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Mulleras
Visitante
Buenas tardes.
Esta magnífica Pelikan 400 NN OM es la última Pelikan que puedo mostrarles, de momento. Con el tiempo ya me haré con la M300, M600 y la M1000, pero no tengo prisa ni presupuesto.
La historia de esta pluma es muy parecida a las otras. Siempre hay un amigo ahí para echar una mano, sin la cual ni pluma ni gaitas.
La anunciaban como una Pelikan 300 OM, si no recuerdo mal, pero lo que más me llamó la atención fue, como no, su plumín y que el precio era muy bajo para lo que pretendía ser. De todos modos la idea era la de hacerme con el plumín para mis otras Pelikan, pues primero me informé de que fueran compatibles. De este modo podía cambiar al plumín que más me apeteciera cuando me apeteciera con la pluma que me apeteciera.
Cuando llega a casa no tiene nada que ver con lo anunciado, salvo el plumín. La pluma pierde más que la Velasco sin Tena y de Pelikan 300 no tiene ni los números.
La primera idea es, como siempre, regalarla a algún amigo que las piezas puedan servirle. Me pongo en contacto con mi amigo “Pelikanero” y le comento el caso. Me dice que se la envíe a ver que se puede hacer con ella. Así lo hago.
Cuando la tiene en sus manos me dice que de 300 nanay. Que han hecho una “Pelikenstein”, pero que puede salvarse ya que el cuerpo es de una Pelikan 400 NN y tiene piezas para convertirla en una completamente original. Yo, que la daba por perdida, le digo que haga lo que crea conveniente sin ningún tipo de compromiso.
Cuando la tiene terminada surge el gran problema que puede dar con todo al traste. El capuchón que tiene de Pelikan 400 NN tiene el nombre de un anterior propietario grabado. ¡Madre de Dios! ¡Esto es la hecatombe! ¡El Universo se va al diablo y nos pilla a todos con los gayumbos en los tobillos! ¡Venga ya! Si. Soy un purista, pero de las afueras, caray. Así que ahora es mi Pelikan Walter Weidmann.
La pluma vuelve a casa hecha un pincel y funcionando perfectamente. Por supuesto le agradezco enormemente a mi amigo el trabajo realizado.
La cargo con Lamy Turquesa, como el que ven en la foto, y empiezo a deslizar el plumín por el papel. ¡Qué suavidad! No parece que el plumín esté en contacto con ninguna superficie, parece que no toca el papel. Las palabras surgen escritas sin el menor esfuerzo y lo único que se puede oír en la estancia son las ideas, que se van asomando a mi mente conforme dejo la mano que se mueva a su aire. Es como seguir el ritmo de la primavera de Vivaldi meciendo la cabeza de un lado al otro. Como con sus hermanas, se pierde la noción del tiempo cuando se escribe con ella.
Estas plumas que provocan estas sensaciones me gusta mucho usarlas, precisamente, para esto. Lo que pasa es que, siendo sincero, para que las ideas me surjan, dejo a Vivaldi a un lado y me pongo un vinilo de Black Sabbath. Nada como el rock de los 70 para estimular mi creatividad. ¡Pero todo lo demás como si fuera Vivaldi, eh! No se vayan a pensar que con el rock el plumín empieza a rascar el papel.
Hoy el borrador resulta de lo más evidente. Pelikan 400 NN OM, papel Rhodia Nº 16 y tinta Lamy Turquesa. Y ahí va mi comentario sobre esta magnífica tinta. Me gustan mucho las tintas con colores saturados y esta es una de las primeras que tuve la suerte de usar en mis albores plumíferos (con una Lamy All Star del mismo color). Desde entonces es una tinta que no me ha de faltar. De hecho, tengo dos tinteros, uno de ellos precintado todavía. Los sombreados que deja en el texto son exquisitos y, además, es una tinta que le va bien a todas las plumas y a todos los plumines. Iridios, itálicos, stub, oblicuos, finos, goooooordos…No he encontrado ningún instrumento de escritura en que esta tinta no luzca. Es fantástica.
Con este final de serie de las Pelikan, añadimos otro mensaje más para llegar a los necesarios y poder poner a la venta, en el foro, los excedentes que pueda tener, si es que llego a tener alguno para cuando sea el momento. No hay prisa (ustedes también se han dado cuenta, ¿verdad?).
Por favor, cuídense mucho y cuiden de los demás. ¡Va por ti, Walter! Un saludo y muchas gracias.
