Jose Claudio
Forer@ Senior
Sin verificar
Si algo me alucina de este alucinante Gobierno que tenemos es su capacidad para tomar por imbécil al personal.
El Sr Gallardón, ministro de Justicia o así, no ha tenido otra ocurrencia mejor desde lo del del aborto, que la de sacarse de la manga una nueva prisión permanente revisable para crímenes especialmente execrables -magnicidio, terrorismo, delitos sexuales, sobre menores etc.- con los que satisfacer las ansias de orden del su supuesto electorado, como si todos los días se cometiera un magnicidio, un acto terrorista o un crimen sexual a menores. Paso por alto el recorrido que esta ocurrencia - la de la prisión permanente revisable- tendría en un Tribunal Constitucional riguroso.
Lo que quiero subrayar es el modo de gobernar - si se le puede llamar así- de este lamentable Gobierno: penalizar delitos de los que la prensa amarillista y no amarillista saca el máximo provecho a base de explotar el morbo del personal al albur de escándalos como el de José Bretón, sobre los que obtienen pingües beneficios.
El asunto es que, de paso y como por casualidad, escabullen el bulto sobre los delitos que verdaderamente tienen una incidencia real, actual y grave en la vida cotidiana de los ciudadanos y, más aún, sobre los que están acostumbrados a la impunidad : corrupción política, delitos financieros y mangoneos múltiples. De todo esto , pocos cambios hay en el nuevo Código Penal, que yo sepa.
Pan y circo.
El problema es cada vez lo fían más al circo, mientras se acaba el pan, y al hambre llega un momento en el que no se la engaña con espectáculos.
Veremos lo que dura (dura)
El Sr Gallardón, ministro de Justicia o así, no ha tenido otra ocurrencia mejor desde lo del del aborto, que la de sacarse de la manga una nueva prisión permanente revisable para crímenes especialmente execrables -magnicidio, terrorismo, delitos sexuales, sobre menores etc.- con los que satisfacer las ansias de orden del su supuesto electorado, como si todos los días se cometiera un magnicidio, un acto terrorista o un crimen sexual a menores. Paso por alto el recorrido que esta ocurrencia - la de la prisión permanente revisable- tendría en un Tribunal Constitucional riguroso.
Lo que quiero subrayar es el modo de gobernar - si se le puede llamar así- de este lamentable Gobierno: penalizar delitos de los que la prensa amarillista y no amarillista saca el máximo provecho a base de explotar el morbo del personal al albur de escándalos como el de José Bretón, sobre los que obtienen pingües beneficios.
El asunto es que, de paso y como por casualidad, escabullen el bulto sobre los delitos que verdaderamente tienen una incidencia real, actual y grave en la vida cotidiana de los ciudadanos y, más aún, sobre los que están acostumbrados a la impunidad : corrupción política, delitos financieros y mangoneos múltiples. De todo esto , pocos cambios hay en el nuevo Código Penal, que yo sepa.
Pan y circo.
El problema es cada vez lo fían más al circo, mientras se acaba el pan, y al hambre llega un momento en el que no se la engaña con espectáculos.
Veremos lo que dura (dura)