altair
Milpostista
Sin verificar
11.Siempre, después de unas horas de cabreo, pide perdón. Cuando recupere el humor dile seriamente que tú siempre tienes que rebajarte y pedir perdón, que ella nunca reconoce sus fallos. Eso les duele mucho y las deja desequilibradas para la batalla. Es tu momento.
12.La reconciliación suele ser el punto flaco en el que intentan conseguir lo que no obtuvieron por las armas. No bajes la guardia o estarás con los pantalones, las intenciones y la moral por los suelos.
13.Recuerda que un momento de placer no vale lo que te ha costado defender durante semanas o meses. Lo primero son tus principios y pensar que el placer, tarde o temprano, llegará, es sólo cuestión de tiempo.
El transcurrir diario
14.Si las tardes se convierten en infiernos, búscate un segundo trabajo por horas. Parecerá que lo haces para mejorar la salud económica y, además, que arriesgas la tuya en ello. Eso ablanda los corazones más férreos.
15.Nunca digas dónde vas a estar o qué vas a hacer después del trabajo. Lo más seguro es que te toque comprar, ir al tinte, poner la lavadora o pasar la plancha porque a ella le es literalmente imposible.
16.Si tu trabajo está cerca del suyo, invéntate desplazamientos a otros edificios distantes considerablemente del centro oficial o a clientes. Si no, tendrás que ir a buscarla con demasiada frecuencia.
17.Nunca le digas el buen horario de qué disfrutas. Recuerda que ella siempre trabaja más, más tiempo y está infinitamente más cansada que tú.
18.Si insiste en que nunca te ve, recuérdale que ella siempre está en el gimnasio o en la academia de inglés o con sus amigas y tú trabajando.
19.Impón tus horarios, tus hábitos son sagrados y si no te apetece acostarte a las diez no lo hagas nunca. Ten en cuenta que aunque te acuestes a las diez tampoco habrá sexo.
20.Nunca abandones el tálamo conyugal con ningún pretexto. Quien fue a Sevilla perdió su silla y siempre será un precedente de cesión que te recordarán cuando os visiten hermanas, madres, primas, sobrinas, etc.
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12.La reconciliación suele ser el punto flaco en el que intentan conseguir lo que no obtuvieron por las armas. No bajes la guardia o estarás con los pantalones, las intenciones y la moral por los suelos.
13.Recuerda que un momento de placer no vale lo que te ha costado defender durante semanas o meses. Lo primero son tus principios y pensar que el placer, tarde o temprano, llegará, es sólo cuestión de tiempo.
El transcurrir diario
14.Si las tardes se convierten en infiernos, búscate un segundo trabajo por horas. Parecerá que lo haces para mejorar la salud económica y, además, que arriesgas la tuya en ello. Eso ablanda los corazones más férreos.
15.Nunca digas dónde vas a estar o qué vas a hacer después del trabajo. Lo más seguro es que te toque comprar, ir al tinte, poner la lavadora o pasar la plancha porque a ella le es literalmente imposible.
16.Si tu trabajo está cerca del suyo, invéntate desplazamientos a otros edificios distantes considerablemente del centro oficial o a clientes. Si no, tendrás que ir a buscarla con demasiada frecuencia.
17.Nunca le digas el buen horario de qué disfrutas. Recuerda que ella siempre trabaja más, más tiempo y está infinitamente más cansada que tú.
18.Si insiste en que nunca te ve, recuérdale que ella siempre está en el gimnasio o en la academia de inglés o con sus amigas y tú trabajando.
19.Impón tus horarios, tus hábitos son sagrados y si no te apetece acostarte a las diez no lo hagas nunca. Ten en cuenta que aunque te acuestes a las diez tampoco habrá sexo.
20.Nunca abandones el tálamo conyugal con ningún pretexto. Quien fue a Sevilla perdió su silla y siempre será un precedente de cesión que te recordarán cuando os visiten hermanas, madres, primas, sobrinas, etc.
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