Jose Claudio
Forer@ Senior
Sin verificar
No sé si muchos de vosotros estaréis al tanto de que uno de los trending topic de las redes sociales de estos veraniegos días es el zurullo de Camps.
Según las crónicas, cuando el pasado día 3 agosto el expresidente de Generalitat, Francisco Camps, se dirigía a la ducha después de un partidito de pádel en el elitista Club de Tenis de Valencia, se encontró con que algún incontinente personaje había dejado una mierda recién fabricada justo delante de su taquilla. Como certeramente señalan todos los cronistas locales, no se conoce en la ciencia política un mensaje más claro, rotundo y multidimensional transmitido a un personaje público: tú arruinas mi Comunidad, yo te mando una mierda.
Conociendo el selecto club valenciano, es casi imposible que la cagada proviniera de algún empleado. A mayor abundamiento, los miembros del Club de Tenis le tienen poca simpatía a Paquito - como familiarmente le conocen y le tratan- y más desde que el muy osado, en sus tiempos de Presidente, empleó toda su influencia y poder para intentar conseguir que le construyeran un reservado en el restaurante en el que agasajar, al abrigo de miradas indiscretas, a sus invitados, y quién sabe si hasta celebrar alguna que otra reunión del pleno del Consell entre plato y plato. Huelga decir que no lo consiguió, porque si algo no soportan sus elegidos socios es que alguien se confunda y no sepa quiénes mandan en Valencia de verdad. Y como dicen ellos, claro que somos del PP, pero no somos de Paquito.
Muy en su línea habitual, el inefable Camps, ante la visión de semejante regalo - Freud dixit- pilló un ataque de nervios y en lugar de quedarse calladito y decir que llueve, descompuesto, llamó a la Dirección, seguridad y a todo aquel que quisiera escucharle en semejante trance, consiguiendo darle al evento una publicidad que muy probablemente jamás habría soñado su autor.
Así que las redes sociales arden con comentarios del tipo Todos somos el cagón enmascarado. O si el expresidente no se va a la mierda, la mierda irá al expresidente. O será de alguna gaviota, que en Valencia hay muchas. O el próximo, en el Vuitton de la Rita.
El Club de Tenis ha abierto oficialmente una investigación para esclarecer el asunto. Todos, absolutamente todos, sabemos que el resultado de la pesquisa será exactamente el mismo que el de las comisiones de investigación parlamentarias: ninguno.
Y es que la caída de los dioses se promueve desde sus templos.
P. S. Yo no he sido
Según las crónicas, cuando el pasado día 3 agosto el expresidente de Generalitat, Francisco Camps, se dirigía a la ducha después de un partidito de pádel en el elitista Club de Tenis de Valencia, se encontró con que algún incontinente personaje había dejado una mierda recién fabricada justo delante de su taquilla. Como certeramente señalan todos los cronistas locales, no se conoce en la ciencia política un mensaje más claro, rotundo y multidimensional transmitido a un personaje público: tú arruinas mi Comunidad, yo te mando una mierda.
Conociendo el selecto club valenciano, es casi imposible que la cagada proviniera de algún empleado. A mayor abundamiento, los miembros del Club de Tenis le tienen poca simpatía a Paquito - como familiarmente le conocen y le tratan- y más desde que el muy osado, en sus tiempos de Presidente, empleó toda su influencia y poder para intentar conseguir que le construyeran un reservado en el restaurante en el que agasajar, al abrigo de miradas indiscretas, a sus invitados, y quién sabe si hasta celebrar alguna que otra reunión del pleno del Consell entre plato y plato. Huelga decir que no lo consiguió, porque si algo no soportan sus elegidos socios es que alguien se confunda y no sepa quiénes mandan en Valencia de verdad. Y como dicen ellos, claro que somos del PP, pero no somos de Paquito.
Muy en su línea habitual, el inefable Camps, ante la visión de semejante regalo - Freud dixit- pilló un ataque de nervios y en lugar de quedarse calladito y decir que llueve, descompuesto, llamó a la Dirección, seguridad y a todo aquel que quisiera escucharle en semejante trance, consiguiendo darle al evento una publicidad que muy probablemente jamás habría soñado su autor.
Así que las redes sociales arden con comentarios del tipo Todos somos el cagón enmascarado. O si el expresidente no se va a la mierda, la mierda irá al expresidente. O será de alguna gaviota, que en Valencia hay muchas. O el próximo, en el Vuitton de la Rita.
El Club de Tenis ha abierto oficialmente una investigación para esclarecer el asunto. Todos, absolutamente todos, sabemos que el resultado de la pesquisa será exactamente el mismo que el de las comisiones de investigación parlamentarias: ninguno.
Y es que la caída de los dioses se promueve desde sus templos.
P. S. Yo no he sido
Última edición: