No sé si le conté que viví en Hospitalet d´Llogregat ( espero haberlo escrito bien ); cerca de la increíble Biblioteca a la que era asidua concurrente. En aquél tiempo - 2003 y 2004 - los relojes eran una obsesión casi sin freno: a Tristán Suarez volví con una veintena de piezas ( la mayoría Duward, Lotus, Viceroy, Festina ) que en argentina eran desconocidas. Quizás Festina, ahora, tiene algo de nombre por estas pampas.
Ya se ha dado cuenta que no tengo freno, y que poco falta para que en mi casa no entren los relojes que actualmente tengo; pero son un gusto que me hace sentir bien, me dan felicidad y son parte de mi vida.
Hace un tiempo, cuando he visto su hilo sobre el capricho del Bellmatic, me ha causado extrañeza; usted señor Goldoff, que relojes debe tener a mares y de Alta Relojería, que se "encapriche" con un grillito corpulento, duro y simple, me llamó la atención. Pero creo entenderlo: los Seiko en general, y los Bellmatic y cronos en particular, son piezas formidables, de una dulzura lijosa, áspera y rudimentaria: hechos para durar, cumplir y ser generosos en las muñecas de sus portantes; los Seikos vintage siguen deslumbrando a ricos y pobres; a expertos y diletantes; a un administrador del Foro de Relojes más importante de habla hispana y a una simple barista que no sabe hacer otra cosa en la vida que café.
Le mando desde aquí un saludos cordial, y a sus órdenes
gabriela