ilis
Milpostista
Sin verificar
RELOJ DE TORRE
Vamos a hacer turismo relojero contando la historia de un reloj monumental situado en la ciudad de Camiña (en la Torre del Reloj, claro), y que desgraciadamente, como en muchos otros casos, por desidia, falta de mantenimiento, comodidad, etc., a mediados del siglo pasado (XX) dejó de funcionar, siendo sustituido por uno eléctrico y recientemente por un sistema electrónico.
Pues sin más empecemos. A ver si os gusta
El reloj de la torre sigue marcando la hora puntualmente (milagros dela electrónica), pero el abandono de la primitiva maquinaria en su habitáculo es evidente (cuanto polvo, ... con perdón)
Y tal cantidad de polvo, oh¡ contradicción, en vez de crear vida hace llegar al reloj a su ocaso ...
.... y a la noche total
Afortunadamente (no hay mal que cien años dure) en el año 1999 la Cámara Municipal de Caminha decide proceder a la restauración de este mecanismo. Se hace de nuevo la luz y el reloj puede pasar a la vida activa: camina hacia su restauración
A Humberto Araujo (amigo relojero de dilatada estirpe) le cabe el honor de la restauración de este antiguo mecanismo (eso sí, con calma) dándole “novamente vida a esta máquina mágica de medir o tempo”
Por debajo del arco de la torre se nos abre una puerta a la esperanza....
.... que nos conduce siguiendo esta misma calle a esta relojería
El fundador en el taller y su primitivo cartel
Y por ultimo el resultado final
La flamante máquina en posición estática. La "aguja de reserva de marcha" (cuerda en el tambor) está casí a cero...
... y las pesas por los suelos
Se precisan unos buenos brazos para remontar (la corona va un poco dura)
Cuerda (nunca más apropiado) casi a tope
Como puse hace tiempo en un post, el responsable del tic-tac
El venterol en movimiento (y tanto que desenfoco la foto)
Y por último las agujas.
Y al intentar seguir la pista a esta reluciente máquina, hace unos meses le pregunté al pie de la torre a un guardinha si sabía donde estaba la máquina del reloj de la torre, y la respuesta fue contundentemente lógica, en la torre. Habrá que seguir buscando. Y el relojero, o amigo Lito, por falta de trabajo dejó la relojeria; continua su senhora madre intentando vender los relojes
Y esto es todo. Más que un hilo parece una novela (tiempo ha guardada; no me atrevía a poner semejante tocho). Si aburrió lo siento, y si gustó me alegro.
Un saludo.
Vamos a hacer turismo relojero contando la historia de un reloj monumental situado en la ciudad de Camiña (en la Torre del Reloj, claro), y que desgraciadamente, como en muchos otros casos, por desidia, falta de mantenimiento, comodidad, etc., a mediados del siglo pasado (XX) dejó de funcionar, siendo sustituido por uno eléctrico y recientemente por un sistema electrónico.
Pues sin más empecemos. A ver si os gusta
El reloj de la torre sigue marcando la hora puntualmente (milagros dela electrónica), pero el abandono de la primitiva maquinaria en su habitáculo es evidente (cuanto polvo, ... con perdón)
Y tal cantidad de polvo, oh¡ contradicción, en vez de crear vida hace llegar al reloj a su ocaso ...
.... y a la noche total
Afortunadamente (no hay mal que cien años dure) en el año 1999 la Cámara Municipal de Caminha decide proceder a la restauración de este mecanismo. Se hace de nuevo la luz y el reloj puede pasar a la vida activa: camina hacia su restauración
A Humberto Araujo (amigo relojero de dilatada estirpe) le cabe el honor de la restauración de este antiguo mecanismo (eso sí, con calma) dándole “novamente vida a esta máquina mágica de medir o tempo”
Por debajo del arco de la torre se nos abre una puerta a la esperanza....
.... que nos conduce siguiendo esta misma calle a esta relojería
El fundador en el taller y su primitivo cartel
Y por ultimo el resultado final
La flamante máquina en posición estática. La "aguja de reserva de marcha" (cuerda en el tambor) está casí a cero...
... y las pesas por los suelos
Se precisan unos buenos brazos para remontar (la corona va un poco dura)
Cuerda (nunca más apropiado) casi a tope
Como puse hace tiempo en un post, el responsable del tic-tac
El venterol en movimiento (y tanto que desenfoco la foto)
Y por último las agujas.
Y al intentar seguir la pista a esta reluciente máquina, hace unos meses le pregunté al pie de la torre a un guardinha si sabía donde estaba la máquina del reloj de la torre, y la respuesta fue contundentemente lógica, en la torre. Habrá que seguir buscando. Y el relojero, o amigo Lito, por falta de trabajo dejó la relojeria; continua su senhora madre intentando vender los relojes
Y esto es todo. Más que un hilo parece una novela (tiempo ha guardada; no me atrevía a poner semejante tocho). Si aburrió lo siento, y si gustó me alegro.
Un saludo.