P
PEPELIZA
Milpostista
Sin verificar
Después de 35 años de servicio llegó el último día de trabajo para Juan, el cartero.
Comenzó su recorrido habitual y en la primera casa salió toda la familia a su encuentro, recibiéndolo con aplausos y felicitaciones.
En la segunda casa le regalaron una caja de puros con dedicatoria.
En la tercera casa le regalaron un conjunto de pesca, su afición favorita.
Y así siguió su reparto, despidiéndose de las personas que le estimaban y con las que había compartido vivencias de todo tipo, hasta que llegó a la última casa donde lo esperaba la dueña con un camisón negro transparente.
Ella le cogió de la mano, cerró la puerta, subió con él lentamente las escaleras que llevaban a su dormitorio y lo sentó en la cama.
Con música de fondo, le hizo un sensual streptease y luego le hicieron el amor apasionadamente.
Después de las dos mejores horas de sexo de su vida, bajaron las escaleras y en la cocina ella le preparó un exquisito desayuno con tostadas, fruta, bollería y café.
Cuando Juan terminó de comer y cogió la taza de café, vio que bajo ésta había un billete de 10 euros.
- No tengo palabras para describir lo maravilloso que ha sido todo, pero.. ¿para qué son los 10 euros?
- Bueno, es que anoche le comenté a mi marido que hoy sería tu último día de trabajo y que debíamos hacer algo especial para tí. Mi marido dijo: ¡Dale 10 euros y que le follen!.... Lo del desayuno ha sido idea mía.
Comenzó su recorrido habitual y en la primera casa salió toda la familia a su encuentro, recibiéndolo con aplausos y felicitaciones.
En la segunda casa le regalaron una caja de puros con dedicatoria.
En la tercera casa le regalaron un conjunto de pesca, su afición favorita.
Y así siguió su reparto, despidiéndose de las personas que le estimaban y con las que había compartido vivencias de todo tipo, hasta que llegó a la última casa donde lo esperaba la dueña con un camisón negro transparente.
Ella le cogió de la mano, cerró la puerta, subió con él lentamente las escaleras que llevaban a su dormitorio y lo sentó en la cama.
Con música de fondo, le hizo un sensual streptease y luego le hicieron el amor apasionadamente.
Después de las dos mejores horas de sexo de su vida, bajaron las escaleras y en la cocina ella le preparó un exquisito desayuno con tostadas, fruta, bollería y café.
Cuando Juan terminó de comer y cogió la taza de café, vio que bajo ésta había un billete de 10 euros.
- No tengo palabras para describir lo maravilloso que ha sido todo, pero.. ¿para qué son los 10 euros?
- Bueno, es que anoche le comenté a mi marido que hoy sería tu último día de trabajo y que debíamos hacer algo especial para tí. Mi marido dijo: ¡Dale 10 euros y que le follen!.... Lo del desayuno ha sido idea mía.