R
RIOARA
Novat@
Sin verificar
Hace unos días escribí en el foro de presentaciones pero quería hacer una presentación específica en Seiko.
Gran parte de las aficiones de verdad, las que nos acompañan toda la vida, tienen lugar en sucesos de nuestra niñez o adolescencia. En mi caso, recuerdo perfectamente el reloj que llevaba mi padre cuando yo era pequeño, cómo se cargaba moviendo la muñeca, algo que me parecía prodigioso, casi mágico. Era un Seiko pulsations que mi madre le regaló en el viaje de bodas en Canarias hace casi 55 años.
Unos años después mi padre me pasó el reloj. Lo usaba mucho, a diario, orgulloso de tener una máquina muy especial hasta que se desprendió la aguja de la subesfera. El relojero que lo arregló no me advirtió que había perdido la estanqueidad, cosa que desgraciadamente averigüé pronto. Al ducharme le entró agua y sólo recuerdo que el arreglo no lo podía asumir.
Así que quedó guardado casi en el olvido durante más de tres décadas hasta que hace unos meses lo encontré en una caja. Decidí, ahora si, llevarlo a reparar.
Mi alegría fue enorme cuando el relojero me dijo que apenas necesitaba una limpieza.
En la espera disfruté mucho leyendo en este foro e informándome sobre el calibre 6138, el 6139 y las geniales versiones que se fabricaron en esa época.
Estoy convencido que mi afición a los relojes proviene de ese Seiko, marca por la que tengo especial predilección.
Gran parte de las aficiones de verdad, las que nos acompañan toda la vida, tienen lugar en sucesos de nuestra niñez o adolescencia. En mi caso, recuerdo perfectamente el reloj que llevaba mi padre cuando yo era pequeño, cómo se cargaba moviendo la muñeca, algo que me parecía prodigioso, casi mágico. Era un Seiko pulsations que mi madre le regaló en el viaje de bodas en Canarias hace casi 55 años.
Unos años después mi padre me pasó el reloj. Lo usaba mucho, a diario, orgulloso de tener una máquina muy especial hasta que se desprendió la aguja de la subesfera. El relojero que lo arregló no me advirtió que había perdido la estanqueidad, cosa que desgraciadamente averigüé pronto. Al ducharme le entró agua y sólo recuerdo que el arreglo no lo podía asumir.
Así que quedó guardado casi en el olvido durante más de tres décadas hasta que hace unos meses lo encontré en una caja. Decidí, ahora si, llevarlo a reparar.
Mi alegría fue enorme cuando el relojero me dijo que apenas necesitaba una limpieza.
En la espera disfruté mucho leyendo en este foro e informándome sobre el calibre 6138, el 6139 y las geniales versiones que se fabricaron en esa época.
Estoy convencido que mi afición a los relojes proviene de ese Seiko, marca por la que tengo especial predilección.