Casiná
De la casa
Sin verificar
Se trata de poner el primer cuarzo de todo aquel que lo quiera poner, claro.
Yo, después de llevarme toda la juventud con el Certina 28-10, regalo de mi padre, cuando tenía sobre 26-27 años se celebraron en Sevilla unos juegos interprovinciales que organizaba el Grupo de Empresa. Un compañero de Canarias se trajo dos o tres relojes con intención de venderlos y ganarse algo que le amortiguara el viaje, digo yo. No recuerdo cuanto pedía por ellos, yo dije que me gustaba uno y, cuando ya se terminaron los juegos y vino a buscarme, le dije que me arrepentía porque era mucho dinero. Como no vendió ningún otro, me hizo una buena rebaja y me conquistó. ¡¡Un reloj de cuarzo para mí!!.
Me pasaba los ratos que tenía en la mañana y la tarde mirando el segundero: zas, zas, zas, zas, y así los sesenta segundos del minuto. Era hipnotizante.
Pese a la rebaja me costó un dinerito y yo, jóven, desconfiado e inocente, lo llevaba al SAT para cambiarle la pila. Bien es verdad que en aquellos entonces (1977-1978) no había casi nadie que lo hiciera y menos aún que lo hiciera bien. Cada vez que iba le decía al relojero: "míreme usted la junta de estanqueidad" y contestaba siempre de mala manera: "no es necesario, el reloj no es para ducharse con él" y así una y otra vez hasta que un día de julio, trabajando en el campo en la sierra, le entró el sudor y hasta hoy ....
Con el paso del tiempo averigüé que era así de malaje con todo el mundo, pero tenía el SAT Seiko y había que mamar, como dicen en Cádiz. Ahora lo regenta el hijo y algún día se lo contaré.
Sin más rollo, ahí van unas fotillos
Pilas enormemente gruesas comparadas con las de ahora. Lleva un movimiento 0843, que veo varios que se venden aún en la red y algún repuesto como el circuito o el condensador. A lo mejor se podría rescatar.
Ya sabéis que cuando el diablo se aburre .................
Un saludo desde Sevilla. ¡Casi ná!.
Yo, después de llevarme toda la juventud con el Certina 28-10, regalo de mi padre, cuando tenía sobre 26-27 años se celebraron en Sevilla unos juegos interprovinciales que organizaba el Grupo de Empresa. Un compañero de Canarias se trajo dos o tres relojes con intención de venderlos y ganarse algo que le amortiguara el viaje, digo yo. No recuerdo cuanto pedía por ellos, yo dije que me gustaba uno y, cuando ya se terminaron los juegos y vino a buscarme, le dije que me arrepentía porque era mucho dinero. Como no vendió ningún otro, me hizo una buena rebaja y me conquistó. ¡¡Un reloj de cuarzo para mí!!.
Me pasaba los ratos que tenía en la mañana y la tarde mirando el segundero: zas, zas, zas, zas, y así los sesenta segundos del minuto. Era hipnotizante.
Pese a la rebaja me costó un dinerito y yo, jóven, desconfiado e inocente, lo llevaba al SAT para cambiarle la pila. Bien es verdad que en aquellos entonces (1977-1978) no había casi nadie que lo hiciera y menos aún que lo hiciera bien. Cada vez que iba le decía al relojero: "míreme usted la junta de estanqueidad" y contestaba siempre de mala manera: "no es necesario, el reloj no es para ducharse con él" y así una y otra vez hasta que un día de julio, trabajando en el campo en la sierra, le entró el sudor y hasta hoy ....
Con el paso del tiempo averigüé que era así de malaje con todo el mundo, pero tenía el SAT Seiko y había que mamar, como dicen en Cádiz. Ahora lo regenta el hijo y algún día se lo contaré.
Sin más rollo, ahí van unas fotillos
Pilas enormemente gruesas comparadas con las de ahora. Lleva un movimiento 0843, que veo varios que se venden aún en la red y algún repuesto como el circuito o el condensador. A lo mejor se podría rescatar.
Ya sabéis que cuando el diablo se aburre .................
Un saludo desde Sevilla. ¡Casi ná!.