lcaspal2
Forer@ Senior
Sin verificar
Hola a todos,
Desde siempre me ha gustado trabajar con mis propias manos. Hará cosa de un año se dieron las condiciones adecuadas para que por fin pudiera apuntarme a algo que siempre había mirado de reojo: Un taller de encuadernación. No es el típico taller de dos días donde aprendes una técnica y se acabó. Se trata de clases continuadas y que no siguen un guión determinado salvo al principio. Somos pocos y cada uno avanza en la medida del tiempo que le dedica.
Bueno, pues este año puedo decir que he aprendido muchísimo y me he divertido aún más.
Al ser un tema muy relacionado con nuestro mundo estilográfico, he procurado dedicarme, más que a la restauración o rescate de obras que tuvieron tiempos mejores, a la realización de un buen número de encuadernaciones distintas en busca de las bondades que cada una puede aportar a la escritura con estilográfica.
Después de comprar las herramientas básicas, lo primero que aprendí fue el cosido español, que asegura durabilidad y es sencillo de realizar. Folios, hilo, cordel, una aguja y alguna cosa más y te ves, en un par de clases, con algo tan bonito como esto.
Este tipo de cuadernos es el más típico. Miles de posibilidades para combinar telas y papeles, folios de la marca que quieras y que mejor se adapte a tus gustos o necesidades, etc.
He aprendido también las famosas costuras japonesas y con esta técnica hice un bonito (a mi entender) juego de cuatro cuadernos y su correspondiente caja. Van enteramente forrados en tela, con unas postales antiguas que conseguí en la bahía, y que decoran cada cuaderno. En la tapa de la caja, que en principio iba a llevar un tríptico hecho también con postales, al final, y por no llegar el envío a tiempo, me tocó improvisar y encargué un bordado en el mismo color que la cinta con que van cosidos los cuadernos. El tamaño no respeta las dimensiones clásicas japonesas pero el resultado es más personal que es de lo que se trata.
Este año he dado el salto a la piel. Como además me noto más suelto, me permito innovar y hacer mis pinitos en cuanto a modelos. Os dejo unas muestras de lo que se puede conseguir.
Los dos primeros son encuadernación holandesa, con nervios en el lomo y planos en papel hecho a mano, en marrón y verde, acorde con la piel de cada uno. Os muestro también las guardas del amarillo/verde, que se han hecho con charnela (si alguien se interesa le cuento lo que es).
Para uso diario en toma de notas, he aprovechado unos viejos portafolios de los que dan en los congresos, y tomando las medidas adecuadas, las he rellenado con un buen cuaderno hecho con los folios que más me apetecía usar en ese momento. Estos van todos hechos con clairfontaine blanco. Y el que sirve de apoyo a estos tres da paso a los cuadernos que yo llamo de viaje. Sencillísimos de hacer, basta con coser un buen cuaderno, prepararlo para enlomar y cortar la piel a la medida adecuada. Los que muestro son tres ejemplos muy parecidos, todos ellos con cierre de solapa y cinta, dos semiflexibles y uno rígido algo más elaborado y con otro tipo de piel.
El único pero de alguno de todos los mostrados hasta ahora, por sacarles alguno, es que para un aficionado a las estilográficas, no abren todo lo deseable. Se pueden domar, pero yo buscaba algo que directamente me diese la opción de escribir cómodamente sin tener que estar sujetando medio cuaderno mientras escribo en el otro medio. Y la solución vino de los antiguos. Existen tipos de costuras desde hace siglos como las que utilizaban los coptos o los etíopes. Estas costuras dejan el lomo del libro al descubierto y tienen la particularidad de que permiten una apertura de 180 grados perfecta.
Así que dicho y hecho. Probé uno, me maravilló lo útil y cómodo que resultó y para darle un aspecto más moderno, ya que los originales hacían las tapas en madera, me lié la manta a la cabeza, compré unas cuantas telas e hilos divertidos para poder además regalar a sobrinos/as, etc.....
Y esto es lo que va saliendo. Todos van hechos con papel conqueror crema, navigator, clairfontaine e incluso con las hojas de los rhodia dot pad, combinando telas, guardas e hilos. De momento los hago en tamaño A5 por comodidad, pero se pueden hacer blocs pequeños en A6, e incluso llegar a un A4. Os muestro unos cuantos para que veáis las posibilidades que tiene esta técnica.
Bueno, pues eso es más o menos todo. Ahora sigo con la piel pero sin dejar de hacer éstos últimos y compaginando con álbumes de fotos y locuras varias que se me van ocurriendo....
