M
Mulleras
Visitante
Buenas tardes.
Vamos hoy a ver la pluma de mi colección que tiene el número dos para salir definitivamente de LCDLD. Se trata de la S. T. Dupont Gatsby, según creo, y esto es lo que hay.
La localicé en Wallapop y el vendedor tenía mucha prisa en venderla, tanto era así que me la trajo a mi lugar de trabajo. El hombre me pidió 25 euros por ella y por ese precio no me iba a quedar con las ganas de probarla. La verdad es que al andoba se le veía muy apurado económicamente.
La pluma venía tal cual. Sin nada más. Resultaba muy aparente, aunque a mi, las plumas doradas no me han gustado nunca. Calza un plumín de oro de 18k, rígido como una barra de cristal de Arqués, muy estilizado. El trazo del plumín es horroroso. Grueso y feo. El tacto con el papel me resulta…”seco”. No raspa, pero le cuesta deslizarse como si fuera de caucho.
La pluma es totalmente recta y de una sección tirando a delgada y eso hace que constantemente se nos deslice entre los dedos. Es pesada y sumamente incómoda de usar, aunque sea para un par de párrafos. Las he pasado canutas para escribir este borrador. Y a veces el plumín “gruñe” cuando está escribiendo. De verdad, es preferible escribir con un bolígrafo antes que con esta pluma. Además, para acceder al cartucho hay que cogerla, por cajones, del plumín para desenroscarlo del cuerpo y es materialmente imposible hacerlo sin mancharse si no se usa un útil o un papel. ¡Cómo de resentido estaría su diseñador con el mundo y la humanidad para crear esta estilográfica!
Claro, bajo mi criterio, una pluma que no va a usarse no la quiero en mi casa y esta, como la otra Dupont, no sufran ustedes que no voy a usarlas nunca más. De hecho no voy ni a esperar los dichosos 100 mensajes para poder venderla aquí, en cuando haya publicado este hilo se van de cabeza a Wallapop a ver si consigo cambiarlas por un botijo roto.
Hoy me ha dado por las tintas que tengo en desuso desde hace mucho tiempo. Me ha parecido oportuno cargar esta porquería con J. Herbin Diavolo Menthe. Tiene bemoles el nombrecito de la tinta. En un principio siempre me pareció un color muy raruno, pero hoy, no sé, me está gustando. Me viene a la mente la palabra “simpatía”. ¡Creo que estoy ya muy mayor! Pero me ha gustado. Me recuerda el verde pastel que teníamos en casa, de pequeño, en la galería que se accedía al patio y a esas tardes de radio escuchando los consejos sentimentales de la que nosotros llamábamos en casa “la mula Francis”, cuando a la vuelta del colegio ya estaban las calles alumbradas por las farolas. Mi abuela cosiendo a máquina de pedal bajo la luz blanca de un fluorescente. ¡En fin! Lo dicho, muy mayor ya. ¡Ah! Y el papel es el Rhodia de los últimos hilos.
Dupont borrada de mi lista. No vuelvo a comprar ninguna más de esta marca, por bonita que pueda ser. ¿Ojeriza? Puede ser, pero no la cagaré más con una de estas. Cuídense mucho y cuiden de los demás. Un saludo y muchas gracias.
Vamos hoy a ver la pluma de mi colección que tiene el número dos para salir definitivamente de LCDLD. Se trata de la S. T. Dupont Gatsby, según creo, y esto es lo que hay.
La localicé en Wallapop y el vendedor tenía mucha prisa en venderla, tanto era así que me la trajo a mi lugar de trabajo. El hombre me pidió 25 euros por ella y por ese precio no me iba a quedar con las ganas de probarla. La verdad es que al andoba se le veía muy apurado económicamente.
La pluma venía tal cual. Sin nada más. Resultaba muy aparente, aunque a mi, las plumas doradas no me han gustado nunca. Calza un plumín de oro de 18k, rígido como una barra de cristal de Arqués, muy estilizado. El trazo del plumín es horroroso. Grueso y feo. El tacto con el papel me resulta…”seco”. No raspa, pero le cuesta deslizarse como si fuera de caucho.
La pluma es totalmente recta y de una sección tirando a delgada y eso hace que constantemente se nos deslice entre los dedos. Es pesada y sumamente incómoda de usar, aunque sea para un par de párrafos. Las he pasado canutas para escribir este borrador. Y a veces el plumín “gruñe” cuando está escribiendo. De verdad, es preferible escribir con un bolígrafo antes que con esta pluma. Además, para acceder al cartucho hay que cogerla, por cajones, del plumín para desenroscarlo del cuerpo y es materialmente imposible hacerlo sin mancharse si no se usa un útil o un papel. ¡Cómo de resentido estaría su diseñador con el mundo y la humanidad para crear esta estilográfica!
Claro, bajo mi criterio, una pluma que no va a usarse no la quiero en mi casa y esta, como la otra Dupont, no sufran ustedes que no voy a usarlas nunca más. De hecho no voy ni a esperar los dichosos 100 mensajes para poder venderla aquí, en cuando haya publicado este hilo se van de cabeza a Wallapop a ver si consigo cambiarlas por un botijo roto.
Hoy me ha dado por las tintas que tengo en desuso desde hace mucho tiempo. Me ha parecido oportuno cargar esta porquería con J. Herbin Diavolo Menthe. Tiene bemoles el nombrecito de la tinta. En un principio siempre me pareció un color muy raruno, pero hoy, no sé, me está gustando. Me viene a la mente la palabra “simpatía”. ¡Creo que estoy ya muy mayor! Pero me ha gustado. Me recuerda el verde pastel que teníamos en casa, de pequeño, en la galería que se accedía al patio y a esas tardes de radio escuchando los consejos sentimentales de la que nosotros llamábamos en casa “la mula Francis”, cuando a la vuelta del colegio ya estaban las calles alumbradas por las farolas. Mi abuela cosiendo a máquina de pedal bajo la luz blanca de un fluorescente. ¡En fin! Lo dicho, muy mayor ya. ¡Ah! Y el papel es el Rhodia de los últimos hilos.
Dupont borrada de mi lista. No vuelvo a comprar ninguna más de esta marca, por bonita que pueda ser. ¿Ojeriza? Puede ser, pero no la cagaré más con una de estas. Cuídense mucho y cuiden de los demás. Un saludo y muchas gracias.