeguer-LeCoultre, Rado, Movado, Hublot, Rolex, Omega, Ebel... que yo leí con delectación. Algún libro hojeado en el VIPS completó mi "doctorado".
Obviamente, en mi entorno, cuando la conversación giraba sobre relojes yo era el más enterado. Eran los tiempos del abandono del cuarzo negro y la llegada de los relojes símbolo: el crono de aviación de Lotus reinaba sobre las clases medias.
Me di cuenta de mi fama cuando uno de los directivos de la empresa, tomando un café, me pidió consejo sobre marcas para comprarse un reloj bueno, "que no fuera Rolex" dijo. Un compromiso.
Pasé de marcas minoritarias y entre las que tenían buen servicio y tradición le recomendé Omega, si le parecía muy conocida entonces Ebel o Breitling, si quería algo más exclusivo y caro, el reloj que difícilmente iba a ver en otra muñeca, entonces Vacheron Constantin.
No le supe aconsejar, se compró un Raimond Weil.
Saludos.
me llena de orgullo y satisfacción poder presentarme a tan distinguida audiencia en conocimientos desde la Inmortal Ciudad. Espero no decepcionar.
Aunque no he sido un gran poseedor de máquinas, de hecho hoy tengo más pares de esquís que relojes , hace tiempo me interesó profundizar conocimientos en lo concerniente a esta singular industria: tradición, marcas, técnica, márqueting...
Allá por los primeros 90, antes de la explosión de internet, escribí a los principales distribuidores del país: Munreco, Diarsa... solicitándoles catálogos de sus representaciones. Se portaron: me llegaron paquetes con catálogos, libros en realidad, lujosamente impresos de las marcas más emblemáticas: Patek Philippe, Jaeguer-LeCoultre, Rado, Movado, Hublot, Rolex, Omega, Ebel... que yo leí con delectación. Algún libro hojeado en el VIPS completó mi "doctorado".
Obviamente, en mi entorno, cuando la conversación giraba sobre relojes yo era el más enterado. Eran los tiempos del abandono del cuarzo negro y la llegada de los relojes símbolo: el crono de aviación de Lotus reinaba sobre las clases medias.
Me di cuenta de mi fama cuando uno de los directivos de la empresa, tomando un café, me pidió consejo sobre marcas para comprarse un reloj bueno, "que no fuera Rolex" dijo. Un compromiso.
Pasé de marcas minoritarias y entre las que tenían buen servicio y tradición le recomendé Omega, si le parecía muy conocida entonces Ebel o Breitling, si quería algo más exclusivo y caro, el reloj que difícilmente iba a ver en otra muñeca, entonces Vacheron Constantin.
No le supe aconsejar, se compró un Raimond Weil.
Saludos.
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