Espero que os haya gustado.
Luis
Desde siempre me ha gustado trabajar con mis propias manos. Hará cosa de un año se dieron las condiciones adecuadas para que por fin pudiera apuntarme a algo que siempre había mirado de reojo: Un taller de encuadernación. No es el típico taller de dos días donde aprendes una técnica y se acabó. Se trata de clases continuadas y que no siguen un guión determinado salvo al principio. Somos pocos y cada uno avanza en la medida del tiempo que le dedica.
Bueno, pues este año puedo decir que he aprendido muchísimo y me he divertido aún más.
Al ser un tema muy relacionado con nuestro mundo estilográfico, he procurado dedicarme, más que a la restauración o rescate de obras que tuvieron tiempos mejores, a la realización de un buen número de encuadernaciones distintas en busca de las bondades que cada una puede aportar a la escritura con estilográfica.
Después de comprar las herramientas básicas, lo primero que aprendí fue el cosido español, que asegura durabilidad y es sencillo de realizar. Folios, hilo, cordel, una aguja y alguna cosa más y te ves, en un par de clases, con algo tan bonito como esto.
Este tipo de cuadernos es el más típico. Miles de posibilidades para combinar telas y papeles, folios de la marca que quieras y que mejor se adapte a tus gustos o necesidades, etc.
He aprendido también las famosas costuras japonesas y con esta técnica hice un bonito (a mi entender) juego de cuatro cuadernos y su correspondiente caja. Van enteramente forrados en tela, con unas postales antiguas que conseguí en la bahía, y que decoran cada cuaderno. En la tapa de la caja, que en principio iba a llevar un tríptico hecho también con postales, al final, y por no llegar el envío a tiempo, me tocó improvisar y encargué un bordado en el mismo color que la cinta con que van cosidos los cuadernos. El tamaño no respeta las dimensiones clásicas japonesas pero el resultado es más personal que es de lo que se trata.
Este año he dado el salto a la piel. Como además me noto más suelto, me permito innovar y hacer mis pinitos en cuanto a modelos. Os dejo unas muestras de lo que se puede conseguir.
Los dos primeros son encuadernación holandesa, con nervios en el lomo y planos en papel hecho a mano, en marrón y verde, acorde con la piel de cada uno. Os muestro también las guardas del amarillo/verde, que se han hecho con charnela (si alguien se interesa le cuento lo que es).
Para uso diario en toma de notas, he aprovechado unos viejos portafolios de los que dan en los congresos, y tomando las medidas adecuadas, las he rellenado con un buen cuaderno hecho con los folios que más me apetecía usar en ese momento. Estos van todos hechos con clairfontaine blanco. Y el que sirve de apoyo a estos tres da paso a los cuadernos que yo llamo de viaje. Sencillísimos de hacer, basta con coser un buen cuaderno, prepararlo para enlomar y cortar la piel a la medida adecuada. Los que muestro son tres ejemplos muy parecidos, todos ellos con cierre de solapa y cinta, dos semiflexibles y uno rígido algo más elaborado y con otro tipo de piel.
El único pero de alguno de todos los mostrados hasta ahora, por sacarles alguno, es que para un aficionado a las estilográficas, no abren todo lo deseable. Se pueden domar, pero yo buscaba algo que directamente me diese la opción de escribir cómodamente sin tener que estar sujetando medio cuaderno mientras escribo en el otro medio. Y la solución vino de los antiguos. Existen tipos de costuras desde hace siglos como las que utilizaban los coptos o los etíopes. Estas costuras dejan el lomo del libro al descubierto y tienen la particularidad de que permiten una apertura de 180 grados perfecta.
Así que dicho y hecho. Probé uno, me maravilló lo útil y cómodo que resultó y para darle un aspecto más moderno, ya que los originales hacían las tapas en madera, me lié la manta a la cabeza, compré unas cuantas telas e hilos divertidos para poder además regalar a sobrinos/as, etc.....
Y esto es lo que va saliendo. Todos van hechos con papel conqueror crema, navigator, clairfontaine e incluso con las hojas de los rhodia dot pad, combinando telas, guardas e hilos. De momento los hago en tamaño A5 por comodidad, pero se pueden hacer blocs pequeños en A6, e incluso llegar a un A4. Os muestro unos cuantos para que veáis las posibilidades que tiene esta técnica.
Bueno, pues eso es más o menos todo. Ahora sigo con la piel pero sin dejar de hacer éstos últimos y compaginando con álbumes de fotos y locuras varias que se me van ocurriendo....
Espero que os haya gustado.
Luis