Esta magnífica Pelikan 400 NN OM es la última Pelikan que puedo mostrarles, de momento. Con el tiempo ya me haré con la M300, M600 y la M1000, pero no tengo prisa ni presupuesto.
La historia de esta pluma es muy parecida a las otras. Siempre hay un amigo ahí para echar una mano, sin la cual ni pluma ni gaitas.
La anunciaban como una Pelikan 300 OM, si no recuerdo mal, pero lo que más me llamó la atención fue, como no, su plumín y que el precio era muy bajo para lo que pretendía ser. De todos modos la idea era la de hacerme con el plumín para mis otras Pelikan, pues primero me informé de que fueran compatibles. De este modo podía cambiar al plumín que más me apeteciera cuando me apeteciera con la pluma que me apeteciera.
Cuando llega a casa no tiene nada que ver con lo anunciado, salvo el plumín. La pluma pierde más que la Velasco sin Tena y de Pelikan 300 no tiene ni los números.
La primera idea es, como siempre, regalarla a algún amigo que las piezas puedan servirle. Me pongo en contacto con mi amigo “Pelikanero” y le comento el caso. Me dice que se la envíe a ver que se puede hacer con ella. Así lo hago.
Cuando la tiene en sus manos me dice que de 300 nanay. Que han hecho una “Pelikenstein”, pero que puede salvarse ya que el cuerpo es de una Pelikan 400 NN y tiene piezas para convertirla en una completamente original. Yo, que la daba por perdida, le digo que haga lo que crea conveniente sin ningún tipo de compromiso.
Cuando la tiene terminada surge el gran problema que puede dar con todo al traste. El capuchón que tiene de Pelikan 400 NN tiene el nombre de un anterior propietario grabado. ¡Madre de Dios! ¡Esto es la hecatombe! ¡El Universo se va al diablo y nos pilla a todos con los gayumbos en los tobillos! ¡Venga ya! Si. Soy un purista, pero de las afueras, caray. Así que ahora es mi Pelikan Walter Weidmann.
La pluma vuelve a casa hecha un pincel y funcionando perfectamente. Por supuesto le agradezco enormemente a mi amigo el trabajo realizado.
La cargo con Lamy Turquesa, como el que ven en la foto, y empiezo a deslizar el plumín por el papel. ¡Qué suavidad! No parece que el plumín esté en contacto con ninguna superficie, parece que no toca el papel. Las palabras surgen escritas sin el menor esfuerzo y lo único que se puede oír en la estancia son las ideas, que se van asomando a mi mente conforme dejo la mano que se mueva a su aire. Es como seguir el ritmo de la primavera de Vivaldi meciendo la cabeza de un lado al otro. Como con sus hermanas, se pierde la noción del tiempo cuando se escribe con ella.
Estas plumas que provocan estas sensaciones me gusta mucho usarlas, precisamente, para esto. Lo que pasa es que, siendo sincero, para que las ideas me surjan, dejo a Vivaldi a un lado y me pongo un vinilo de Black Sabbath. Nada como el rock de los 70 para estimular mi creatividad. ¡Pero todo lo demás como si fuera Vivaldi, eh! No se vayan a pensar que con el rock el plumín empieza a rascar el papel.
Hoy el borrador resulta de lo más evidente. Pelikan 400 NN OM, papel Rhodia Nº 16 y tinta Lamy Turquesa. Y ahí va mi comentario sobre esta magnífica tinta. Me gustan mucho las tintas con colores saturados y esta es una de las primeras que tuve la suerte de usar en mis albores plumíferos (con una Lamy All Star del mismo color). Desde entonces es una tinta que no me ha de faltar. De hecho, tengo dos tinteros, uno de ellos precintado todavía. Los sombreados que deja en el texto son exquisitos y, además, es una tinta que le va bien a todas las plumas y a todos los plumines. Iridios, itálicos, stub, oblicuos, finos, goooooordos…No he encontrado ningún instrumento de escritura en que esta tinta no luzca. Es fantástica.
Con este final de serie de las Pelikan, añadimos otro mensaje más para llegar a los necesarios y poder poner a la venta, en el foro, los excedentes que pueda tener, si es que llego a tener alguno para cuando sea el momento. No hay prisa (ustedes también se han dado cuenta, ¿verdad?).
Por favor, cuídense mucho y cuiden de los demás. ¡Va por ti, Walter! Un saludo y muchas gracias.
